Akira frunció su ceño y empujó sin ningún cuidado a su hermano para sacarlo de su camino.
"Quítate, bastardo"
Midoriya ahogó un gemido, sorprendido ante la agresividad de su hija de dieciséis años con su pequeño Ashura de diez.
"¡Akira!
La voz de Akira pidiendo perdón a su padre se escuchó por el pasillo mientras Shōto se recargaba en la puerta, en espera a que la silueta de su hija apareciera. Estaba listo.
"¡Papá, regreso a las di-!"
La frase no terminada de su hija lo confundió. Entonces notó la falta de ausencia de su esposo, frunció su ceño ya acostumbrado a que fuese tan sobreprotector cuando estaba encinta y no sé separara de él en el tiempo que se mantenía en casa, pero esta vez no estaba.
Izuku aguantó la risa al ver a su esposo en la puerta negándole el paso a su hija.
Shōto espero días por ese momento.
En serio, él de verdad espero con ansias que Akira quisiese salir de nuevo para poder llamarle la atención. Por lo que Midoriya se encontró acomodándose mejor contra la fría pared dispuesto a disfrutar.
Shōto se encontraba de brazos cruzados y una ceja alzada en dirección a Akira.
"Papá.."
Obviamente ignoró por completo el llamado de su hija. Sabía que estaba haciendo la famosa cara de tlacuache aplastado y si la miraba cedería, pero, oh no, eso no funcionaría esta vez.
Tal vez las pasadas sí, pero esta definitivamente no.
Porque Akira ya no pedía permiso para salir, solo avisaba a la hora que ella quisiera. Y eso no se lo permitiría.
Su pequeña Akira estaba creciendo... realmente dolía.
Si su hija seguía creciendo, él se hacía más viejo.
auch.
"¿A dónde vas? ¿Con quién?" La voz fría de Shōto causó escalofríos en la adolescente.
"Ren y Yuu cumplen años, decidimos festejar antes porque ya sabes cómo se pone mi padrino en las fiestas" explico pacientemente, acomodando su cabello detrás de su oreja. "Kira pasara por mí y nos encontraremos con los demás"
"No creí haberte dado permiso para ello. Y esa chica no me agrada"
"Por Dios, ya se ha disculpado como mil veces por el secuestro de papi en mi fiesta. Superalo" gruñó, evidentemente fastidiada con el tema.
Midoriya se tensó. El cumpleaños número cinco de su hija era muy traumante.
"No irás, Akira"
"Papá.. es su cumpleaños"
"¿Y a mí que me importa?"
"Son tus ahijados" recalcó con obviedad.
"¿Eso debe hacerme cambiar de opinión?"
Los ojos de Akira se llenaron de lágrimas en segundos junto a un gran puchero. Todoroki tuvo un deja vu.
Midoriya solía hacer eso cuando le negaba comer helado.
Ahora con su tercer embarazo, el helado estaba prohibido en la casa. Después de que un Midoriya con siete semanas de embarazo vomitara -como el mismísimo exorcista, comparado por Ashura- todo el helado que comió.