CAPÍTULO TRES

15.6K 2.6K 1.9K
                                    

AVALON

Estoy perdiendo cualquier tipo de concentración, lo que hace que mis pensamientos sean muy dispersos y que seguramente Kallum pueda pescar cualquiera de ellos. Incluso puedo escuchar los suyos llenos de desconcierto y muchas maldiciones porque le estoy provocando fuertes dolores de cabeza.

—Avalon, abre ahora mismo la puerta. —La voz de Kallum se vuelve insistente— . No me gusta nada los pensamientos dispersos que estás dándome. ¿Quién está contigo?

—¿Qué pasa? ¿Quién es ese? —Jaden luce confundido, pero no necesito que empiece de nuevo a delirar sobre su sueño o locura.

Debo apresurarme a responder a mi hermano, cada segundo que pasa solo me acerco más a hacerle perder la paciencia, y todos los que conocemos a Kallum sabemos que mi mellizo carece de esa virtud.

—Kallum... Yo... No pasa nada, solo...

Ni siquiera puedo seguir hablando cuando siento el cosquilleo en mi nuca, su presencia. Kallum aparece en mi habitación, justo detrás de Jaden. En un principio parece desconcertado, y luego palidece a medida que cae en cuenta de que hay un hombre desconocido en mi habitacion. Un hombre que claramente no es Viajero.

—¡¿Pero qué demonios, Avalon?! —Su piel ha pasado de estar pálida a ir adquiriendo poco a poco un tono carmesí—. Te has superado. ¡Esta vez se te ha ido la cabeza! ¿Buscas que te maten?

—¡Joder! —En otras circunstancias, el salto que da Jaden por el susto me hubiese hecho reír, pero ahora solo siento que me preparo para una fuerte tempestad—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Joder! —En otras circunstancias, el salto que da Jaden por el susto me hubiese hecho reír, pero ahora solo siento que me preparo para una fuerte tempestad—. ¿¡Cómo narices has...!? Da igual, no quiero saberlo. —Sacude su cabeza un par de veces mientras me observa incrédulo, totalmente ajeno a todo lo que está sucediendo.

—Puedo explicarlo, Kallum, te prometo que no he hecho nada malo.

Bueno, eso no es del todo cierto al ver que la lista de faltas que he cometido es larga, y estoy tan alterada que en este momento mis pensamientos incoherentes son como un libro abierto para mi hermano. Él me mira totalmente horrorizado, casi parece que me da por muerta.

—Avalon, hermana, pero ¿qué has hecho?

—No lo conozco, de verdad que no lo conozco.

—Kallum, yo te lo explico. —Veo, impotente, como éste osado da un paso hacia adelante y comienza a gesticular con sus manos mientras seguramente se prepara para decir sus locuras—. Mira, todo esto es una especie de sueño de realidad paralela, a la que el tequila y las cervezas me han traido. Al principio era divertido, lo admito —me mira y luego vuelve la vista a mi hermano—, pero ya me apetece volver a mi cama. ¿Puedes ayudarme, amigo? —Sonríe de una manera que por un momento me deja anonadada, por lo atractivo que es y seductor que luce con ella. Sacudo mi cabeza.

Kallum frunce el ceño y lo ve de pies a cabeza, antes de dar pasos hacia mí luciendo molesto.

—¿De verdad, Avalon? ¿Vas y rompes las reglas por un tipo que va hasta arriba de amapolas? ¿Es éste vagabundo quien hará que mueras o seas exiliada? ¿Es este pobre diablo la razón por la que te arriesgas a tanto? ¿Tanto desprecias la idea de Zoylo? Porque esto es extremista y no creo que lo valga.

BabyloniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora