Será

Llenar de amor

Florencia entró a la oficina con una sonrisa radiante. Se sentía radiante, lo cual hacía que todo a su alrededor se sintiera mil veces mejor. Se dejó caer en la silla al lado de Carla, que seguía ensimismada en la computadora. "Buen día".

"Buen día", le respondió Virginia. "Qué bien se te ve. ¿Cómo te fue?"

"Ay, no saben", empezó Flor, entusiasmada. "Hoy avanzamos un montón. Lucas se abrió como nunca. Lucas es uno de los chicos del grupo, ¿vieron? En el que yo estoy como ayudante. Pero es muy tímido y..." se detuvo de golpe. "En realidad, no tengo que decir nada. Es parte de su intimidad. Pero la cosa es que fue un día increíble. Es algo hermoso poder...no sé, no sé si es ayudar, pero aportar algo, desde mi experiencia. Son adolescentes, tienen toda la vida por delante y..."

Florencia se detuvo otra vez. Virginia la estaba mirando raro, con una sonrisa gigante. Y Carla parecía estar prestándole mucha atención, demasiada, tal vez, aunque había algo triste en sus ojos. "¿Qué?" preguntó, a la defensiva.

"Nada, que estás contenta", le dijo Virginia, como si fuera lo más obvio del mundo.

"Si", respondió.

"Me pone muy bien que estés así. Se te ve muy entusiasmada con esto".

"Lo estoy", dijo. Se sentía como si hubiera encontrado algo que siempre le había faltado. Volver a terapia había sido una de las mejores decisiones que había tomado en su vida. Conocer a Enrique. Poder estar ahora como apoyo. Su vida se sentía equilibrada. Estaba donde tenía que estar.

"Y yo me alegro", volvió a repetir Virginia.

"Y yo también", se sumó Carla.

Flor se sintió sonrojar. No le gustaba ser el centro de atención. No de esa manera.

"¿Ustedes qué onda?" preguntó, sacándose el foco de encima.

"Tranqui", respondió Virginia.

"Bien", dijo Carla. Pero era una mentira, Flor se daba cuenta.

"¿Qué pasa?" le preguntó.

Carla suspiró, había algo de derrota en la manera en la que había dejado escapar el aire de su boca. Miró a Virginia y después miró a Flor. Y luego pareció tomar una decisión. "Lucho quiere saber qué pasa con nosotros. Y que cortemos con las idas y vueltas. Para bien, o para mal".

Flor esperó a que Virginia hablara primero. Su hermana tenía más experiencia en esos temas. Pero Virginia se limitó cruzar la mesa con su brazo para tomar a Carla de la mano y dejar caricias sobre su piel.

"¿Y vos qué querés hacer?" preguntó Flor, yendo directo al punto.

"No sé".

"¿Vos lo querés?" le preguntó Virginia.

"Si, obvio que lo quiero".

"¿Pero...?" dijo su hermana.

Carla volvió a suspirar. Se llevó ambas manos a la cara y Flor se sintió mal. Hacía rato que no la veía bien a Carla, eso era verdad. Pero jamás había intentado hacer algo para ayudarla. No servía de nada sentirse culpable. En cambio, trató de utilizar alguna de las herramientas que había aprendido a usar en ese último tiempo para ayudarla ahora.

"¿Qué tiene Lucho que a vos te haga bien?¿Cuáles son las cosas de él que se pegan con las cosas tuyas y hacen que todo se sienta más lindo?" preguntó.

Virginia la miró sorprendida, aunque Flor no sabía por qué, exactamente. Carla no tardó en responder.

"Lucho es bueno. Es responsable, inteligente, es... es un buen tipo y..."