Final

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Una tarde nublada, el planeta Kai se encontraba triste, las nubes negras, el sol sin salir, el árbol deslizaba las hojas marchitas de aquella penumbra, todo se tornaba inerte,.
Una silueta camina desolada, pasos lentos, pasivos, una mirada caída, el cielo gris podía determinar por medio de la luz su tristeza, ojos llenos de lágrimas, mirando al suelo, el prado verde, manos temblorosas, puños cerrados, su intensa y profunda furia que desataba cada que apretaba los puños sin poder actuar.

Kibito se asomaba por la gran ventana del templo, estaba por llover, observaba la belleza que para él pareciese ver con tanta fuerza, no determinaba con certeza, pero algo lo deja intranquilo, al divisar una silueta que se dirige al templo sin saber quién era ese sujeto. Una tensa neblina azoto todo el planeta, una ojos penetrantes lo admiraron, su semblante se torna tenso, sus ojos no podían parpadear al ser atraído por esa mirada que apenas se lograba a notar.

Kibito salió del templo un tanto tembloroso, sus piernas temblaban, sus manos sudaban, ¿miedo?

–No es posible, no puedo... no puedo moverme, siento que me falta el aire, ¿Por qué salí de aquí? No me explico...

Una mirada directa lo deja estupefacto interrumpiendo sus pensamientos, logrando que un gran susto sacudiera a Kibito dejándolo inerte y sin poder reaccionar, recordando el motivo de estar en ese lugar, por fin su rostro se hizo presente, no explicándose el por qué. Su boca abierta, confundido, asustado, sin entender por qué él...

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Semanas antes

–Dendé,.. siento la necesidad de tenerlo a mi lado, detrás de ello hay una historia. Yo cometí tantos errores, pero no me resignaría a perderlo, ¡jamás! No puedo permitir que siga derramando lágrimas. Me duele infinitamente—apretaba sus puños con fuerza al grado de causarse daño sin querer—

–No...  no digas eso, por favor tranquillo, no te muevas, no deberías hablar, tú estado no es favorable. Discúlpame, no comprendo, no puedo entender, ¿qué fue lo que ocurrió?, ¿A qué te refieres con lo que haz dicho? Debes entender, acaban de herirte gravemente, no deberías hablar, es mejor quedarte aquí. ¡Llamaré a los demás! —Consternado con su mirada preocupada tajante respondió, ordenando así informar por lo sucedido—

–Tengo qu-e decirte, no puedo quedarme sin confesar la verdad. No puedo seguir con esta maldita incertidumbre que está esta comiendo por dentro. No lo digas, no los busques, volverá, él... volverá

Kamisama preocupado no podía entender lo que ocurría, había llegado quien menos se esperaba, graves heridas lo rodeaban, su rostro deshuesado, pupilas pálidas, sangre que rodeaba su cuerpo en medio de sus prendas, un estado grave, no podía creer lo que estaban mirando sus ojos, lágrimas rodaban por su rostro, caían rápido, sin decir palabra alguna cayó a sus brazos...

–D-debo decirte la v-redad. No me queda mucho tiempo, mi cuerpo no resistirá, mi angustia es cada vez peor...  Yo lo amaba con toda el alma, yo solo vivía para él. Siempre regalándome sonrisas, no es quien ahora pretende...

Entre sus ya visibles lágrimas decidió continuar hablando, titubeaba, las manos le temblaban, apenas podía seguir hablando, Kamisama estaba tratando de tranquilizarse, su mano tomaba su cabeza desesperado, sus ojos los cuales podían observarse la sensación de una desgracia a ocurrir.

Yo lo conocí hace tiempo, era un peleador increíble, sus habilidades en artes marciales me dejaron anonadado, su actitud al presentarme... a-un lo recuerdo, no sé me olvid-a... lo salude, me tomo mi mano dulcemente, era una tarde... el señor Gowuasu me invitó a su universo, tomábamos un poco de té, un hombre alto y con una mirada penetrante me dejó sin aliento, unos h-erm-osos ojos grises me miraban, su sonrisa se pintaba en su rostro feliz de vernos.

–Señor Gowuasu, ¡Qué gusto! He venido a servirles un poco de té...!

–Hola, ven por favor... quiero presentarte, me gustaría que platicaran un poco, es mi invitado de honor, además. Quiere que tengan un pequeño encuentro, está muy entusiasmado por ver tus grandes habilidades.

–Primero que nada, Mucho gusto, me siento muy alagado por su presencia. Mi nombre es Zamasu, es un placer —Hizo una reverencia y una pícara mirada me deleitaba—

–Es un gusto... mi nombre es...

Interrumpiendo aclaró

–Sé quien es usted, me siento tan alagado.

Al terminar el té en la mesita del templo  de Gowuasu los dos, quienes ahora eran contrincantes se levantaron para poder dar una demostración, con pasos firmes se dirigieron al jardín fuera del templo para así luchar.

En posición de pelea se colocaron, sus miradas se cruzaban serias y con mucho entusiasmo, por lo que Zamasu ataca primero con un firme movimiento de manos para golpear a su oponente quien se mostraba tranquilo, esquivando el golpe, levita y se aproxima con una fuerte patada, asimismo los dos peleadores continuaban golpeando, puños, patadas, esquivadas y aún así no podía tocar a Zamasu, su emoción era tan grande que terminaba por distraerlo. Sin previo aviso y conciencia de su entorno recibe un golpe por parte de Zamasu en su cuello dejando al otro cayendo al suelo.

Me tomó rápidamente, cargándome preocupado por mi, tan impresionado estaba por su rapidez y destreza... aún recuerdo ese día, así pasaron varias ocasiones en las cuales nos veíamos muy seguido, él y yo a solas en alguna parte del mundo, hasta qué... sentía cosas diferentes al estar a su lado, no quería estar con alguien más, siempre a su lado, siempre con él.

Una noche nos encontrábamos juntos como era costumbre, yo estaba feliz de verlo, habían pasado varios meses, tenía mucho que hacer y él había ascendido con Gowuasu, estaba listo para decirle que algo me provocaba al... yo...

T-unimos algo má...

–¡SHIN...! DESPIERTA, POR FAVOR, DESPIERTA!!!! No, por favor, por favor...

Enamorado... ¿¡DE UN MORTAL!?     (PAUSADA Y EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora