Florencia entró a la casa todavía con el celular en la oreja. Jazmín había dejado de hablar, pero la sorpresa había dejado a la Estrella en un estado raro. Abrió la puerta con cuidado. El corazón le latía a mil. El pasillo de entrada estaba decorado con lucecitas. Lucecitas que le indicaban el camino que debía seguir. Se dejó llevar hasta el living.
Cuando vio la imagen que la esperaba, se llevó una mano a la boca en son de sorpresa. El lugar estaba repleto de flores. En floreros grandes, chicos, largos. De vidrio, de colores. Sobre la mesa. En todo el piso. Todas los tipos de flores que existían en el mundo parecían estar en ese living. Era hermoso. Y en el medio, con un vestido negro y corto, que la hacía volar, estaba Jazmín.
Flor se quedó congelada en su lugar. Jazmín le sonreía nerviosa y esperando. Pero Flor no sabía que decir. Estaba emocionada. No le entraba la felicidad en el pecho.
"¿Qué es esto?"
"Una sorpresa", le respondió Jazmín, como si fuera lo más obvio del mundo. Y lo era. "¿No me vas a saludar?" le preguntó. Su tono quería ser divertido, pero los nervios la traicionaban. Como si a Flor podría no haberle gustado lo que le había preparado. ¿En que universo alternativo podía suceder algo así?
Flor se acercó a ella y la besó suave. Sus labios contra los suyos tratando de transmitir todo el amor que sentía por ella. Puso sus brazos alrededor del cuello de Jazmín, atrapándola en ese momento. "Hola", le dijo contra sus labios. "Estas acá".
"Estoy acá", respondió Jaz, separándose apenas para mirarla a los ojos. "Estamos las dos acá". Se volvieron a besar, manteniendo la ternura. La besó despacio porque, como había imaginado hacía no tanto tiempo atrás, tenían todo el tiempo del mundo. El aroma de Jazmín inundaba todo el espacio entre ellas. Sus manos la tocaban con cuidado, caricias llenas de amor que a Flor la hacían sentir en las nubes.
"¿Qué es este lugar?" preguntó Flor cuando se separaron, mirando para todos lados.
"Esta es mi casa", respondió Jazmín, con la voz llena de ilusión.
"¿Tu casa? ¿Pero de dónde salió?"
"En realidad, esta era la casa de mi abuela. Cuando ella murió, me lo dejó a mí. Pero por varios años yo no... bueno, no era el momento".
"¿Y ahora lo es?"
"Si, ahora si. ¿Te gusta?"
"Es hermosa", dijo Flor mientras caminaba por el living, parando a cada rato para acercarse a las miles de flores que adornaban todo el lugar. La casa era un caserón de esos antiguos, pero a la vez era moderno. Flor siempre había creído que el departamento donde solía vivir antes era un fiel reflejo de la escancia de Jazmín. Pero esta casa era otra cosa. Esta casa era pura y simplemente Jazmín. La Jazmín que conocía ahora. La Jazmín que amaba.
"¿Por qué no me avisaste que venías?"
"Quería sorprenderte. como vos me venís sorprendiendo a mí", le dijo acercándose a donde Flor estaba parada oliendo unos jazmines y agarrándole la mano.
"Bueno, lo lograste".
"Me alegro". Jazmín tiró de la mano que sujetaba y la acercó a ella. Se besaron otra vez. Jaz dejó besos chiquitos en sus labios, por toda su cara.
"Lástima que vos estás hecha una diosa y yo con esta remera chota y el jean este que está re viejo". Flor se miró a sí misma, poco conforme con su vestimenta.
"Vos estas hermosa siempre. Además, cualquier otra cosa que te hubiera dicho habría arruinado la sorpresa".
"Bueno, te perdono", le dijo y le dio un beso en la mejilla.
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Será
FanfictionAU. Flor se casa. Jazmín se va a Córdoba. Siete meses después, lo inevitable se cobra una deuda.