Capítulo 11

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¡Hola! ... paso por aquí para retirarme enseguida jajajaj. No me maten. Sé que me demoré demasiado tiempo en actualizar, sin embargo, la inspiración no llegaba a mi mente. Tuve un bloqueo en mis ideas y llegó un momento que me empecé a cuestionar sobre lo que escribía estaba bien o no. Eso y más el estrés vivido en mi vida cotidiana me saturó. En verdad lo siento.

Este capítulo esta dedicado a todas esas personitas que esperaron y tuvieron paciencia para que actualizará.

Confundido. Así es como se sentía Noah en esos momentos. Su pobre mente se hallaba en un revoltijo de pensamientos que no hacían nada más que estresarlo y darle dolor de cabeza. No tenía ni idea cuantos minutos u horas habían transcurridos, ni que era lo que iba a decirle a Jonathan antes de que cruzara la puerta y que presenciara esa... desagradable escena.

De nada le servía volver a revivir esos malos recuerdos que solo producían en él un sentimiento que no sabría explicar, o que en realidad no quería darle un nombre porque se negaba a pensar que el experimentase tal sentimiento. Él, Noah Store celoso, ni de broma.

Emite un largo suspiro, como si de esa forma pudiese quitarse un poco el estrés.

- Jonathan, debemos hablar- Observa seriamente al peludo tigre anaranjado con rallas blancas y negras, que se paseaba por alrededor de su cuerpo frotando de vez en cuando un leve ronroneo.

Había llegado el momento de aclaras ciertas dudas e inquietudes, no se podía echar para atrás, sin importar que los nervios pudieran jugarle en su contra. Una vez que sacara todo lo que tiene que decir, quizás solo quizás, ya no sentiría ese peso que inconscientemente lleva cargando por sí mismo y poder avanzar en la relación que recién empezaba con Jonathan.

- Hay... muchas cosas que tenemos que conversar -se muerde levemente el labio inferior, comenzado a frotar sus manos de forma inconsciente. Desde pequeño que tenía esa manía de frotase las manos o los dedos cuando estaba inquieto. Por otro lado, mirada penetrante y salvaje del animal, que en esos instantes se encontraba sentado al frente de él, no ayudaba a controlar los nervios- No sé si me entiendes en esa forma

- Si entiendo. Y no debes de decir nada. Soy yo el que te debe una buena explicación -aun cuando le estaba hablando por medio de su mente, se le escuchaba con ese tono de voz ronco y sensual, que hacía que su Omega se sintiera feliz y excitado.

Por el contrario, a como se sentía el hechicero, Jonathan pensaba que le había fallado a su pareja como Alfa. Los tigres solo tenían a una sola pareja, podían querer a muchas, acostarse con quien sea. Sin embargo, al momento de enamorarse, lo hacían una vez en su vida. Así era su naturaleza. Su parte animal no aceptaba el olor de otra hembra que no fuera el de su pareja.

- Perdóname, cachorro. Te he fallado -agacha sus peludas orejitas por el arrepentimiento.

Noah lo mira entre sorprendido y extrañado. No pensaba que Jonathan, líder de una gran manada, pedir perdón. Siempre creyó que era de las típicas personas arrogantes que nunca reconocían sus errores solo por tener un cargo mayor que al de los demás. Vaya que se equivocó respecto al cambia-forma. Aun así, no entendía el motivo por el cual se disculpaba con él.

- ¿Por qué?

- Porque por haber sido engañado por el aroma de una mujer, que no era el de mi compañero de vida.

- No fue tu culpa, Jonathan -lo mira enternecido, sentándose lenta y dificultosamente, sosteniéndose con un brazo su barriga. El tigre al verle se gana rápidamente detrás de él para que pudiera descansar la adolorida espalda- Gracias -murmura, acariciándole su suave y sedoso pelaje, recibiendo como respuesta un ligero ronroneo.

Bajo la luz de la luna. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora