Max POV.
—¿Tienes todo listo?—preguntó mamá mientras terminaba de ponerse su collar.
Ya había pasado una semana desde el accidente, estábamos viviendo en un departamento precioso,mamá ya tenía trabajo en una multitienda, yo asistirá a un instituto nuevo, ahora empezaría una nueva vida, dejando el pasado en el pasado.
—¡Sí!—le confirme mientras salia de mi habitación.
—Pues bien, nos vamos—sonrió.
Su trabajo quedaba no muy lejos de mi instituto, sólo unas cuántas cuadras. Mi vida empieza nuevamente.
Caminos juntos hasta mi Instituto, preguntó si quería que entraramos los dos pero la convencí de que no, ya era tarde y debía no podía empezar mal su primer día de trabajo por así decirlo.
Estaba nervioso, admiré el lugar antes de entrar, ¿Qué cosas habrá allí adentro?, ¿Pasará lo mismo que la última vez?, ¿Entrar o huir?, ¡maldición! no sabía qué hacer. Saqué una moneda, la lancé hacia el cielo, estiré la mano, si era cruz entraba, si no... regresaría al departamento. La moneda giró y cayó en mi mano e inmediatamente la cerré en forma de puño, tenía una corazonada de que sería cruz. Abrí la mano y...
—¡Joven!—me asusto una voz gruesa, volteé a ver y al parecer era el inspector del instituto—. ¡Ya pues, a clases!
—Enseguida.
Entré y no pude evitar chocar con alguien y caer al suelo. Cuando abrí los ojos me fije con quién choqué, era un chico, castaño, al parecer bronceado, tenía ojos café con salpicones de miel, llevaba un gorro azul y me estaba mirando.
—Lo siento mucho, perdón—me disculpé inmediatamente y me levanté—. No te vi y yo...
—No no te preocupes—dijo mientras sacudía su ropa—. ¿Eres nuevo?
—Sí—respondí sonrojado.
—Bueno, que tengas un feliz primer día—me dijo y sonrió.
Veía como aquel chico se alejaba hacia unas escaleras, esa sonrisa era tan... ¡Max cállate! debo concentrarme en lo que importa, empezar bien este año escolar.
Caminé hasta el salón nueve, toqué la puerta y un profesor de edad la abrió me miró de los pies a la cabeza.
—¿Y usted joven?
—Soy alumno nuevo—contesté nervioso—. ¿Es este el tercer año?
—Si, pase—dijo haciéndose a un lado para dejarme entrar—. Tomé asiento en alguna parte y quédese en silencio.
Muchas caras me miraban y me sentía aún más nervioso. Miré por si estaba aquel chico pero no había señales de él.
—Lo siento profesor, la sala de maestro estaba cerrada.
Esa voz. Era él.
—Está bien, no se preocupe tome asiento.
Dio media vuelta y al verme sonrió y sentó delante mío, tenía un aire curioso, misterioso, como si desease que lo leyeran cual libro, y eso de alguna forma llamaba mi atención, y lo que más llamaba mi atención era su gorro, me tapaba la.pizarra.
—Oye, disculpa—le susurré—. Este... podrías quitarte el gorro.
—No.
¿Qué mierda?
—No me deja ver la pizarra.
—Pues no la veas.
—¿No te lo vas a quitar?—pregunté en un tono amenazador.
—Lee mi boca—con sus grueso pero a la vez finos labios artículo "no"—. ¿Entendiste?
—Creo que no—tome su gorro y lo arrojé lo más lejos que pude.
—¡Serás idiota!
—¡Ustedes dos atrás!—nos interrumpió el profesor—. Después de que termine la clase se quedan castigados.
Ambos nos fulminamos con la mirada, él era un idiota, nada le costaba quitarse el gorro un momento.
Tocó el timbre y el profesor poco más nos encierra en el salón. Él estaba en una esquina y yo en otra. ¿Qué pasó con aquel muchacho que conocí esta mañana? Bueno el profesor dijo que teníamos que pedirnos perdón y si cuando él volviera no habíamos hechos las paces él mismo tomaría medidas. Pues ni modo.
—Perdón—le dije estrechando mi mano.
—Perdonado—dijo sin siquiera mirarme.
—Tú turno ¿no crees?—me crucé de brazos.
—¿Y yo por qué?—dijo con cara de inocente.
—Si te hubieras quitado el gorro esto no habría pasado.
—Está bien—resopló.
Ambos estrechamos las manos, su piel era más o menos suave, me quedé mirando nuestras manos juntas, sentía un ardor en las mejillas, cuando le miré el rostro él hacía lo mismo que yo. ¿Qué está ocurriendo? ninguno quiere soltarse.
—Este...—dijo él soltando nuestras manos y rascándose la nuca.
—Está bien, ¿Quieres algo de comer?
—No gracias—respondió pero su estómago lo delató.
—Yo creo que si.
—Está bien, ya que no pude desayunar, veamos que trajiste.
—Pie de limón—dije mientras lo sacaba de la mochila.
Ambos tomamos una rebanada y conversamos de algunas cosas triviales, como que su nombre era Demian, vivía en un departamento con sus padres y su hermano menor, que le gustaba el rap y el rock, que le encantaba andar skate y estar solo.
Tocó el timbre, el profesor regresó a ver si habias hecho las paces pero al vernos comer animadamente el pie de limón no nos pregunto nada, sonrió y se fue. Los demás entraron al salón y seguido de ellos una profesora que al parecer era de inglés, bien, al parecer todo esta comenzando bien.
ESTÁS LEYENDO
Un Nuevo Amor
Teen FictionMax es un chico que creyó dejar todo lo malo atrás, cuando llega a una nueva ciudad se enamora por primera vez dándose cuenta que amar a un chico está bien, aún con todo los problemas que eso le trae. ¿Podrá evitar que el pasado lo separé del chico...