Enamorado... ¿¡DE UN MORTAL!? (PAUSADA Y EDITANDO)

Una noche loca

La noche se había acercado, por lo que todos estaban despidiéndose muy gustosos, Cus daba retirada al igual que los demás invitados, agradeciendo a Bulma por la comida y la atención.
Bills había decidido junto a Whis seguir charlando con Black en su planeta llevándolo para aclarar ciertas dudas.

–Tú te irás con nosotros, Black, tenemos que seguir hablando. —Se toma el mentón—

–Vaya, señor Bills ¿y Zamasu? —Whis cuestiona a su Dios un tanto curioso—

–Yo no lo quiero conmigo, Gowuasu se encargará de él y Shin lo vigilará, después que de que le dé aviso al anciano y a su asistente.

La actitud de Whis se torna férrea, por lo que no dude nada elevándose, mientras Bills toma de su hombro y se alejan.

–Antes de irme. ¡Shin! Tú cuidarás a Zamasu junto al señor Gowuasu en su templo, por esta noche. ¿Entiendes, verdad?

Shin se toma con su mano derecha su ajuar fuertemente, mientras que con la izquierda sus dedos pasaban por su cabello.

–S... si, está bien.

El señor Gowuasu los mira a los dos fijamente, sus ojos reflejaban confianza y seguridad por lo que los toma uno a uno de sus manos para llevarlos al planeta Kai del universo 10.
Se observaba una estela de distintos colores se veía por los hermosos cielos del planeta donde las estrellas brillaban.

Gowuasu, Zamasu y Shin se dirigieron al planeta Kai del supremo en el universo 10, el señor Gowuasu había dicho en el camino que se encontraba demasiado cansado por lo cual se iría a su habitación.

–Bueno... chicos, les deseo una excelente noche, Zamasu te guiará, no me lo tomes a mal supremo Shin, es solo que me encuentro un poco cansado, y pues disculpa la descortesía.

–No se preocupe, yo lo entiendo. Vaya con calma y descanse.

Gowuasu no dice nada por lo que camina hacia su habitación la cual se encontraba muy lejos del templo
Zamasu rápidamente lo interrumpe.

–Su excelencia Gowuasu, antes de dormir le daré un poco del té que prepararé.

–¿Uh? Vaya... no me puedo negar a eso.

Zamasu estaba bastante ebrio, aún así podía disimular, pero cada cosa que tomaba la soltaba, caminaba torpe tirando algunas vasijas con condimentos, aún así no quería ser descubierto por el ancianito, Así que se fue a la cocina y tomó unas hojas de valeriana preparando así un delicioso té. Esperaba un poco más de tiempo mientras esté calentara, chocaba con cada una de las paredes, no podía sostenerse del todo con normalidad.
Shin se encontraba en la misma situación, fuera del templo donde admiraba el cielo, sonrió disimuladamente al apreciar la actitud de Zamasu, callaba para tampoco ser descubierto, pero una impaciencia lograba sentir, su cuerpo se calentaba, jadeaba y se movía de un lado a otro.

Habían pasado unos cuantos minutos cuando a lo lejos se apreciaba la silueta de Zamasu quien sostenía una tasa de té caliente el cual liberaba algo  de vapor para complacer a su maestro. El señor Gowuasu la tomó gentilmente y sin preguntar más su mano lo sostuvo. Agradeció con una leve reverencia y se retiró a su habitación.

Shin solo miraba a Zamasu, no le podía quitar ni un instante el ojo, Zamasu se sentía demasiado ebrio por lo que en cualquier momento perdería la razón, Shin comienza a caminar con una mirada errante, acercarse cada vez  al mayor, mientras jadeaba y mordía sus labios lentamente, lamía poco a poco su labio inferior, sonreía feroz.

–Joven Zamasu, puedo notar que... hubo efecto las bebidas, pensaba que no le causarían ninguna reacción.

Zamasu se ruboriza por completo, sus mejillas se tornan bastante rojas, sus ojos grises se dilatan pero se hipnotizan al ver intenso a Shin.