Los días pasaban y Marinette estaba cada vez más entre la espada y la pared. Cada acercamiento a Adrien era un paso que se alejaba de su presumido, pero tierno, gatito. Chat casi no la visitaba; iba pocas veces, para no levantar sospechas, pero ignoraba lo mucho que eso lastimaba a su amiga. Por otra parte, Adrien iba casi todas las tardes, luego de sus sesiones fotográficas, a visitar a Marinette; hablaban muchas veces de cosas mundanas y sin sentido, pero ambos se divertían mucho y, de vez en cuando, Alya y Nino se unían a esas tertulias de risas, video juegos y charlas amenas. Alya y Nino, más que confundidos, estaban preocupados, pues Adrien trataba muy bien a Marinette, pero esta no correspondía como debía… Era como si solo quisiera ser su amiga y nada más.
Sin embargo, al ver a Chat, la azabache comenzaba a divagar, temblaba, tartamudeaba y su torpeza incrementaba al máximo. Adrien, como casi todas las tardes, fue a casa de Marinette para jugar un video juego nuevo, que aún no había salido al mercado, “Tal vez así se de cuenta de lo importante que es ella para mí”, pensó el rubio. Entra a la habitación y Marinette lo invita a sentarse; comienzan a jugar mientras un silencio sepulcral invade la habitación.
-Me da gusto llevarme tan bien contigo. – Dice Adrien, tratando de romper el hielo.
-Nunca creí que esto fuera a pasar. Es increíble. Yo también me siento muy feliz de ser tu amiga. – El rubio siente cada palabra de esa última frase, como cuchillas apuñalando su pecho.
-Si… amiga. – Pasa un momento más de silencio, hasta que el chico decide hablar nuevamente. – Oye, Marinette, últimamente… ya sabes… ¿Te gusta alguien?
-¿Eh?¿P-por qué p-preguntas t-tan de repente? – La chica voltea a verlo y, al notar su verdadero interés en saber, prosigue. – No sabría decirte… Me gusta un chico desde hace mucho, pero ahora último, hay alguien más por el que creo sentir algo similar… Estoy realmente confundida… No sé qué hacer, o qué pensar; si decirle a uno, si decirle a otro… o a ambos… o sólo hacer de cuenta que nada pasó.
-Yo soy uno de esos chicos ¿No? – El rubio siente su corazón en la garganta. La chica palidece y comienza a sudar frio. No se esperaba que Adrien fuera tan perspicaz.
-Yo… b-bueno… Es que… ¿Quién te lo dijo? – Logra decir al fin.
-Tú. – El joven detiene el juego y comienza a hablar mientras se acerca sigilosamente a ella. – tus gestos cuando me veías, tus tartamudeos… Cada centímetro de ti me lo decía. – La azabache agacha la mirada.
-Y ¿Ahora te gusto yo? – La joven mira a Adrien directamente a los ojos. Él asiente. – Yo… siempre soñé con este día… Pero ahora no sé que decir. – Una lágrima brota de sus hermosos ojos azules. – Me gustaría no sentir este… aguijón en el pecho cada que pienso en él, sentirme igual de enamorada por ti… pero no puedo. ¿Qué debo hacer?
-Que afortunado es Chat Noir. – Marinette deja ver un gesto de sorpresa.
-Y tú cómo… - El chico la interrumpe.
-Eres muy fácil de descifrar. – Ríe un poco. – Eso te hace ver muy tierna… Tal vez yo soy el obstáculo entre Chat y tú.
-Me gusta tu amistad. – Dice la chica, antes de que él se deprimiera más. – Y tú también me gustas, pero no sería justo intentar algo de lo que no estoy segura.
-Lo sé… Bueno, yo seguiré siendo tu amigo, si me prometes ser muy feliz con Chat Noir. – El rubio le brinda una sincera y hermosa sonrisa…
Adrien se fue, luego de jugar un rato. Marinette estaba feliz de lo bien que él había tomado semejante confesión, así que decidió dejar que las cosas fluyeran como debía ser.
-Estás nadando en aguas profundas, Marinette. – Tikki se acomoda en el hombro de la azabache.
-No voy a arriesgarme, siempre he sabido separar mi vida como heroína y adolecente. – Marinette se dispone a continuar sus diseños.
-Cancelaste las citas con Chat. Le aseguraste que no era correcto seguir si él estaba confundido. ¿Tú crees que está en la misma situación que tú?
En la mansión Agreste, Adrien tenía la misma discusión con su Kwami, mientras ve los reportajes de Alya en su LadyBlog.
-Estás metido en un gran lío, chico. – Plaga engulle un trozo de queso Camembert. – No quisiera estar en tus zapatos.
-Gracias por tu apoyo, amigo. – Adrien se tumba en su cama. - ¿Qué debería hacer?
-Sigue el consejo de la enmascarada. – Plaga comienza a tirar ligeramente de los cabellos del rubio. – Mira hasta donde puedes llegar con esa chica, siendo Chat Noir… Yo sigo prefiriendo el queso.
-Tienes razón… Plaga… - El rubio sonríe. – Debo acercarme a ella… Aún si debe ser mientras soy Chat Noir… Plaga, ¡Las Garras!
Marinette y Tikki aún discutían, cuando escucharon un golpeteo en el balcón. Le sorprendió que Chat estuviera ahí, pues últimamente casi no pasaba por su casa. La azabache corrió con mucha alegría hacia su balcón, topándose al entrar con Chat Noir.
-¡Chat! Creí que ya me habías olvidado. – La chica se acerca un poco a él, que se encontraba recostado en la barandilla del balcón.
-¿Cómo podría olvidarme de ti? No puedo sacarte de mi cabeza, ¿Sabes? – El gato se acerca al rostro de la chica y le dice casi en susurro. – De eso quería hablar contigo.
La noche les regaló una luna espléndida que iluminaba el sonrojado rostro de ambos jóvenes. Chat miró a Marinette y luego se dio un cuarto de vuelta para posar sus manos sobre la barandilla nuevamente y divisar lo que se podía de Paris, desde aquel balcón.
-Aquí empezó todo ¿No? – El felino cierra los ojos y le sonríe a la luna. - ¿Cómo te ha ido con el rubio? ¿Has avanzado algo desde que dejé de visitarte?
-Fue una tortura no verte durante estas semanas. – Chat voltea a verla muy sorprendido, no esperaba que fuese tan directa. – Volviste mi cabeza un lío ¿Sabes? – La azabache toma la misma posición del gato, mirando a la luna. - ¿Crees que es un error amar a dos personas tan distintas?
-No… - El chico se acerca a contemplar la luna junto a Marinette. – Creo que ya sabes a qué he venido ¿No?
-Por favor… - La joven voltea a verlo con esos ojos enormes y azules, que lo volvían loco. – No desaparezcas de mi vida.
-Mereces algo real, preciosa, y eso no lo tendrás conmigo. – Él la invade con esos ojos verdes y felinos. – Quédate con ese chico… Sé que te hará feliz… porque pobre de él si no es así. – Sonríe pícaramente.
-No quiero… - Marinette se llena de lágrimas y su voz se quiebra. – No quiero imaginarme un día sin ti a mi lado… Sé que soy muy egoísta, pero no me importa… Tú tampoco serás feliz si te vas de mi lado. Yo quiero a Adrien, Chat, pero a ti te amo.
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BAJO EL ANTIFAZ
FanficAdrien es un chico sensible, pero su amor no correspondido lo encamina a enamorarse nuevamente de su mejor amiga. Marinette, por su parte, desarrolla sentimientos inexplicables por su gatuno amigo, quien se encarga de volver su cabeza un lío. Sus de...