Capítulo 18

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Perdón por la tardanza. Me costo escribir este capítulo. Si bien, me salió un poco corto a comparación de los otros capítulos, este tiene el dramón que buscaba. Espero que les guste y nos vemos en las notas finales. 

- Ella fue la compañera de mi hermano mayor -responde de forma seria.

Noah se sorprende al escucharlo. No esperaba que Carlos Brown resultara ser su tío. Enterarse, así como si nada que tenía un pariente más que compartía lazos sanguíneos, le causaba un sentimiento extraño, semejante al rechazo. Siempre pensó que solo su abuela era su único familiar y estaba bien con eso. Lo demás, no le interesaba. Vivía en su propio mundo, sin saber de la existencia de sus abuelos paternos, tíos y primos. Optó por desconocer todo lo relacionado al linaje de su padre el día en que su abuela le comentó que aquella familia rechazó a su progenitor por el hecho de haberse enlazado a una hechicera.

¿Qué podía esperar de ellos? Absolutamente nada. La mayoría de los cambiantes eran unos seres prejuiciosos que no aceptaban que te mezclaras con otros que no fuesen de tu misma especie. Tan solo unos pocos, ignoraban esos pensamientos racistas. Y su padre fue uno de ellos. No le importó que su propia familia le diera la espalda, él solo luchó por su felicidad y la de su madre.

A Noah le hubiera gustado conocerlos, saber que se sentiría recibir el amor de sus padres. Desgraciadamente la vida no lo quiso así.

- ¿Y bien? ¿De qué quiere hablar? - pregunta nuevamente, cruzando sus brazos a la altura de su pecho.

- Pensé que te gustaría conocerme. Después de todo, soy tu tío. -musita haciéndose el apenado, creyendo que el chiquillo sería una persona fácil de manejar.

- ¿Por qué debería? -frunce el entrecejo- Usted es solo un extraño para mí. No tenemos ninguna relación.

- Si la hay. Tu y yo somos familia.

- Se equivoca, señor. La única persona que considero que es parte de mi familia es a Miriam Stone, mi abuela.

Carlos emite un leve gruñido al escuchar ese nombre. - ¿Te refieres a la mujer que me atacó sin motivo alguno? -le muestra los hematomas y heridas que se encontraban alrededor de sus brazos y cuello, podría jurar que había más de ellos en el cuerpo del hombre- ¿Qué sucedería si les digo a los altos mandos que la persona que me agredió resulta ser tu tan querida abuela? -cuestiona con rencor en su tono de voz.

El joven entrecierra los ojos, sintiéndose molesto. - ¿Me está chantajeando?

- ¿Eso crees? -se hace el desentendido.

La actitud de ese sujeto le estaba empezando a cabrear. No debía dejar que sus palabras le afectaran a tal grado que sus bebes se moviesen inquietos en su vientre, como si ellos sintieran lo molesto que él estaba. Con una mano, acaricia suavemente la zona que persevia las pataditas de sus cachorros, intentando transmitirles seguridad y calma.

- Por algo debe de haberlo atacado -comenta más tranquilo, a comparación de antes- Mi abuela no es de las que agrede a las personas sin motivo. Mucho menos a seres inferiores a ella.

"Impertinente" piensa más que irritado. Aquel niñato le hacia recordar tanto a esa bruja arrogante.

- Sin duda, eres el nieto de esa mujer -lo mira con desprecio- Es una deshonra que lleves mi sangre -arroja su saliva a la camiseta del menor con odio y asco- Si tan solo no hubieses nacido como un Omega, te habrías convertido en un paria entre mí gente.

Noah lo sabía. Por más que quisiera aparentar que no le importaba, muy en el fondo le dolía saber que él no pertenecía a ningún clan. Los hechiceros lo rechazaban por ser un cambiante. Solo debía de recordar el día que llegó a Canmore, lugar que moraba el mayor grupo de brujos. Las miradas de desprecio que recibía cada vez que se tropezaba con algunos de ellos, lo hacían sentir rechazado. ¿Y qué podría decir de los cambia-forma? Aquellos seres solo lo aceptaban por ser el último Omega, además que resultó ser la pajera destinada del líder de ellos.

Bajo la luz de la luna. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora