Capítulo 7

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Allyson 

James ignoró por completo mis advertencias y se fue. Estaba muy preocupada pues todo era una broma planeada por Jessi y sus amigos. Pero no quería entender razones además era totalmente necio, sin embargo y a pesar de que estaba algo molesta con él no iba a dejar que lo lastimaran de ésa manera. Tomé un abrigo y salí lo más rápido que pude tratando de no preocupar mucho a la señora Williams al inventar la primera excusa que se me vino en mente "Olvidé que debía reunirme con unos amigos" y de ésa manera me libré de una larga explicación. De un paso apresurado llegué a correr tratando de esquivar a cada persona que iba caminando por la acera, el aire en mis pulmones no era suficiente y mis pies dolían cada vez más, pero aún así no me detuve, corrí mucho más rápido, a todo lo que daban mis pies, pasé calles repletas de autos que estuvieron a punto de arrollarme pero no me importó, por fin llegué a la plaza casi sin aliento, pero dispuesta a evitar la desgracia que le rompería a James el corazón en miles de pedazos pero al parecer ya era demasiado tarde. 

Ahí estaba James sentado en una de las bancas, repleto de harina, huevo y una sustancia verde de dudosa procedencia, mientras varios chicos tomaban fotos y se burlaban, y aún así él no se movía ni un milímetro.  Y en la multitud estaba Jessi, con Dylan otro de los chicos de su aclamado grupo, pero ella no reía, estaba preocupada y arrepentida, puedo ver sus emociones y sé con seguridad que ella sabe que lo que hizo no estuvo nada bien. 

Obviamente no me iba a quedar de brazos cruzados, en un dos por tres hice que sus teléfonos dejaran de funcionar, como era de esperarse todos enloquecieron y prefirieron prestar atención a sus celulares tratando de arreglarlos, pero no iba a funcionar. Me acerqué a donde todos ellos se encontraban, me abrí paso entre la multitud y pronto todas las miradas se posaron sobre mi. Fui hacia James y lo tomé de la mano para sacarlo de ahí y acabar con su tormento, más él no se movía.

—Tu... estás aquí— dijo tirando de mi mano—Creí que...—

Le sonreí y retiré un poco del líquido verde de su cara —Hey, no te dejaría solo, somos amigos ¿no?—

Sin decir más y con una sonrisa, nos fuimos de ahí ante la mirada expectante de todos. Pero al pasar frente a Jessi y Dylan James se paró en seco, metió la mano en su bolsillo y sacó la pulsera y el listón que había visto en su habitación y los cuales obviamente eran pertenecientes de Jessica; James jaló la mano de Jessi y le dejó sus cosas.

—Ya no necesito ni quiero saber nada de ti, eres una hipócrita de primera— dijo James con una risa sarcástica.

Todos lo miraban impresionados, pues no esperaban esa reacción y menos con Jessica pues todos sabían que el gustaba de ella, pero era un amor unilateral que ya se había acabado y que la misma Jessica se había encargado de pisotear con sus acciones y por supuesto un poco de ayuda. James en ningún momento bajó la cabeza, encaró a todos con mucho valor y a su paso las personas iban apartando la mirada. Así seguimos caminando tomados de la mano sin decir ni una palabra, salimos de la plaza y caminamos por las calles de la misma manera, eso hasta llegar a casa, donde, como era de esperarse nos encontramos con un interrogatorio por parte de la seora Williams.

—Cariño, sabes que puedo ir a hablar con la directora, para que expulsen a los chicos que te hicieron ésto, y Jessica, nunca esperé que ella te hiciera éso— la madre de James estaba realmente molesta pero sobre todo preocupada por su hijo.

—Mamá ya te lo dije, no es necesario, yo tampoco esperaba éso de Jessi, pero las cosas van a cambiar de ahora en adelante y hablo por todo, dejaré de ser el perdedor— James se fue a su habitación, su perspectiva sobre las cosas y las personas realmente había cambiado, pero era algo que no se le podía reprochar pues estaba en todo su derecho y yo lo ayudaría, ya lo había dicho antes, no lo dejaré solo.

...

