CAP 11: Verdadero Amor

271 16 2
                                    

Ahora todo era claro para la joven azabache. Adrien se convirtió en su amigo, solo eso, un muy buen amigo; sin embargo, Chat era su todo. Él mismo había provocado sentimientos en Marinette al ser tan especial con ella, detallista, cómico e incluso, en algunas ocasiones cuando la llevaba hasta la torre Eiffel para divisar el panorama y así inspirarse en sus diseños, le parecía muy romántico de su parte. Ella ya no dudaría más, ya no tendría miedo; le hizo la promesa a Adrien de ser feliz con Chat y lo iba a cumplir. Marinette, sin vacilar, se lanza sobre Chat Noir, haciendo que ambos cayeran al suelo, igual que el otro rubio y ella en el baño, solo que esta vez, era la chica quien se encontraba arriba; rápidamente, antes de que el gato lograra quitarla de encima suyo, la azabache lo toma suavemente del cabello, lo acerca a ella y lo besa apasionadamente. Chat al principio estaba en shock, pero luego una sensación de plena felicidad le invadió, haciendo que correspondiera su, tan ansiado, beso.

Se besaron un rato en la posición inicial, hasta que Chat tomó el control de la chica y la acorraló sobre el suelo, sosteniendo las manos de la joven con solo una de las suyas, la volvió a besar en los labios, luego una mejilla, llegó a una de sus orejas, lamiendo levemente el lóbulo con el arete en él. Bajó lentamente hacia su cuello, mientras acariciaba el muslo de la chica, con la mano libre, subiendo poco a poco por su abdomen, luego sus costillas y finalmente…

- ¡Chat! – El felino se detiene. – Aún no estoy lista.

- Cómo lo siento, Marinette… - El chico se levanta y estira la mano para ayudar a su amada. – Mi instinto felino me controló por un momento. – Sonríe pícaramente.

- No te preocupes, yo te provoqué. – Ella le brinda una hermosa sonrisa. - ¿Qué vamos a hacer, Chat?

- No lo sé, linda… Creo que yo también soy muy egoísta… - Se acerca a la chica y la abraza. – Yo no pretendía entregarte a ese rubio tampoco… Sólo quería comprobar tus sentimientos.

Ambos chicos se miran nuevamente y se besan. Los días pasan y Marinette es cada vez más feliz, pasa las tardes con sus mejores amigos Alya, Nino y Adrien, aunque ignora el por qué este último tomó demasiado bien el rechazo de la azabache; y por las noches, Chat Noir visita a su princesa, quedándose hasta tarde platicando con ella o, a veces, solo abrazados sobre el sofá hasta que la chica se deja caer en sueño y Chat termina acomodándola en la cama, para luego marcharse. El felino sabía que se arriesgaba a ser descubierto por ella, pero no le importaba; aún cuando Marinette ignoraba la identidad de Chat, Adrien se comportaba como un buen amigo y no le hacía preguntas, ni comentaba cosas inapropiadas, él era sincero. Igual que Chat. Una tarde, como siempre, Adrien fue a casa de Marinette para charlar un rato, mientras jugaban video juegos.

- Oye, no suelo preguntar esto, pero ¿Cómo te está yendo con el gato? – Marinette se sorprende por la pregunta, pero responde tranquilamente.

- Bastante bien, si te soy franca… - Marinette nota la tranquilidad y alegría de Adrien. Muy inusual, para alguien que está enamorado. – ¿No te molesta hablar de esto conmigo?

- No, me gusta verte feliz, es todo lo que me importa. Y… - El chico pausa el juego, para mirar a la azabache. - ¿Ya se han b-besado?

- ¿Eh? Bueno… S-sí. – La joven se sonroja. - ¿Enserio no te incomoda?

- No, ¿Ya son novios entonces? – El rubio pregunta adrede, pues sabe que, como Chat, no ha tenido el valor de proponérselo.

- Bueno… Creo que aún no me ha dicho nada concreto. – responde Marinette, mientras se rasca la cabeza en un gesto de duda.

- ¿Me regalarías un beso antes de que sea oficial? – Marinette se sorprende, pero ve que el chico habla enserio.

- De todas formas sería engañar ¿No lo crees? – Ella mira al suelo, algo sonrojada. La verdad es que a Marinette también le hubiese gustado darle a Adrien un último y primer beso.

- No voy a decirle a nadie… Lo prometo. – Él sonríe tímidamente.

Marinette lo piensa un momento y, con algo de preocupación, accede ante el encanto del rubio. Se acercan lentamente, cierran los ojos, sus latidos aumentan, su respiración se dificulta, sienten el aliento del otro acercarse, unen levemente sus labios, con un beso superficial, pero luego, sin abrir los ojos, los unen nuevamente, esta vez en un beso más profundo y sincero. Ambos jóvenes sueltan sus controles y se acercan para abrazarse, mientras el beso continúa; ninguno quería terminarlo, era como un sueño de no querer acabar. Marinette sentía de nuevo por Adrien esa emoción, esa sensación de querer estar siempre con él… Pero no era correcto, Chat Noir ahora era su verdadero amor… ¿O no?

Ella separa sus labios y lo mira fijamente, ambos están muy sonrojados, pero Marinette comienza a llorar. Adrien se preocupa, pero en el fondo sabe que ella está destrozada por lo que le hizo a Chat… “Si sigues con esto, eventualmente descubrirá tu identidad.” El rubio pensaba en las palabras del pequeño Kwami felino, se acerca a la chica y la abraza tiernamente, esta rompe más en llantos, recostando su cabeza en el pecho del joven.

- Lo siento, Chat, no debí… - El chico solo la escuchaba, con el corazón totalmente roto. No pensó en el daño que le causaría a Marinette.

- Calma, pequeña… - Acaricia el cabello de la azabache. – Él no lo sabrá… Y esto no ocurrirá de nuevo… Por desgracia para mí.

Luego de que los sentimientos se tranquilizaran, ambos jóvenes se despiden como siempre, haciendo como si nada hubiese pasado. Marinette no podía dejar de pensar en el chico rubio, así que dejó una nota en su cama, para Chat, se transformó en Lady Bug y salió de allí antes de tener un colapso nervioso. Chat se acercaba a la casa de Marinette por los techos, cuando ve a su Lady ir para el lado contrario; él se desvía un momento para ir hacia ella. Al acercarse, nota que la chica está llorando.

- ¿Mi Lady? – Se sienta a su lado. - ¿Qué tienes? – La enmascarada abraza sus rodillas.

- Chat… Siento que mi corazón no aguantará más… - Mira a Chat, con unos ojos bañados en lágrimas. – Sin decirte la verdad.

BAJO EL ANTIFAZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora