Ser fuerte

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Hola Hola!
Lo sé lo sé... Ha sido mucho tiempo el que he desaparecido, ¿la razón?, exámenes, y me han matado y cansado como no tienen idea, pero aún así no me detuvieron para escribir este cap que, a mí perspectiva, me ha encantado y me ha dolido escribirlo.

Agradezco a naty5000 por su aporte de ideas y a la-chica-Batata por su gran apoyo asi como a ZamiKawaiiChan por ser fiel seguidora y gran amiga.

Pd: Los personajes no me pertenecen,son propiedad de la mala llama de Isayama

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La tensión del lugar, el aire turbio de aquél lugar desconocido en el que me encontraba preso, el murmullo de los soldados al igual que sus miradas en mí persona me hacía preguntarme

"¿cómo llegué y qué había hecho para estar ahí en ésa situación?"

Simplemente no recuerdo en qué momento habíamos pasado de una charla entre líderes a una situación de cazador y presa, de criminal y policía, yo era el criminal y ellos eran la justicia.

-¡No podemos dejar esto inconcluso! ¡Sin información...él no puede estar libre!- reclamaba un soldado eufórico hacía sus compañeros-

-¡Sí seguimos con esto nos castigarán! ¡Sácale la información de la otra forma!- le respondió él otro harto de la situación-

-¡No podemos perder tiempo!- exclamó otro mientras volteaba a verme con recelo- ¡Te sacaremos esa información sí o sí!- amenazó acercándose a mí peligrosamente-

-¡Ya les dije que no tengo nada, no sé nada!- volví a decir en un tono serio mientras por dentro suplicaba, tenía miedo y temor-

-¡Comandante Erwin es mejor que diga todo lo que sabe...usted participó en la última expedición...debe de saber algo!- sé arrodilló a mí altura mientras sacaba nuevamente el látigo con el que me había golpeado antes-

-¡Le vuelvo a repetir por última vez que no sé nada, lideré a mis soldados en las formaciones, no ví nada!- hablé con seguridad y seriedad mientras lo veía intranquilo a los ojos-

-¡No le servirán las excusas ahora comandante!- levantó su mano fijando el látigo directo a mí espalda-

Cerré los ojos esperando el golpe en mí cuerpo y sentir el dolor del desgarre de mí camisa y piel por aquél instrumento, quería correr y salir de ese lugar, pero no podía hacerlo, mis manos estaban atadas a un poste a nivel del piso, quería gritar y pedir ayuda pero tampoco podía hacerlo, debía mantener mí postura como comandante y ser fuerte y firme.

Pero nada sucedió, abrí los ojos y visualizé a una persona frente a mí, levanté mí vista para intentar reconocer el rosotro de aquella persona y abrí los ojos sorprendido al reconocerla.

-¡¿Qué diablos crees qué haces estúpida!?- reclamó el soldado intentando con todas sus fuerzas safarse de su agarre-

-¿Mikasa...?- pronuncié apenas su nombre, aún sorprendido ante su aparición y su habilidad para retener a ese soldado sin dificultad- 

-¡Suéltame maldita mocosa!- le gritaba salvajemente mirándola con odio- ¡¿Quién diablos eres!?- le preguntó aún forcejeando con ella desesperadamente-

El soldado intentaba llevar a la par los forcejeos con ella, pero era imposible, ella era mucho más fuerte y ágil, con facilidad logró quitarle el látigo y lanzarlo lejos, no sin antes golpear al soldado con el mismo sin rencor tirándolo al suelo, éste grito de dolor revolcándose en el piso mientras la sangre escurría por su piel, sus gritos eran estremecedores.

El destino nos une Donde viven las historias. Descúbrelo ahora