Camille es una boxeadora muy conocida.
Pero todo puede irse a la ruina.
Camille va a una fiesta, pero no una cualquiera, es la de su ex-preparatoria.
En esa fiesta encuentra su viejo amor y un amor que no correspondió.
Tiempo después de esa fiesta C...
La alarma de mi teléfono sonó y así lo deje, sonando. No quería levantarme, estaba agotada y no por algún ejercicio físico, si no por el psicológico. Hace dos días fue mi "cita" con Sebastian y desde ese día no he podido quitármelo de encima; me llama, me textea, me visita y él no era el único, Jacob era otro también, que no paraba de enviarme mensajes preguntadome como estaba, que hacía, que como iba el bebé, de todo me preguntaba, pero de una manera un poco seca e indiferente.
No me molestaba que estuvieran pendientes de mi salud, lo que me molestaba era que me cuidaran tanto como si no supiera de mi condición, como si no fuera independiente. Eso me agobia, porque hasta mi familia hace lo mismo.
Tome mi teléfono ya harta y apague la alarma. Mi puerta fue tocada.
-¡¿Quien fastidia?!-grite malhumorada.
-¡Mas respeto niña!-riñe mi madre con voz severa, detrás de la puerta-¡Y levantate, tienes una cita a la que acudir!-ordena más severa.
No la escucho mas y con un bufido me levanto de la cama. Camino al baño y tomo una ducha de lo mas relajante, que calma mis tensiones y mis preocupaciones. Hoy por fin sabría si el bebé seria niño o niña, aunque porque lo que sé no siempre el bebé se deja ver. Salí ya bañada y me aliste con algo simple, un jean negro apretado, una sudadera con dos perfiles, el del lado izquierdo blanco con el ojo abierto y del lado derecho color negro con el ojo cerrado, y unos zapatos blancos con negro.
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Solo recojo mi teléfono y algo de dinero. Salgo del cuarto yendo directo a la cocina, donde estaban todos reunidos.
-Buenos días-digo alto, sentándome en la mesa junto a Esteban, quien estaba todo soñoliento y en pijama aun.
-Buenos días-contestan todos y mi madre me pone un plato con el desayuno en frente, le sonrío en agradecimiento y se aleja.
-¿Quien vendrá por ti, Camille?-pregunta Esteban, llevando su vaso de jugo de naranja a la boca.
-Me voy sola, en taxi-contesto indiferente, llevando una cucharada de huevo con jamón y queso a mi boca.
-¿Quieres que te lleve? Voy de pasada por la clínica, te dejo allí-sugiere Will amable.
-Si puedes claro-contesto.
-Ningún problema-murmura simpático.
-¡Callense y coman!-nos regaña mamá desde la cocina, y nos callamos para seguir comiendo.
[*]
Will se detiene en la acera frente a la clínica.
-No vayas a decir que es hasta que yo llegue ¿estamos?-ordena serio y frunzo en ceño incrédula.