Pasiones Ocultas [Serie Ice Daggers 4]

Capítulo VI

Se reunieron todos en el lobby del hotel, en los sillones del centro. Fue idea de Aria exhibirse de esa manera, lo que era muy raro. Ella prefería mantenerse en las sombras.

Desde la primera sesión del Congreso, los demás no paraban de mirarlos, como si fuesen extraños tan distintos a ellos, como si no pertenecieran a la misma raza. Por eso, Aria había decidido marcar su presencia en un lugar donde los vieran todos.

—Debemos demostrar nuestra confianza —les había dicho—. Ahora todos intentarán descubrir de que tamaño es nuestro clan. No podemos dejar que nos crean los últimos, no somos los últimos.

Riley había tratado de mantener la postura de Aria, o la de Aiden, pero no podía. Demasiados desconocidos en un mismo lugar la intimidaban, echando miradas curiosas de vez en cuando, ponían sus nervios de punta.

Las palabras de Liu Xeng todavía flotaban en su mente, se preguntó si él y su clan también se hospedaban en el mismo hotel, si tenía motivos y pruebas para hacer una acusación de tal magnitud hacia el medio hermano de Sean.

"¡Pero claro que sí! Si no, no les habría alertado"

Pero, existía la posibilidad de que los tigres estuviesen creando malas impresiones hacia los pumas, si ese fuera el caso ¿Con qué motivos? ¿Qué les había hecho el clan de Joey? ¿Sean sabría sobre eso?

Ansiaba saber más cosas, las dudas picaban su lengua como espinas. Aiden le había dicho que mantuviesen el secreto sobre lo que Liu Xeng les había dicho, a ella no le pareció correcto hacerlo, pues Aria se pondría furiosa si se enterase que le ocultaban información importante, pero Aiden, parecía muy seguro y ella confiaba en el.
Tenía que tener una buena razón para tomar una decisión tan arriesgada, la ira de su Alfa no era un juego.

—Espero que estén disfrutando su estadía.

El león Alfa, John Wayne, se acercó y tomó asiento en frente de Aria.

—Gracias.

—No es necesario, es un honor estar presente ante ustedes.

Aria apoyo sus codos sobre sus rodillas, y miro desafiante al león.

—Si es un honor... Entonces no nos trates como animales de exhibición.

—¿Esa es una amenaza? —John permaneció tranquilo, pero en el fondo estaba tenso.

—Tómalo como una advertencia, no somos ni seremos los últimos de nuestro tipo, tratanos como a cualquier otro cambiante común y corriente.

El león mostró una sonrisa de suficiencia y pasó una mano por su brillante cabello.

—El término a partir de ahora es linaje. Y no existen los cambiantes comunes y corrientes, eso solo se aplica a los humanos.

—¿Te agrada la idea de que se hayan aprobado tus propuestas? Dejame decirte que todo esto es en vano, nada cambiará.