Capítulo VII

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El sol ya se había puesto cuando llegaron a las puertas del hotel en donde se hospedaban los tigres asiáticos

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El sol ya se había puesto cuando llegaron a las puertas del hotel en donde se hospedaban los tigres asiáticos. Aiden no paraba de pensar en el peligro al que Riley los estaba llevando a ambos...

No temía a los tigres. Temía a Aria.

Ella era una mujer con la que no querrías encontrarte en un callejón oscuro.

—Ya llegamos —exclamó Riley emocionada.

Aiden no podía creer que su amiga estuviese con ánimo de enfrentarse a personas más grandes y poderosas que ella.

Su nueva confianza podía llevarla a su muerte. Literalmente.

—Detente Riley. —La tomó por el brazo antes de que entrara—. Debemos pensar lo que vamos a hacer.

—¿Pensar? —lo miró entornando los ojos.

—Debemos tener bien claro lo que vamos a hacer. ¿Y si Liu Xeng no está? ¿O si no nos quiere aclarar las cosas? O peor, puede que nos vean como una amenaza por irrumpir en su territorio.

—Su territorio está en China, y si mi olfato no me falla, Liu Xeng está aquí, ellos son tigres nos superan en tamaño, fuerza y números, creeme no somos ninguna amenaza para ellos.

—Qué orgullo tienes por tu especie...

Ella chasqueó su lengua, molesta.

—No estoy diciendo que no seamos fuertes, sólo quiero decir que usemos...

Reconoció el débil aroma de Joey Wells elevarse en el aire nocturno sobrecargado, el leopardo se puso en alerta de inmediato y antes de que Riley pudiese terminar su argumento, Aiden ya estaba alejandola de las puertas del hotel.

—¿Qué demonios estás haciendo? —chilló intentando zafarse.

—Cierra la boca, estoy salvando nuestro pellejo.

—Que raro de ti —dijo sarcástica—. Siempre siendo tan prudente.

La empujó a un callejón cuando advirtió la robusta figura del puma caminando en su dirección, no había tratado de buscar la dirección del aroma, y en la prisa por poner a Riley a salvo no le había dado importancia.

Grave error.

Si el puma los reconocía comenzaría a sospechar...

"Ya estoy pensando como Riley"

—Ponte la capucha de tu buzo y no hagas preguntas. —No había tiempo para protestas.

Él hizo lo mismo y la atrajo rodeandola con su brazo, mientras que al mismo tiempo la obligó a que se sentara.

Riley se paralizó al ver pasar a Joey Wells, Aiden contuvo el aliento e instintivamente bajó la mirada, acercando aún más contra su cuerpo a la temblorosa figura de ella, la fuerza en su interior vibró cuando Riley se encogió y enterró su mejilla en su pecho al ver como aquel hombre se detenía unos metros más allá del callejón.

Pasiones Ocultas [Serie Ice Daggers 4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora