CAPÍTULO DOS

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AVALON

Tal como lo esperaba, aparezco en mi habitación. Espaciosa, con paredes de color gris, cama con incrustado en la cabecera de plata, y todo un ventanal de cristal cubierto en este momento por cortinas de seda.

Nunca había tenido una teletransportación con alguien más, principalmente porque se supone que es algo que haces con otro Viajero que posee sus propias habilidades y porque con miedo de sonar repetitiva: solo descendientes del Supremo pueden trasladar a otros.

Sí, se supone que ser descendiente directo del Supremos trae consigo habilidades repotenciadas, pero de nada sirve cuando no podemos hacer uso de ellas. Al menos hasta ahora que, de hecho, lo he realizado dos veces.

Agradezco tener como habilidad la fuerza, y que el uso en desmedida de mis habilidades hoy, no me haya agotado. Generalmente, los Viajeros funcionamos como una barra de carga, ella se puede ir agotando durante el día según el uso que le demos, y para recargarnos, es necesario ingerir azúcar y mantenernos inmóviles al menos dos minutos. Nunca me ha sucedido, porque nunca hice sobresfuerzo.

Bloqueo de nuevo mis pensamientos porque si Kallum va a saber de esto, tengo que buscar una manera calmada de decírselo. Siempre estoy siendo esa melliza... La que es propensa a los problemas e imprudencia.

Sostengo con fuerza a Jaden, es un peso liviano gracias a mi habilidad, y lo acuesto boca arriba sobre mi cama. Hago una mueca con mi boca viendo como su pie sangrante mancha mi edredón azul, y luego porque recuerdo entonces las tantas veces que mencionó su herida y no le di atención.

Mayormente si eres un Viajero, Cambiaforma, Bruja o Elemental, eres propenso a sanar en el poco espacio de un par de horas si la herida no es de alcance mortal, pero Jaden luce muy humano por lo que podría contraer alguna infección y debido a que no puedo decir que lo tengo bajo mi custodia, él podría solo morir en mi cama.

Me inclino sobre él y retiro el cabello de su frente, observo los rasgos de su rostro. Es demasiado atractivo para ser solo humano, tiene rasgos que no he visto antes. Finos, aristocráticos y preciosos.

—Iré por algo para tu pie, Jaden. No te muevas o estaremos muertos, literal. —Sé que está inconsciente, pero tengo fe de que sea sensato en el caso de llegar a despertar.

Paso mis dedos por mi cabello ondulado y castaño intentando lograr la imagen de una inocente. Respiro hondo, doy los pasos hacia la puerta, giro la manilla y me encargo de activar el seguro una vez la cierro. Aunque no es que alguien debiera sospechar que algo extraño sucede en mi habitación.

El rascacielo Real es monstruosamente enorme, cuenta con una cantidad impresionante de habitaciones y mucho personal para atenderlo, incluso es vergonzoso admitir que cuenta con personal de la raza humana baja, es decir, esclavos. Paso a unos cuantos al caminar, nunca me ven a los ojos, solo hacen leves inclinaciones con sus cabezas que me hacen sentir muy incómoda. Cuando era una niña intenté hablar con algunos de ellos, pero ellos resultaban heridos si los pillaban o yo castigada por días mientras me impartían clases sobre las castas sociales y de razas. Entendí que más sufrían ellos que yo con las consecuencias cuando hablábamos. Así que dejé de intentarlo y pretendí que no existían, de esa manera mi estómago no se retorcía tanto pensando en cómo los trataban y las limitantes de su existencia. Pero es horrible a veces solo aceptar que me volví como tantos que solo son cómplices de sus situaciones.

Tomo uno de los transportadores del Óvalo de metal ubicado en las paredes. Somos Viajeros y podemos teletransportarnos, sin embargo, El Supremo no lo permite, por eso usamos el Óvalo de metal. Presiono el botón del área de servicio humano luego de tapar de manera discreta los botones con mi espalda para que las cámaras no lo capten. De inmediato el Óvalo se mueve y solo toma quizá cuatro segundos llegar a mi destino. Salgo y en un principio los pocos trabajadores humanos se detienen, pero luego bajan su mirada fingiendo no reconocer mi presencia.

BabyloniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora