—Hola, Mi amor.
— ¿Louis? ¿Practicando tu inglés?
— ¿Está tan mal?
—No, claro que no. Estás hablando mucho mejor que hasta el año pasado. —acordó la chica, sentándose en una mesa del patio de la escuela. — ¿Te duele mucho? —le preguntó, acercando su mano hasta la ceja del castaño tocando la herida que Harry le había propinado el sábado, para luego correr a su morado ojo, su nariz y su labio roto.
—No te preocupes. Estoy bien. —contestó el castaño, besando la mano de la chica.
—Claro que me preocupo, esto se ve feo. —dijo ella, tocando su ojo morado.
—No pasa nada, Charlotte. No voy a morir por unos cuantos golpes.
—Lo sé, pero... —y antes de que pueda terminar de hablar el timbre de comienzo de la última clase sonó, cortando el discurso de la castaña. —Debo irme. —finalizó, besando suave y rápidamente la mejilla del castaño.
Caminó hasta su salón de clase, luciendo unos pantalones apretados negros que caían hasta sus pies cubiertos por unos zapatos negros de plataforma cerrados, con una remera blanca sencilla y arriba de esta, una chaqueta escocesa azul y un sombrero negro dejando ver su cabello castaño caer en finas curbas a lo largo y ancho de su espalda.
—Charlie, ¿cómo estás? —inquirió Liam, con el que se sentaba en casi todas las clases.
—Bien, ¿y tú? —preguntó ella, besando su mejilla.
—Bien, tranquilo. —contestó el castaño, enfocando su mirada a la entrada del salón.
— ¿Te gusta Clea? —le preguntó la castaña, ya que el jugador de football americano veía con cara de idiota la puerta del salón, donde la morena se sentaba en uno de los primeros bancos, saludando a una amiga detrás de ella.
—Shhh... Se va a enterar todo el colegio, Charlie. —la regañó el muchacho, y ella rió, ya que no había hablado alto, si no, normal.
—Si, si te gusta. —comentó con una sonrisa. — ¿La has invitado a salir?
—No, ¿por qué?
— ¿Cómo por qué? Porque te gusta.
—No me gusta.
—Liam...
—Ok, tal vez, un poquito. —comentó este, haciendo reír a Charlotte.
— ¿Quieres que le diga en un chusmerío de chicas que gustas de ella?
— ¡No, claro que no! Ni se te ocurra, Charlotte.
— ¿Por qué no? La he cruzado más de una vez en la biblioteca.
—Porque no, Charlie. Sería más patético que cuando salimos a bailar, y Zayn y Harry tratan de que salga con una chica y le dicen que soy genial en la cama. —comentó haciendo reír a la chica, pero, ante la mirada de Liam, esta se detuvo y lo miró sorprendida.
— ¿De verdad hacen eso?
—Si, claro que si. ¿Qué no conoces a Zayn y Harry?
—Oh, de acuerdo, pero... Ve y háblale tu, entonces.
— ¿Y qué le digo? No, sabes... Mejor me quedo así.
—Ve, Liam. No seas tonto.
—Con la única chica que hablo eres tu, Charlie. A no ser, de que Zayn, Niall o Harry me obliguen a hacerlo en un club o pub.
—Vé y háblale. Mira... En la biblioteca ambas elegimos dos veces el mismo libro, orgullo y prejuicio. Y si lo leyó dos veces sin estar en un plan de estudio es que le gusta. Puedes hablar de cualquier cosa de la escuela, y luego, sacar ese tema e invitarla a salir.