Capítulo 8

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BARBARA.

Estaba en mi habitación de arte que mi padre me había preparado, era increíble lo mucho que le agradecía, era solo el garaje pero aun así estaba increíble, lo había limpiado y había llevado mis cosas de arte, era completamente increíble.

Estaba pintando un cuadro, era un ojo, era azul oscuro con un brillo pequeño que reflejaba bondad en la maldad. Sí, el ojo de Niall, puede ser un monstruo pero sus ojos son lo más llamativo y atractivo que he visto de él, luego podría nombrar millones de cosas que son atractivas en él pero prefiero quedarme con sus ojos antes que cualquier otra cosa.

— ¿Princesa? —miré a mi padre con una sonrisa. — guau... Me encanta hija. —Camine hacia atrás y me aparté para que lo viera mejor. — tienes un gran talento.

—El talento de mamá... —él me sonrió y beso mi cabeza.

— ¿Cómo se llama tu pintura?—preguntó examinando cada detalle.
Sabía que era el ojo de Niall pero no podía decirle a mi padre que era el ojo del monstruo con el que tengo fantasías, eso sería demasiado para él.

—Mmm... No lo sé, aún no le pongo nombre. —Me quedé examinándolo — trata de la bondad dentro de lo malo por lo que supongo que vendría a ser como un Jin–Jan azul. —ambos reímos y él me abrazó.

—Ya se te ocurrirá algún nombre, tienes un gran talento. —volvió a besar mi cabeza y me miró con una sonrisa. — iré por algo para comer a la tienda, ¿Te apetece alguna cosa en especial?

—Mmm... Mis dulces favoritos —le sonreí y el río.

—Sabía que me pedirías ello— habló riendo — ya regreso mi princesa. —él se fue y yo seguí con mi cuadro. Lo miré a la distancia y suspiré, pasé mi brazo por mi frente quitando el sudor y mordí mi labio.

Pensé que le falta un toque celeste así que me acerque a mi mesa llena de pinceles, trapos y potes de pintura. Tomé el pote azul oscuro y un poco de blanco, me estiré para tomar un pincel y solté el pote rápidamente logrando ruede por la mesa y caiga derramándose toda la pintura blanca.

Mordí mi labio y di un gran suspiro, no debía sonreír aunque me era inevitable de alguna manera. Sus manos acariciando mi cintura y sus labios en mi cuello causaron que un jadeo escape de mis labios.

— ¿Qué...? ¿Qué haces aquí? —mordí mi labio intentado calmarme un poco.

—Te dije que tendría mi paga muñeca... —su respiración caliente chocaba contra mi oído y causaba un escalofrío por todo mi cuerpo. Me es inevitable no temblar estando solo bajo su tacto. Su voz estaba ronca y llena de deseo. — Te ves tan bien con este mono de jean, resalta muchas cosas en ti — me apretó aún más contra la mesa y corrió mi cabello a un costado.

—Niall... Mi padre podría llegar en cualquier momento. —Deseaba que se hubiese ido a otro lado o que el tiempo se dé tuviese en ese instante.

—La tienda está repleta de gente, créeme, no hay apuro en lo que haremos. —mordió mi oreja y un jadeo salió de mis labios.

Estaba jodídamente caliente bajo aquel hombre. Podía sentir su excitación debajo de mi ropa pegada a mi trasero, cada movimiento generaba una fricción tan deliciosa. Me di vuelta y lo miré, sus ojos estaban tan azules como jamás los había visto pero no eran oscuros, eran totalmente claros, como si fuese un azul muy llamativo.

— ¿Tú nunca tomas un no por respuesta, verdad? —su sonrisa seductora me hacía perder mis estribos de una manera que nadie logra.

Me estaba volviendo loca y no solo eso, me estaba volviendo loca por un monstruo...y me encantaba.

Shadow Blue © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora