HOSPITAL.
Midoriya al dar a luz a su hija se desmayó. RecoveryGirl se apresuró a explicarle que estaba perdiendo mucha sangre y finalmente lo sacaron de la habitación para llevarlo a la área de recién nacidos.
Tener a su hija en brazos, hizo sonreír de alegría a Shōto, la veia como si fuera lo más hermoso en el mundo, porque para él lo era. Su niña llevaba puesto un body de color rosa, su cabeza estaba adornada con un gorrito con orejitas de gato, sus cabellos sobresalen de éste, era rojo, su pequeña sería una linda pelirroja.
Casi rueda sus ojos al imaginarse a su viejo festejando.
No se sorprendió cuando entró y vio que su hija era la más pequeña; una risilla abandonó sus labios, Midoriya era su madre, era de esperarse.
Salió de su ensoñación por sus compañeros, que entraron a la habitación emocionados por conocer al pequeño en sus brazos. Bakugō fue el último en entrar maldiciendo por lo bajo a la enfermera.
Momo fue la primera en tomarla en sus brazos, su rostro se iluminó al notar que traía puesto el conjunto que ella le había regalado a Midoriya. "Es preciosa."
Uraraka asintió, acariciando la mejilla de Akira con su dedo meñique. "Definitivamente la hicieron con amor."
Denki ladeó su cabeza, alzando sus cejas en dirección a Jirou. "Nuestro hijo podría salir igual o más bonito, piénsalo."
Bakugō que permanecía sentado en la esquina, dejó de lado el bote—ahora vacío— de pudín y habló.
"¿Qué hay con el idiota de Deku?"
Todoroki suspiró. "No lo sé."
"¿No lo sabes?" Chasqueó su lengua. "No entiendo cómo jodidos puedes estar tan bien."
"¿Qué estás tratando de decir?"
Kirishima decidió intervenir, no quería otro escándalo y que ahora sí los sacaran del hospital. "Katsuki, cariño.."
"Cierra la puta boca, cariño." Sonrió en dirección a Kirishima que se sonrojó por el apodo, después volteó con Shōto. "Estás jodidamente bien, disfrutando de tu hija, cuando tu esposo está—No entiendo cómo mierda puedes estar tan bien."
"¿Qué te hace pensar que estoy bien?"
Katsuki examinó el rostro de Shōto. Nada. No había nada. Se veía jodidamente igual.
¿Acaso sólo él estaba sufriendo?
Lágrimas engañosas bajaron por las mejillas del rubio.
La habitación quedó en completo silencio.
"Jodidas hormonas de embarazo." Gruñó, limpiando con rudeza sus mejillas.
Kirishima se sentó a su lado atrayendo al rubio para un abrazo, que fue correspondido al instante por el chico y enterró su rostro en el pecho de su novio, permitiéndose llorar silenciosamente.
Shōto negó con su cabeza.
«Estoy tan jodidamente asustado como todos aquí.» quiso decir.
La vibración de su celular con una llamada entrante le salvó de aquel momento. Shōto se disculpó saliendo de la habitación no sin antes voltear con bakugō, y en un tono firme dijo;
"Tú pierdes un amigo, lo entiendo, ahora piensa en mí; estoy perdiendo al amor de mi vida."