¿Dakota cuanto es mas por mas? – Dijo alzando un poco la voz, yo justo encontré la bandeja y hable –
Ya te lo he dicho más de 10 veces hoy Gideon, signos iguales se suman, signos distintos se restan – Dije y empecé a salir de la alacena, pero al enderezarme por creer que estaba ya fuera de la alacena, me di un golpe en la cabeza - ¡Auch! – Dije y me lleve la mano que tenia libre a la cabeza, Gideon empezó a reír – Entonces, ¿Cuánto es mas por mas? – Dije mientras sobaba mi cabeza y me levantaba –
E-Es – Dijo entrecortadamente por la risa, solo lo miré con una mirada seria, y empezó a calmarse – Es ma – Dijo, pero volvió a reír –
Gideon – Dije alargando la ultima silaba como si lo fuese a sermonear - ¿Cuánto es mas por mas? – Dije y me cruce de brazos, si no me pongo serio va a seguir riendo y no va a querer hacer su tarea –
¿Es más? – Dijo preguntando, un poco más serio, pero todavía tiene una sonrisa en la cara –
¡Bien! – Dije y le aplaudí – Sigue con el ejercicio – Dije y señalé su cuaderno –
Llené la olla con agua, y la puse en la cocina para que empezara a hervir, seguí con el sartén, coloqué la crema de leche, y el queso para que se fundieran, le agregue sal, y luego que estuvo lista la salsa, el agua estaba empezando a hervir, le agregue sal, y vertí la pasta para que se empezara a cocinar, mientras se cocinaba, me acerqué a ver a Gideon.
¿Cómo vas con el ejercicio Gideon? – Pregunté sin detallar mucho el cuaderno –
Ya casi lo termino – Dijo contento –
¿Sí? A ver el ejercicio – Dije y giré el cuaderno hacia mí, empecé a detallar el ejercicio, y vi que se olvidó de un signo negativo que estaba casi al principio, levanté la mirada y me encontré con sus ojos raros que esperaban expectantes a que le dijera como estaba el ejercicio – Te comiste un signo Gideon – Dije y giré el cuaderno hacia él y señalé el signo, el tenia un puchero en la cara – Eliminaste bien el resto, pero ese signo negativo te puede cambiar todo, así que vuelve a hacerlo y no olvides ese signo – Dije y le extendí el lápiz para que lo volviera a tomar –
Injusto – Dijo y alargó la última silaba, y luego infló los cachetes –
Jaja, no es mi culpa que hayas pasado por alto ese signo pequeñín – Dije y acerqué mi mano a su cara, apreté sus mejillas causando que las desinflara, esa costumbre de inflar los cachetes cuando se decepciona o se molesta es bastante vieja, al igual que arrugar la nariz – Tenia tiempo que no te veía inflar las mejillas – Dije y reí –
Gideon no dijo nada mas, solo tomó el lápiz y borró el ejercicio para empezarlo de nuevo, yo me acerqué a la cocina y removí la pasta en la olla para que no se pegara, luego me senté frente a Gideon mientras él seguía con el ejercicio, unos minutos más tarde él habló.
¡Ahora sí! Creo – Dijo y giró el cuaderno hacia mí, empecé a revisar el ejercicio y en efecto, estaba correcto –
Ahora sí está correcto Gideon – Dije y le sonreí – Sigue con los otros mientras yo termino la comida – Giré el cuaderno hacia él para que continuara –
Me levanté de la silla, y me acerqué a probar la pasta, ya estaba en el punto justo para escurrirla, busque el colador, que estaba colgado en la pared, menos mal, no quiero otro golpe en la cabeza por tener que meterme dentro de la alacena; coloqué el colador en el fregadero, apague el fuego, y busque unos agarraderos para levantar la olla, tomé la olla y la vacié en el colador, luego, deje la olla a un lado y tomé el colador y la sacudí para sacar el resto del agua, lo deje un momento allí para preparar el horno, lo encendí y lo dejé calentando, luego, en la bandeja puse un poco de la salsa de los macarrones, y vacié el contenido del colador en la bandeja, vertí el resto de la salsa y lo removí con una paleta, busqué otro poco de queso en el refrigerador y los puse sobre la pasta en la bandeja para que se gratine, una vez hecho esto, abrí el horno, tomé la bandeja en mis manos y la metí en el horno, ahora, solo son unos 15 minutos para que se gratine el queso y podamos comer.
