Extra: Olvídalo.

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"Si no puedes dar marcha atrás, atraviesa tus errores y olvídalos, no te preocupes. No es fácil, pero grábate esto en el pecho: Si presientes que te vas a estrellar, acelera, idiota, vamos".

Never Mind - BTS.

( f i n a l    a l t e r n a t i v o   d e   e s t i g m a )

– Estudié tu archivo, Yoongi –contesté, alejándome–. Sé que el incendio fue provocado por un escape de gas, no por ti. Y no te temo, simplemente soy políticamente correcta. No debemos estar tan cerca, así que voy a poner los límites que Luna no estableció...

– Creí que eso de la actitud defensiva había acabado para todos –dijo, cruzándose de brazos–. ¿Acaso piensas romper las reglas que tu amiga impuso? ¡Dana, por amor a Dios! Claramente no voy a acostarme contigo, ¿qué pensabas? Aparte de que eres mi enfermera, lo cual en otras circunstancias no me importaría, apenas te conozco. Y no soy el monstruo que crees –dijo, exasperándose de un momento a otro–. Por primera vez en mi vida supe qué se sentía que alguien creyera en ti ciegamente cuando Luna habló en esa mesa, pero claramente tú no opinas lo mismo, y está bien. Haz lo que quieras, me importa una mierda, me importa un carajo. Trataba de simplificar las cosas, ¿pero sabes qué? Olvídalo. Eres imposible.

Él suspiró, tirando de su cabello mientras se volteaba a la pared. Tenía razón, todo el mundo me lo decía. No era buena haciendo amigos ni demostrando mis emociones, y mentí cuando dije que no le temía. Me aterraba. Pero luego de un rato, reuní mis fuerzas y tomé aire.

– Me llamo Dana Violet Chase. Nací en Littleton, Colorado, un diez de noviembre hace veintidós años y viví ahí hasta que mis mejores amigas y yo decidimos mudarnos a Seúl para empezar de nuevo. Luna, Lena y yo éramos conocidas como el Nana Squad en la escuela, ya que todos nuestros nombres eran bisílabos y terminaban en "–na", pero Luna me llama "nana" por una vez en la que estaba ebria y ni siquiera me acordaba de cómo se pronunciaba mi nombre y estaba diciendo incoherencias –escuché una risita por parte de él, iba bien–. Antes de aceptar este trabajo, sólo me encargaba de diseñar portadas y gráficos para diferentes revistas extranjeras. Y terminé aquí, contigo. Y no está mal.

Suga me dedicó otra sonrisa y volteó a verme.

Ahora somos amigos.

...



– ¿Eres americana, eh? Juré que eras latina.

– Bueno, mis abuelos de parte de padre lo son, pero se mudaron a Littleton cuando mi padre aún era pequeño. Mi padre conoció a mi madre en la universidad, ella estudiaba Artes y él Música, se casaron y me tuvieron años más tarde.

– ¿Y por qué decidieron mudarse a Seúl de todos los lugares en el mundo?

Dana pensó un momento, esa respuesta era muy personal, pero algo dentro de ella sintió que podía confiar en Suga. Respiró profundo por segunda vez, intentando procesar lo que estaba a punto de decirle y de encontrar la manera correcta de hacerlo.

– Bueno, al principio la culpa fue únicamente mía –inició, sopesando su respuesta para evitar decir algo mal–. Salí con un chico, su nombre era Ross. En realidad puedo estar segura que haberlo aceptado fue el mayor error de toda mi vida. Era conocido por conocer, no había una chica en todo nuestro pueblito fuera de nuestro círculo de amigos que no hubiese estado envuelta con él. Pero era tan guapo y al principio tan gentil, que decidí meter la pata.

– ¿Te engañó?– preguntó, mirándola con preocupación.

Dana miró al suelo y negó con la cabeza, recordando lo que tanto quería olvidar.

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