2:50 am

James nunca bajó a la cena, así que hablé con su madre dejándola más tranquila al decirle que nunca lo dejaría solo. Pero había algo que me preocupaba, y es que una vez que completara mi misión yo desaparecería para siempre y también de la memoria de todos los que me conocieron, ése pensamiento no me dejaba dormir, di mil vueltas en la cama y no pude conciliar el sueño. Al voltear a la puerta de mi ahora habitación—asignada especialmente para mi por la señora Williams—vi una luz proveniente de fuera, al parecer era de la habitación de James, que estaba justo enfrente ¿de verdad seguía despierto?

Salí a corroborar todo y ahí estaba él frente al espejo con unas tijeras en una mano y un mechón de pelo en la otra.

—¿Que haces?— dije parada en el marco de la puerta

—Oh, yo solo quería... ya sabes, un cambio de imagen—

—¿Si sabes que no tienes que cambiar porque los demás lo quieran?— dije acercándome a él mientras le quitaba las tijeras de la mano

—Si, es solo que, de verdad quiero cambiar, quiero que todo cambie tu... ¿me ayudarás?—

—Claro, somos amigos ¿no?—dije a lo que ambos sonreímos. James se sentó frente al espejo mientras yo examinaba su cabello pensando que hacer—Bueno... en realidad nunca he hecho esto, pero ¡he visto películas!—

—Espera ¡¿que?!—

Reí al ver su cara de terror por mi comentario, pero aún así procedí a cortar su cabello que en ése entonces le quedaba algo largo tapando un poco su frente y ahora lucía un lindo corte se podría decir normal, tomé un cepillo y lo peine un poco de lado haciéndolo lucir con estilo. El resultado era esplendido, ahora podía ver con claridad sus ojos verdes, eran realmente lindos pues además del color tenía unas largas y gruesas pestañas. Después de éso procedí a ayudarlo con la apariencia de su cara, nunca había hecho ésto ya lo dije, pero las películas son de gran ayuda. Apliqué algunas mascarillas y cremas haciendo que ahora James luciera un rostro hermoso, ahora sólo quedaban dos detalles...

—¿Tienes lentes de contacto?— pregunté observándolo de arriba a abajo.

—Si, pero sólo los he usado una vez—

—No te preocupes, te podrás acostumbrar, ahora los usarás, mañana faltaremos a  la escuela, iremos con tu dentista—

—¿Acaso estás loca? tenía pensado ir la otra semana—

—Debe ser lo más pronto posible, no creo que la apariencia lo sea todo, pero si quieres cambiar, eso también cuenta—

—Bien bien, mañana iremos temprano sin que mamá se de cuenta y también iremos por ropa, para ambos, ¿de acuerdo?— Asentí satisfecha y por fin me fui a dormir, pues ya era tarde y más tarde había muchas cosas que hacer.


Literalmente a la mañana siguiente salimos corriendo para huir de la señora Williams quien estaba muy ocupada en la cocina como para poder vernos, sólo le dejamos una nota, tomamos algunas rebanadas de pan tostado con miel y salimos de casa.

—Primero debemos ir al dentista, atiende temprano, así que supongo que ya estará abierto— dijo James mientras nos poníamos en marcha al consultorio que quedaba a unas calles de la escuela, así que evitando pasar por ahí para no toparnos con las miradas curiosas nos escabullimos cuidadosamente de no ser vistos y una vez conseguido entramos a la clínica dental.

Por ser tan temprano eramos los primeros, al entrar la recepcionista nos miró con cara de pocos amigos indicándonos,groseramente que debíamos esperar y así lo hicimos, nos sentamos en los pequeños sillones blancos de la sala de espera, de vez en cuando la recepcionista nos dirigía miradas de odio mientras se maquillaba, pero eso no nos detuvo a esperar. A la llegada del doctor el semblante de la recepcionista cambió y lo recibió con una gran sonrisa con la cual también le indicó a James que pasara con el dentista. En los próximos minutos mientras esperaba me dediqué a leer una revista que encontré en la mesita, estaba tan concentrada que no me di cuenta cuando James ya estaba frente a mi.

Al alzar la mirada pude notar que James ya se había quitado los lentes y se colocó los de contacto mientras que ahora lucía una hermosa sonrisa; la recepcionista y yo nos quedamos boquiabiertas, no sé si no lo vi bien anoche, pero lucía realmente apuesto.



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