Flor podía encontrar a Jazmín en cualquier lugar, en medio de cualquiera multitud. Su cuerpo simplemente lo sabía. Era como un nuevo sentido que había desarrollado con el tiempo. Entrando al bar, la sintió antes de verla. Sonrió de lo linda que estaba, con la carita concentrada mientras miraba la carta. Se acercó a ella con lentitud, aprovechando el tiempo para mirarla.
"Hola, hermosa", le dijo cuando la tuvo cerca. Jazmín sonrió inmediatamente, dejando la carta de lado para prestarle toda su atención. Flor se sentó frente a ella y dejó que sus dedos golpeen contra la mesa de madera un par de veces.
"Hola", le dijo Jazmín. "¿Cómo te fue?" le preguntó, sin poder esconder su ansiedad.
Flor soltó una risa. "Re bien", respondió, confiada. "Creo que re bien", se corrigió un segundo después. "En realidad, es difícil saberlo".
"Mirá lo contenta que estás. Te fue bien", le aseguró Jazmín. Flor se tapó la cara con las manos y dejó escapar un ruido entre nervioso y feliz. Entre sus dedos pudo ver la cara de Jazmín, que irradiaba felicidad.
"Es que, no sé. Fue raro. ¿Porque viste que cuando salí de casa estaba nerviosa?" preguntó sin esperar una respuesta. "Cuando llegué fue como que se me fueron todos los nervios. Y los chicos son divinos. Divinos, Jaz. Norma me dejó hablar un montón con ellos. Y siento que conectamos un montón. Y te juro que me van a ayudar más ellos a mí que yo a ellos".
"Flor, estoy tan orgullosa de vos. Sos increíble".
"Callate", le pidió, avergonzada. Volvió a taparse la cara con las manos, pero Jaz agarró sus muñecas y con cuidado las aparto.
"Estoy muy orgullosa", volvió a decir y Flor vio en sus ojos la verdad. Siempre había verdad allí.
"Así que el jueves tengo que ir de vuelta", continuó con su relato. "De verdad espero poder ayudar. Son tan vulnerables. Me hacen acordar mucho a mí a esa edad. Salvo que ellos tienen otro tipo de contención, ¿viste?", agregó con tristeza. "Pero bueno, estoy entusiasmada".
"Me alegro, Flor. Estoy tan contenta por vos". Se quedaron mirando por varios segundos, hasta que la panza de Flor dejó en claro lo que sentía. "Eso pasa por salir sin desayunar", le dijo Jazmín, agarrando la carta otra vez. Flor la imitó y, algunos minutos después, estaban listas para pedir.
Una chica joven se acercó a ellas y con una sonrisa les tomó la orden. "¿Las papas fritas las podrás sacar antes que lo demás o es mucho lío?" preguntó Jazmín. La moza la miró de arriba abajo de una manera poco disimulada y le guiñó un ojo.
"Para vos, lo que quieras", le dijo, usando una voz distinta a la que había usado con Flor mientras anotaba el pedido. Flor se quedó mirándola mientras se iba, moviendo las caderas más de lo necesario, estaba segura.
"¿Qué le pasa a esta piba?" preguntó.
"¿Qué le pasa de qué?" dijo Jazmín, haciéndose la tonta, Flor estaba segura.
"¿Me estás cargando? Te estaba tirando todos los perros, es una desubicada".
"No le hagas caso, Flor, ¿qué importa?".
"Me importa porque es una desubicada", retrucó, molesta. A Jazmín no parecía molestarle mucho. "¿Te gusta que te tiren onda mientras estás conmigo?"
"Flor, me chupa un huevo", le dijo. "Justamente porque yo estoy con vos. Y todo el mundo desaparece para mí cuando estamos juntas".
Jazmín era buena con las palabras, Flor lo sabía. Pero Jazmín nunca usaba las palabras como un arma. Lo que decía, lo creía. Y Flor podía confiar en sus palabras.
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Será
FanfictionAU. Flor se casa. Jazmín se va a Córdoba. Siete meses después, lo inevitable se cobra una deuda.