Pasaron años después del raromagedon.
Los gemelos Pines regresaron a California, pero algo los hizo volver a Gravity Falls.
En realidad no vencieron a Bill Cipher, simplemente calló en una especie de sueño profundo. Pero alguien lo había hecho despe...
Pov _____: Ya había pasado un rato en la cabaña de los Pines, ya era tarde, mis padres podrían preocuparse. Caminé hacia la salida con Dipper y Stanford detrás de mí.
—P-puedo acompañarte a casa —habló Dipper nervioso—. Ya sabes, por Bill.
—Estaré bien —sonreí y lo miré—. Aun así gracias.
—¡Yo te acompaño! —gritó Mabel corriendo hacia mí—. Iremos a que te den permiso para tener una "noche de chicas".
—No creo que d-deba quedarme a molestar —dije tratando de que olvidara el tema—.
—No digas tonterías, ¡vamos!.
Mabel me tomó de la mano y salimos con prisa de la cabaña. Parecía emocionada por su idea, al contrario que yo. Si tenía el permiso de mis padres, sería la primera piyamada, o mejor dicho, noche de chicas que haya tenido.
Las calles estaban iluminadas a pesar de ser algo tarde, las personas reian y hablaban de cualquier cosa sin sentido. Mabel se detuvo en donde habia chocado con su hermano, seguro ahora queria que yo fuera la que guiara el camino.
—¿Y dónde está tu casa? —preguntó con una sonrisa—.
—Unas cuadras más, por aquí, sigueme.
Ahora el camino era lento y silencioso, las personas que pasaban saludaban a Mabel mientras ella devolvía el saludo. Cuando menos me di cuenta, Mabel y yo nos habiamos separado. Miré a mi alrededor buscandola pero no podía encontrarla entre tantas personas.
—¿Estas perdida, _____? —habló una voz en mi espalda, di un sobresaltado para después girarme y ver a esa persona—. Asustadiza...ya veo —murmuró—.
Era aquel chico raro y psicópata. Tragué saliva y me puse firme tratando de verme algo intimidante, pero al parecer a él de daba gracia ya que sonrió de lado.
—¿Quieres que te ayude a regresar con tu amiga Mabel?.
—A-aléjate de mi —mi voz mostraba mi nerviosismo y traté de calmarme—. No necesito tu ayuda.
—Tranquila, mi querida _____ Jenkins —comenzó a girar alrededor de mí y se detuvo en mi cuello mientras olía mi nuca—. Hermoso aroma, me recuerda al elemento llamado fuego.
—Eres raro —me giré bruscamente para mirarlo—. Y lamento si eso te molesta pero es verdad.
—Me agrada en cierto modo si viene de tí —me tomó de la cintura y me apegó a él—. Número uno —se acercó a mi oído—. Aléjarse de Dipper Pines —susurró y me dejó caer al suelo—.
Al caer sentada, mi cabello tomó una ola de aire y se acomodó en mi cara, evitando que mirara al chico para reclamarle. Acomodé mi cabello en su lugar y levanté la mirada; él ya no estaba.
—¡_____! —gritó Mabel detrás mientras corría hacia mí—.
—Dipper Pines... —murmuré y miré a Mabel—. Disculpa, creo que me adelanté—.
—Estuve buscándote como loca —me levantó del suelo—. ¿Tuviste una fea caída?.
—Un chico me empujó —sacudí un poco mi ropa—.
—¿Dónde está? —preguntó molesta mirando a su alrededor—.
—No vi por dónde se fue, mi cabello cubrío mi rostro —suspiré—. Vayamos a mi casa.
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—Bienvenida —entré junto a Mabel y cerré la puerta una vez que ambas estabamos adentro—.
—_____, ¿ya hiciste amigos? —preguntó mi hermano mayor, Matt, asomándose desde la cocina—.
—Mucho antes que tú —sonreí victoriosa—.
—Hubieras conseguido un novio —suspiró y llevó a su boca una barra de pescado frito—.
Mabel rió por aquel comentario, yo solamente me crucé de brazos algo molesta. Mi madre se hizo presente luego de unos segundos, se notaba que estaba limpiando el lugar.
—¿Quién es tu nueva amiga? —preguntó mi madre con una tierna sonrisa—.
—Mabel Pines a su servicio —respondió Mabel sonriendo mientras daba un pequeño salto—. Me preguntaba si _____ podía quedarse a dormir esta noche en mi casa.
—Por supuesto que sí —sonrió aun más mi madre y me miró—. ¿Estas de acuerdo?.
—Claro —sonreí y fui con Mabel a buscar algo de ropa en mi equipaje—.
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—¡Mabel, bájame! —gritó Dipper tratando de que Mabel lo dejara en el suelo sano y salvo—.
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Dipper fue obligado a unirse a nuestra pequeña piyamada, aprovechando que dormía un lado de la cama de Mabel. Ambos comenzaron a llevarse hasta que Mabel decidió cargar a su hermano al estilo lucha libre.
—Si yo estuviera así con mi hermano, estaría firmando mi trato de muerte —reí—.
—Mabel lo hace pero le vale —dijo Dipper y Mabel lo dejó caer en su cama—.
Después de eso, los tres comenzamos a reír. Dipper tomó una almohada y golpeó a Mabel con esta, ella decidió golpearlo del mismo modo. Él estaba por recibir el golpe cuando sentí el impacto de la almohada en mi cara.
—Esto no tiene perdón —dije con una sonrisa mientras tomaba otra almohada y la golpeaba con ella—.
Así inició una divertida guerra de almohadas, los golpes dolían, eso era verdad, pero la diversión hacía que lo ignoráramos. El tiempo transcurrió, comenzó a darnos demasiado sueño que ninguno recuerda lo último que pasó o en qué momento nos dormimos.
Pov Bill: Bien, ha tenido la primera advertencia. Ahora mismo recorría los pasillos de la mansión de los Gleeful. Will me había dado algo de poderes y pude recuperarme, se sentía tan bien volver a ser yo.
—Dipper debe alejarse de mi FireKins —dije molesto mientras terminaba de ver su piyamada y como se quedaban dormidos—.
—¿Extrañabas ver a los Pines? —preguntó Will ofreciéndome un refresco de sabor—.
—Vigilo lo que es MÍO —tomé el refresco—. El chico Pines no está respetando eso.
—¿Hablas de FireKins? —asentí mientras bebía un poco del refresco—. La has estado mencionando mucho, ¿cómo se llama en realidad?.
—_____ Jenkins —miré como se sorprendió—. ¿Qué? —volví a beber un poco del refresco—.
—_____...¿se ha puesto linda? —sonrió y yo escupí todo el refresco en él—.
