25- Permiso

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¡Dakota! – Escuché a Gideon alargar la última sílaba de mi nombre, yo solo solté un quejido - ¡Despierta! – Dijo y empezó a saltar en mi cama y a subirse a mi espalda - ¡Buenos días Dakota! – Dijo y empezó a zarandearme –

Buenos días Gideon – Dije con voz ronca y sin abrir los ojos, me removí un poco en la cama, y al abrir los ojos me encontré con Gideon de cabeza frente a mí, volví a cerrar los ojos, y Gideon empezó a saltar en la cama de nuevo –

¡Despierta! – Dijo mientras saltaba –

Ya voy, ya voy – Dije sentándome con las piernas cruzadas sobre la cama –

Te espero abajo con Papá – Bajó de mi cama de un salto y corrió hasta la puerta –

En unos minutos voy – Dije mientras me estiraba, Gideon asintió y salió –

Perezosamente me levanté de mi cama, me di una ducha, y me vestí con un jean blanco, una sudadera negra y unos tennis grises, salí de mi habitación y bajé hasta la cocina.

Buenos días – Dije entrando y sentándome en la barra de la cocina junto a Gideon –

Buenos días – Respondió Papá - ¿Qué tal te fue ayer haciendo tareas con Gideon? – Preguntó mientras cascaba un huevo en el sartén –

Bien, no es tan mal alumno, solo hay que explicarle con calma – Dije mirando a Gideon - ¿Qué te parecieron los macarrones? – Pregunté cuando me giré hacia él –

Excelentes, muy bien hechos, tenían la cantidad justa de todos los ingredientes – Dijo sonriendo – Te enseñaron muy bien a cocinar, y menos mal, no sé cómo no se me quema la comida cuando cocino – Dijo y empezó a reír – Dake, ¿Me ayudas con los vasos y el jugo? – Preguntó, y yo solo asentí, me levanté y caminé hasta las alacenas, busque los vasos y los puse en la barra, luego volví, y fui hasta la nevera, busqué la jarra y me serví un poco de jugo en el vaso para probarlo, normalmente a Papá se le olvida agregarle azúcar al jugo, me llevé el vaso a la boca y probé el jugo, como predije, a papá se le olvido el azúcar, yo reaccioné arrugando la cara y llevándome la mano que tenia libre a los costados de la mandíbula, mientras soltaba un quejido por la acidez del jugo, Gideon se dio cuenta de mi reacción y empezó a reír, cuando se me pasó la acidez del jugo, hable y me giré hacia papá extendiéndole el resto del jugo que tenía en el vaso.

Prueba el jugo Papá – Dije y el tomo el vaso, al probar el jugo, soltó un quejido y me devolvió el vaso - Ácido, ¿Cierto? – Dije mientras tomaba el vaso –

Si, si jaja – Respondió Papá con una sonrisa inocente, yo solo negué con la cabeza y dejé el vaso en la encimera –

Voy a ponerle el azúcar – Dije y caminé hasta la alacena, empecé a buscar el azúcar y no la encontré – Papá... ¿Donde metiste el azúcar? – Pregunte mientras lo veía –

En una de las alacenas... Pero no recuerdo cual – Dijo rascándose la nuca, yo solté un bufido y seguí buscando, en las alacenas, encontré el azúcar, en una gaveta, junto a los utensilios de cocina, solté otro bufido –

Aquí está... - Dije girando hacia Papá - ¿Por qué el azúcar terminó junto a los utensilios para cocinar? – Pregunté mientras señalaba la gaveta –

Ayer compre azúcar, porque se estaba acabando, y del sueño lo puse en un sitio al azar, no recordaba donde estaba – Dijo Papá riendo –

El otro día confundiste el azúcar con la sal, porque tú mismo los cambiaste de bote – Negué con la cabeza y reí –

Tu una vez le pusiste sal a mi café porque agarraste el bote que no era – Dijo contraatacando, mientras colocaba el ultimo huevo en el sartén –

Si, ¡Pero era pequeño! – Dije y empecé a reír, Papá se unió a mi risa y luego Gideon –

Después de terminar de reírnos, le agregue el azúcar al jugo y lo serví en los vasos, colocándolos en cada sitio, mientras Papá, colocaba los huevos y las tostadas en los platos, lo ayudé colocando los platos en la encimera, Gideon ya se iba a lanzar a por una tostada, pero le quité el plato, y lo amenacé con la mirada, volví a colocar el plato frente a él, y se quedo esperando ansioso.

Dake busca la mermelada por favor – Dijo Papá sirviendo su plato, yo solo asentí y camine a la nevera, busqué la mermelada y me senté junto a Gideon a la vez que colocaba el bote en el medio de la encimera, una vez Papá se sentó con su plato y su taza de café, empezamos a desayunar. Al terminar, Papá me recogió los platos y los metió al lavavajillas. Subí a buscar mi bolso y Gideon venía detrás de mí para recoger el suyo. Al bajar.

¿Puedes llevar a Gideon a la escuela? – Tengo que pasar buscando un papeleo para la empresa –

Claro – Dije –

¡Yay! – Soltó Gideon en voz alta –

¡Ah! – Recordé el viaje a la playa - ¿Puedo ir el fin de semana a la playa con Chad y Julian? – Pregunté – Nos quedaríamos en la casa de playa de la familia de Chad – Expliqué –

Por mi no hay problema, no tengo planificado nada para los 3 en el fin de semana – Dijo antes de subir la escaleras rápido –

¡Gracias! – Grité para que me escuchara, al girarme hacia Gideon me veía molesto – Después del juego arreglamos y nos vamos a la playa los 3 juntos, ¿Te parece? – Dije agachándome a su altura –

¡Claro! – Soltó emocionado, yo sonreí y revolví su cabello –

Bonito DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora