Será

Cena familiar

El aire en la habitación se sentía pesado. Flor se movía sobre ella ya con dificultad y a Jazmín le costaba mantener la posición, pero estaba muy cerca como para rendirse ahora. Le gustaba hacer el amor con Florencia mientras la miraba a los ojos. Le gustaba cuando ella tomaba el control, también. Sus cuerpos se conocían de una manera que Jazmín nunca hubiera pensado hacía unos meses atrás.

"¿Estás bien?" le preguntó Flor con esfuerzo. Jazmín mantenía su pelvis apenas elevada mientras Flor, con una pierna entre las suyas, se movía creando fricción entre ellas. Su humedad sobre la suya, en un ritual que había llevado tiempo perfeccionar, pero que funcionaba ahora la perfección. Un acto íntimo que las llenaba de placer y no hacía más que potenciar el amor que sentían. Flor tenía una mano en uno de sus pechos, pero ya no se movía, ella también estaba cerca y toda su concentración estaba puesta en una zona particular. Con su otra mano la tomaba de la cola, ayudándola a mantener la posición.

Sus respiraciones entrecortadas chocaban con sus propios gemidos, creando una harmonía ya demasiado conocida para los dos. Los movimientos de Flor eran bruscos y Jazmín la tomó del brazo porque necesitaba algo que la anclara. Sentirla así era siempre increíble. Y ese tramo final siempre se sentía para Jazmín como algo nuevo. Sus cuerpos transpirados chocaban sin coordinación y Jazmín sintió el momento justo en el que Flor explotó. Algunos segundos después, la acompañó. Flor se dejó caer sobre Jazmín mientras ambas buscaban recuperarse. Le tocó el pelo y besó su frente. Jazmín cerró los ojos mientras la sentía moverse para tumbarse a su lado.

Pasaran varios minutos en un silencio absoluto, hasta que Jazmín sintió el colchón moverse a su lado. No tuvo que abrir los ojos para saber que Flor se había parado para ir al baño. Sintiendo los músculos pesarle, se movió lo mínimo indispensable para levantar su remera del piso y ponérsela. Seguía acostada y con los ojos cerrados cuando Flor volvió a la habitación.

Jazmín había pensado mucho en lo que había sucedido con Lucía. Sobre todo en esos últimos días, después de haber dejado el hotel. Le molestaba haberle mentido a Flor, aunque creía que no había sido con la intención de lastimarla. Una omisión no era tan mala como una mentira, solía decir su abuela, pero de todas maneras la retaba cuando Jaz nole decía algo. Así que no sabía bien que pensar.

"¿En qué pensás?" le preguntó Flor, acostada a su lado en la cama. Había notado inmediatamente que algo le molestaba.

"En Lucía", respondió, y al momento que esas palabras dejaron su boca, supo que se había equivocado. Flor se sentó en la cama y la miró con los ojos abiertos, entre confundida e indignada. "Uy, no. No, no, no. No es que pensaba en ella", trató de explicarte, también sentándose y dándose vuelta para poder mirarla, "ahora, mientras nosotras estamos acá".

"Más te vale que no", le dijo Flor, habiendo abandonado la actitud previa por un tono más divertido. Jazmín se rió y Flor levantó las cejas, pidiéndole que se expanda en su explicación.

"Hace varios días que vengo pensando si me corresponde decirte o no. Primero esperé a ver si ella te decía algo, pero calculo que no lo hizo. Y después no sabía si era mi lugar, pero ahora pienso que es algo que te involucra y no quisiera que te sientas expuesta..."

"Me estas asustando", la cortó Flor, tomándola de la mano.

"Lucía sabe. De nosotras".

Flor la miró sorprendida. Jaz esperó para que sea ella quien retome la conversación. "¿Cómo sabes?"

"Me dijo algo que me lo dio a entender".

"¿Qué te dijo?"

Jazmín no iba a decirle exactamente qué le había dicho Lucía. Ella se había comido esa galletita por Flor, y no quería crear ahora discordia innecesaria. "Me lo dio a entender". La cara de Flor expresaba una preocupación que Jazmín nunca quería ver en ella. "Pero nada malo, Flor", le dijo. "No te tenés que preocupar".