Ya terminé el otro ejercicio Dakota – Dijo, yo giré hacia él y me pasé la mano por el cabello, justo me toqué donde me había dado el golpe al salir de la alacena, solté un quejido y Gideon volvió a hablar - ¿Estás bien? Ese golpe se vio fuerte – Dijo abriendo los ojos algo preocupado –
Si, solo que creo me saldrá un chichón por el golpe – Dije y me acerqué a él, tomé el cuaderno, revisé el ejercicio, estaba correcto – Lo hiciste bien Gideon, solo te falta uno, y cuando lo termines vamos a comer – Giré de nuevo el cuaderno y él se apuró a comenzar el ejercicio para comer a gusto –
Me acerqué al horno y abrí la puerta, todavía le falta un poco a los macarrones para estar listos, al cerrar el horno, mi teléfono sonó indicando que era un mensaje, caminé hasta la mesa ratona en el salón, donde había dejado el teléfono al empezar a ayudar a Gideon, lo tomé y al desbloquearlo era un mensaje de Papá, "Dake no llegare temprano a casa, surgió una reunión de emergencia en mi trabajo, cenen sin mí, y si no llego antes de la hora de dormir acuesta a Gideon por mí, gracias" le respondí que no se preocupara, y que Gideon estaba haciendo tareas conmigo, volví a la cocina con el teléfono y lo deje en la encimera.
¿Cómo vas Gideon? – Dije frente a él –
Según yo, bien – Dijo levantando la mirada – Ya tuve que borrar una parte porque me volví a olvidar de un signo – Dijo arrugando la nariz –Pero ya voy mejor – Al terminar de hablar volvió a bajar la mirada para concentrarse en el ejercicio –
Qué bien que tú mismo te diste cuenta del error, así a la hora del examen tu mismo puedes saber y solo le tendrás que preguntar a la profesora cuando tengas una duda mayor – Dije y extendí mi mano para pasarla por su cabello y revolvérselo un poco, esto se me volvió un tic, cada vez que lo veo, o tengo la oportunidad de pasar la mano por su cabello lo hago, y él se acostumbro a que hiciera eso desde pequeñito, recuerdo que una vez venia cansado del colegio, y al llegar solo saludé, no me acerque a él para cumplir con la rutina que tenia al saludarlo, Gideon se levanto y me siguió para tomarme del pantalón y al girarme y preguntarle qué sucedía, el tomó mi mano y la pasó por su cabello para que nuestra costumbre no se rompiera, yo sonreí y pase por mi propia cuenta la mano por su cabello, saludándolo con un "Hola pequeño", cuando terminé de hablar, él me sonrió y volvió al sillón con Papá, el cual nos veía sonriente y enternecido, como la mayoría de las veces, salí de mis memorias cuando Gideon habló –
¿Por qué sonríes? –Dijo e inclinó la cabeza, yo aparte mi mano y respondí –
Estaba recordando la vez que llegué del colegio y como venia cansado solo saludé y no pase mi mano por tu cabello como siempre, tú me detuviste y tomaste mi mano pasándola por tu cabello para cumplir con el saludo de cuando volvía a casa – Dije sonriendo –
Ahh, es que ya es costumbre, y desde que tengo memoria me saludas así, el que no lo hagas es extraño – Dijo apoyando el lápiz en su mejilla – Igual que el que pases tu mano por mi cabello en cualquier otro momento sin que sea un saludo, creo que ya te es una maña – Dijo y se me quedó viendo a los ojos –
Es cierto, ya es como una especie de tic – Dije y me recargué de la encimera – Por cierto, el mensaje que me llegó era de Papá, dice que no podrá llegar temprano por una reunión de emergencia en su trabajo, así que cenaremos tu y yo solos – Hablé y Gideon solo asintió, y volvió a su cuaderno –

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Bonito Desconocido
Genç KurguTodo empezó en una fiesta, intercambiaron miradas y quedaron prendidos uno del otro. ¿El problema? Encontrar a un Bonito desconocido.