Sí hay errores, háganmelo saber, por favor.
Akira: 9 meses.
"¿En serio quieres ir con Akira al supermercado?" Midoriya murmuró sobre la bocina del celular.
Todoroki había regresado temprano a casa, le dijo a la niñera que podría retirarse, agradeciéndole por cuidar tan bien a su hija, después entro a la cocina, moría de hambre.
Se arrepintió inmediatamente de haberle pedido a la niñera que se retirará; hacía falta cosas en la alacena, de Akira también.
Ahora tendría que ir al supermercado con su hija.
"Creo que sí."
"¿Crees que sí?" Midoriya suspiró. "Espérame una hora y te acompaño, no quiero que salgas—"
"Akira no podrá esperar, Izuku." Con eso termino de convencerlo.
¿Que podría salir mal? Se dijo Midoriya a sí mismo. Tratando de calmar sus nervios. No es que no confiara en Shōto, claro que no, sabía que la cuidaría muy bien, solo que aquel instinto de madre protectora siempre estaba allí.
...
Acomodar en el auto a Akira era difícil. Todoroki primero comprobó que estuviera bien ajustada, para después subir y poner en marcha el auto.
Cuando estuvo algunos metros del supermercado, su celular sonó.
Kirishima.
"Hey hermano." La voz cansada del pelirrojo se escuchó al otro lado del teléfono.
"¿Para qué llamas?"
Suspiró. "Tan amable como siempre, Todoroki."
"Oh. Lo siento, no quería sonar así. Solo estoy algo confundido. Nunca llamas."
"Lo sé, sólo quería avisarte que Bakugō está por cumplir años y bueno, estoy organizando algo."
Shōto frunció su ceño, entrando al estacionamiento del supermercado. "¿Necesitas que llevemos algo?" Con su mirada busco un lugar vacío, que encontró al instante.
"No, no, sólo quería que me ayudarás con— y-yo no soy muy bueno con la cocina, y a Katsuki le encanta lo picante, bueno, tú sabes cocinar.."
"¿Quieres que cociné para la fiesta de Bakugō?"
"Sí quieres."
"Pues si me niego le dirás a Izuku."
Kirishima rió. "Tienes razón."
Todoroki estacionó el auto y salió, todavía con el celular en su oreja. "Okay, sólo dime a qué hora y estaré allí."
"Todo será una sorpresa. Preferiría que fuera en tu casa, no quiero que sospeche o algo."
Shōto comenzó a caminar a la entrada del supermercado. "Está bien, enton—"
"¡¿CÓMO QUE EN SU CASA, MALDITO BASTARDO INFIEL?! ¿CON QUIÉN MIERDA TE QUIERES IR A VER SIN QUE YO SOSPECHÉ?" Y la llamada finalizó.
Shōto miró confundido su celular, encogiéndose de hombros, decidió ignorar lo que había pasado, no eran sus problemas. Se adentró al supermercado, tomando un carrito que tenía un tipo de portabebé, se detuvo en seco.
Un portabebé. Bebé.
AKIRA. EN. EL. AUTO.
En su vida había corrido tan rápido, con nerviosismo abrió la puerta del auto y la pequeña se encontraba allí; jugando con su sonaja, sus grandes ojos verdes se encontraron con los de su padre.
Shōto pudo respirar nuevamente, después tomó a su hija en brazos.
"No le diremos nada a Papi Izuku, será nuestro secreto. ¿de acuerdo Akira?"
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