Los cambios de humor en el embarazo son normales.
Todoroki lo sabía, pero tener a su pequeño llorando porque se había acabado el helado era otra cosa totalmente diferente.
Primero que nada.
¿Quién lloraba por helado? Simplemente podrías ir a comprar más.
Él no pensó que las personas embarazadas se tomarán tan a pecho ese tipo de cosas.
Soltó un suspiro.
"¿Amor?" Llamo cuidadosamente al más pequeño, no quería hacerlo llorar nuevamente.
Midoriya hipo, mirándole fijamente, sus ojos y rostro estaban rojos a causa del llanto. "¿Qué?"
Shōto tragó saliva ante su mirada, él temía de su pequeño novio embarazado.
"¿Quieres que..?"
El más pequeño no le dejó continuar, completamente indignado.
"¡Claro que sí, Shōto!" Frunció su nariz, como un conejito, un conejito muy enojado. "Debiste traer más helado, ¿no pensaste en mí?" un sollozo salió de sus labios, demasiado dramático si se lo preguntaban a Shōto. "No, no lo hiciste. Nunca lo haces."
"Pero Iz-.."
Casi rueda sus ojos al ser nuevamente interrumpido.
"¡P-Pero nada!" las lágrimas rodaban por sus pecosas mejillas. "Y-Yo no sé por qué eres así.. ¿T-Tú ya no me quieres? ¿Es eso, Shōto?"
"Por Dios, Izuku." Suspiró Shōto, tomando al chico por los hombros, no le dejó decir nada, chocando sus bocas en un beso lento y tierno.
Todoroki llevo sus manos hasta las mejillas del pecoso chico, y con sus pulgares limpió las lágrimas mientras seguía besándole con cariño, tratando de demostrarle cuánto le quería.
"Izuku" murmuró sobre sus labios en cuanto se separaron por falta de aire, dejando suaves y castos besos por su mejilla. "Iré a por tu helado amor, pero antes debes escucharme, ¿vale?"
El peliverde asintió demasiado sonrojado-avergonzado. Todoroki llevó sus manos a la pancita del chico y acarició con delicadeza.
"No quiero que pienses que no te amo. Yo-uh, realmente te amo, demasiado Izuku; tú y ese pequeño son mi vida."