8:40
Los labios de Flor se sentían como un alivio sobre la piel de su bajo vientre. Flor dejaba besos suaves a su paso y recorría su cuerpo con lentitud, casi con vagancia. El sábado a la mañana las había encontrado así, entre besos y caricias, con reticencia a levantarse de la cama. Flor se detenía en cada lunar, dejando que su pulgar acaricie para que después sus labios siguieran con la tarea. Tocó con cuidado la cicatriz en su cadera, prestándole más atención. Pasó su lengua por el arito que Jazmín todavía tenía en el ombligo.
"Me parece que es hora de que me lo saque", dijo Jazmín, hablando en voz baja.
"Te mato", respondió Flor, levantando la cabeza de su cuerpo para mirarla. Jazmín rió, pero Flor insistió. "De verdad".
"Ya estoy grande".
"Sos cuatro años más chica que yo".
"Bueno, no sé. ¿Tanto te gusta a vos?"
"Si", respondió Flor contra su piel. "Siempre me distraía".
"¿Cómo?" preguntó Jaz, de repente más interesada en la conversación.
"Me parecía muy...no sé. Me gustaba. Como te quedaba. Sexy". Jazmín volvió a reir, pero Flor mordió suavemente sobre la piel de sus costillas, así que la risa se convirtió rápidamente en algo parecido a un gemido. "Siento que me gustabas siempre, pero no me daba cuenta". Jaz se enterneció ante la declaración de Flor, y con el dorso de su mano acarició su mejilla.
"No me lo saco, entonces", decretó. Flor le sonrió y siguió subiendo con sus besos.
"Este es mi favorito", dijo, antes de dejar un beso sobre el lunar que posaba en uno de los pechos de Jazmín, justo sobre el material del corpiño que Jazmín todavía usaba desde la noche anterior. Volvió a besarlo, esta vez usando su lengua, al tiempo que su mano recorría el tatuaje que Jazmín tenía en las costillas, así sin mirarlo, casi como si lo conociera de memoria. Llegó al hueso de la clavícula y dejó que sus dientes se arrastraran por la zona. Después, depositó un beso allí. Subió por su cuello, dejando besos mojados. Succionó en el punto donde el pulso de Jazmín latía cada vez con más fuerza. Llegó a su pera, mordió y siguió hasta llegar a su boca.
Jaz sintió la respiración de Flor rozar sus labios y no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios. Flor se quedó allí por algunos instantes y, aunque Jazmín tenía los ojos cerrados, sintió que su novia también estaba sonriendo. Flor besó la comisura de sus labios con tanta suavidad que por un momento Jazmín pensó haberlo imaginado. Después rozó sus labios con los suyos brevemente, dejando a Jaz deseando más. Dejó escapar una risita y Jazmín la sintió directo sobre su boca. Flor unió sus labios con delicadeza y tomó su labio inferior entre los de ella. Pasó su lengua y después tiró, sin lastimarla, antes de soltarlo. Jazmín dejó escapar un suspiro y tomó la cara de Flor entre sus manos, con la intención de besarla.
Y entonces, sonó el timbre.
"Concha puta. ¿Vos esperás a alguien?"
"No", respondió Jaz, molesta, mientras estiraba su brazo para ver su teléfono. Ningún mensaje. Era raro. Flor ya se estaba moviendo de su lugar entre sus piernas. "Yo voy", dijo, y se paró de la cama con desgano. Agarró el primer buzo que encontró en el placard y un short de pijama que había en el piso. "Vos quedate acá", pidió mirando a Flor, "quietita, que mando a volar a quien sea y vuelvo, ¿sí?"
Flor le tiró un beso y Jazmín bajó las escaleras de dos en dos. "¿Quién es?" preguntó, llegando a la puerta.
"Miranda", respondieron del otro lado. Jazmín se sorprendió. Ni siquiera sabía que Miranda sabía donde vivía. Abrió la puerta y se encontró con la sonrisa gigante de la más pequeña de las Estrellas. Sonrisa que inmediatamente se transformó en una mueca de pánico.
ESTÁS LEYENDO
Será
Hayran KurguAU. Flor se casa. Jazmín se va a Córdoba. Siete meses después, lo inevitable se cobra una deuda.