CAP 14: Un Sueño Cumplido

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La chica se va, dejando al rubio confundido, sonrojado y con el corazón en la mano.  “…el mismo chico del que he estado tan enamorada…” “…no amaba a Chat Noir, te amaba a ti…” Esas palabras retumbaban en la cabeza de Adrien, en conjunto con sus mareos por la medicina que Lady Bug le había entregado a Marinette. La chica, ya en su habitación, aún reía por la expresión de sorpresa e intriga que había dejado en el rostro de su amor.

– Plaga tiene razón, es muy divertido su rostro. – Le decía a su Kwami entre risas.

- No deberías burlarte de él – Tikki sale de la bolsa con una galleta. – Si vas a jugar con los sentimientos del chico, no cuentes conmigo.

- No te enojes, Tikki, no estoy jugando con él. Quiero hacer lo que Plaga me dijo, crear intriga en él, para que descubra mi identidad por su propia cuenta. – La azabache suelta sus coletas y comienza a peinar su cabello.

- Sigo pensando que es una mala idea. Solo espero que no lastimes al chico.

- No sucederá. – Hay ruidos en el balcón de Marinette y esta corre a ver.

Cuando llega, el joven gato se encuentra sentado en la barandilla del balcón, mirando al horizonte. La joven llega y lo abraza por la espalda.

- ¿Cómo sigues, lindo gatito? – Chat coloca su mano sobre la de ella y sonríe.

- Mejor, gracias a ti, lindura. – se baja de la barandilla, la toma entre sus brazos y permanecen un rato ahí, abrazados. Luego la azabache rompe el silencio.

- ¿Qué sucede? ¿Estás bien? – Se separa del chico y coloca su mano en la mejilla del rubio.

- Hoy me visitó Lady Bug… - El rubio gatuno coloca una mano en la cintura de la joven y la hala hacia él. Quedan viéndose directamente a los ojos y sus respiraciones chocan. – No te cambiaría por nada… Pero necesito saber quién es ella. ¿Me ayudarías?

- ¿A qué se debe… - Los rostros se acercan cada vez más y los párpados se cierran lentamente. - …la intriga repentina?

- Me dijo que me amaba… - Marinette se separa de él y se cruza de brazos, fingiendo indignación.

- ¿Y ahora estás confundido? – El rubio termina su transformación.

- No, Marin… - La chica lo interrumpe.

- ¿Y si es más bonita? ¿O más inteligente? – La joven se da media vuelta. - ¿Y… si te gusta más ella que yo? – El rubio la sorprende abrazándole por la espalda.

- Nunca jugaría contigo así. Yo te elegí a ti… No hay dudas en mi corazón. – El joven Agreste la hace voltear lentamente, como si bailaran el vals más romántico del mundo. – No cambiaría esos ojos… - Besa su frente. – Ni este cabello azabache… - Besa su mejilla. – Ni esta sonrisa que me vuelve loco. – acerca sus labios a los de la chica y se besan tiernamente por largo rato.

Se quedan abrazados, mirando al horizonte juntos, besándose de vez en cuando, hasta que el pequeño Kwami sale de la camisa del rubio.

- Agh, tanta melocería me hará dar un coma diabético… - Los dos chicos lo miran divertidos.

– Mejor tráeme queso, Adrien.

- No digas nada raro mientras no estoy. – Mira con severidad a su Kwami. - ¿Lo cuidas un minuto, no tardaré… Tus padres tienen Camembert ¿Verdad?

- En la nevera hay un poco. – La chica sonríe – Cuida que no te vean mis padres, o sellarán el balcón. – Ambos ríen sonrojados. Cuando el rubio sale del balcón, Tikki aparece y le da un gran abrazo a su gatito comelón.

- Ah, mi princesa moteada. Creí que pasaría mucho antes de verte otra vez – Plaga comienza a besar el pequeño rostro de la Kwami.

- Ay, Plaga, tienes razón. El amor ajeno es horrible. – Los Kwami ríen – Voy a dejarlos solos un momento. Más te vale aparecer antes de que Adrien sospeche.

- Seguro, niña. – Dice Plaga, sin quitar la mirada de su catarina.

Marinette va a su habitación, para esperar a Adrien, en la espera, dirige la mirada hacia la esquina con el altar. Sonríe al recordar la obsesión suya con el modelo de su revista favorita y se dispone a retirar las fotos pegadas de la pared tapizada y las guarda en el primer cajón de la mesita que sostenía la sombrilla y las velas en forma de corazón; limpió el polvo de la sombrilla y quitó las velas, guardándolas también con las fotos. Mientras ella limpiaba, el rubio entra en la habitación sin ser percibido por la azabache y se queda observándole; la chica mira su mesita con la sombrilla sobre ella.

- Ya no necesito un altar… Tengo todo lo que deseo. – La joven se da media vuelta y ensancha los ojos al ver al rubio con una gran sonrisa.

- Entonces… Yo soy todo lo que deseas… - La chica se ruboriza y asiente. – Me alegro… mucho… - Él se acerca, coqueto, y toma a Marinette por la cintura, la besa apasionadamente y comienzan a dirigirse hacia la cama.

El rubio tumba a la joven sobre su lecho se lanza a ella, besando lentamente su cuello y acariciando su abdomen y caderas. La respiración de ambos se acelera y se besan como nunca lo habían hecho antes, en ese instante, el pequeño felino carraspea su garganta.

- Lamento interrumpir, pero quiero mi queso, chico… - Su portador reacciona y se sonroja al ver la situación en que los había encontrado su Kwami.

Marinette lo empuja suavemente, para sentarse al borde de la cama y Adrien toma el platillo con el queso, ofreciéndolo al gatito.
El Kwami se alimenta, luego Adrien se transforma y vuelve a su casa.

Los días transcurren y la feliz pareja es más unida que nunca, mientras Lady Bug y Chat Noir luchaban arduamente contra los akumatizados que aterrorizaban Paris. Todo iba de maravilla, hasta que Evil sword hace su aparición; un compañero de esgrima de Adrien al que Hawk Moth le dio la habilidad de cortar cualquier cosa con su espada… Cualquier cosa.

BAJO EL ANTIFAZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora