One Shots- Damie

IX

- ¿Mamá, pero cual es la necesidad de invitarlo otra vez a casa? ¡Ya vino la semana pasada! - digo rodando los ojos y dando golpes fuertes en el piso mientras camino con brazos cruzados a la sala tirándome en el sofá.

- Mayi, hay que ser cordial con los nuevos vecinos – dice mamá muy calmada- Además el chico tiene prácticamente tu misma edad y ahora ira a la misma escuela que tú. ¿No te parece emocionante? ¡Un nuevo amigo Dakota! -continúa mamá con su chachareo y se sienta en el sofá frente a mi- ¿Viste que guapo es? – mueve las cejas como quien dice en dirección a mí.

Pero por supuesto... ¡Por supuesto que lo vi! Y creo que ese ha sido mi castigo. Apenas lleva una semana aquí y TODAS las chicas ya están cayendo a sus pies. Además, de que es tan imbécil que se atrevió a besarme, Y EN MI PROPIA CASA. ¡Eso es invasión a la privacidad! El viernes, hace dos días, mientras yo estaba en mi habitación escuchando música y usando mi cel, alguien tocó el timbre de casa y como Mel no estaba, bajé yo. Miré por el rotito de la puerta quien era y como vi que era él, Jamie se llama, accedí a abrirle por si se le ofrecía algo... un favor, debo aclarar. Con mi sonrisa amable de oreja a oreja abro la puerta y ahí se encuentra él sonriendo como un tonto. Tiene los ojos grises y para mí, con eso ya tiene el titulo gano de los mas hermosos del mundo. Son extraños y eso me parece fascinante. Tiene el cabello medio ondulado y castaño y es solo unas pulgadas mas altas que yo. Es un año mayor y tiene un par de músculos bien formados.

-Hola- suelto amable.

-Hola- responde de vuelta mientras sonríe de manera picara- Vecina, ¿Dakota verdad? – pregunta y asiento- Necesitaba un pequeño favor y me parece que tu podrías ayudarme... -dice con todo medio dubitativo, medio seguro.

-Bueno, si esta a mi alcance, por supuesto. ¿Cómo te ayudo? – digo mirando sus ojos.

-Es que necesitaba... oye, ¿Qué es eso que tienes ahí? - dice señalando un lado de mi cara mientras frunce el ceño.

- ¿Qué cosa? ¿Dónde? -comienzo a tocarme la cara paranoica y avergonzada pensando que tengo residuos o de la Nutella o de las papas que estaba comiendo hace un momento en mi cama.

El se ríe disimuladamente y se acerca un poco para ayudar a limpiar mi rostro.

-Aquí- dice colocando una de sus manos en mi mejilla y limpiando con su pulgar el aparente residuo de no sé qué. Estoy totalmente segura de que mis mejillas se han teñido rosadas porque él se ha puesto exactamente igual al percatarse de la cercanía de nuestros rostros. Mirándonos a los ojos mientras yo trago grueso, da el paso que falta y me roba un beso que no tenía intención de responder... pero me dejé llevar y lo seguí. Fue maravilloso, no puedo mentir y además...-interrumpo mis propios pensamientos.

Y aquí estamos otra vez, yo enojada con ese imbécil que se cree muy listo. No quiero verlo. No ahora. Luego de que estuve todos estos días evitando encontrármelo o verlo cada vez que salía de casa. No estoy prestando mucha atención a lo que mamá está diciendo, cuando escucho el timbre de la sala sonar.

- ¡Ahí están! - ella sale como loca a la puerta y yo rápidamente me dirijo a las escaleras que me dirigen a mi habitación, pero lamentablemente no soy muy rápida.

-Dakota, querida, saluda y guía a la visita hasta el comedor. Voy a revisar algo a la cocina y ya los alcanzo- dice mirándome fijamente- a todos- dice con reiterado énfasis y se que se refiere a mí. Arrastrando casi mis pies y sin levantar casi la mirada para no verlo y me acerco a ellos. Les doy un breve saludo al Sr. Dornan y a dos sus hijas que son un poco más grande que yo e ignorando al único varón que lleva su sangre, les indico el camino hacia el comedor. Como Jamie se quedó un poco más atrás lo deje que me siguiera, pero antes de yo entrar de pleno al comedor, me sostiene de un brazo y me acorrala en la pared. Mi respiración se acelera y la de Jamie no se queda atrás.

-Jamie- susurro.

-Eres muy dulce y hermosa Dakota, ¿Qué voy a hacer contigo? Me tienes loco. Loco y lo único que ha pasado ha sido una semana desde que te conocí- La virgen de los abdominales, aiuda.

-No me interesas Jamie. ¿Entiendes eso? - me hago la fuerte para no caer nuevamente en su encanto como la ultima vez.

- ¿Estás segura? Tu cuerpo me dice otra cosa. Estas temblando un poco, tu corazón está a un millón y no has dejado de mirarme los labios, y te has mordido el tuyo una innumerable cantidad veces- susurra lentamente en mi oído y ya mi raciocinio se fue a la mierda. Me da un besito en el cuello y brincamos del susto cuando mamá da un leve grito, asumo, que al vernos tan cerca. Ella se hace la discreta ahora y camina por nuestro lado a paso rápido hasta el comedor con las bandejas de comida en mano sin mirarnos y con una sonrisa a punto de estallar. Me desperezco rápidamente de los brazos de Jamie, y con la poca dignidad que creo tener, me encamino ahora si al comedor. Pero nuevamente, Jamie me sostiene de la mano y dice rápidamente atravesándome con esa mirada significativa -Dime que no estoy cometiendo una locura. Dímelo y yo te dejaré en paz- sus ojos imploran una respuesta inmediata, pero a su vez, claman una oportunidad para esta "declaración" disfuncional. Me suelto de su agarre y camino lentamente con él tras de mí. Me siento en la silla más cercana a mí, mientras el opta por sentarse justo al lado contrario de la mesa... frente a mí.

Durante la cena, mamá se encargó de preguntarle hasta lo imposible al Sr. Dornan. Desde la razón de porque se han mudado desde tan lejos, hasta si tiene pareja. Cuando preguntó esto último, Jamie me sostiene su mirada en mí y aunque no lo miro de vuelta, siento su mirada arder en mí. Él es lindo, muy lindo, a decir verdad. Capaz su insistencia es una locura. Y capaz mi negación hacia él sea otra. Pero, vale, vamos a detenernos un segundo y seamos realistas. Muchas veces pensamos "¿Cuál es el afán?" "Déjalo eso para mañana" como también el dichoso "comienza a vivir" pero, ¿Qué tal si mañana se acaba el mundo? Algunos pensarían que han vivido en vano, mientras que otros no, pero la vida es precisamente para apreciarla y vivirla al máximo, como tu quieres y no como nadie mas quiere. Se trata de sumar aventuras y recuerdos que a largo plazo te sentarás y dirás "Recuerdo que..." y reírte con ello. Así que con eso en mente y mi mirada fija hacia Jamie y la de él en la mía, muevo mis labios lentamente para decir *(sin que nadie escuche)*, las palabras que lleva esperando durante toda la cena.

"No me dejes en paz. Si quiero". Y una enorme sonrisa aparece en su rostro como si estuviera a punto de partirse en dos.

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HOLA!!! Espero que estén todos bien. Confieso que me alegra que les estén gustando los caps! Ya casi llegamos a las 1K leídas!!!  jsadfbhjasdvfa Grazie Mille desde lo mas profundo de mi cora <3

PD: de que país son?