Inter umbras

CAPÍTULO VII: Sangis

Damián llegó a la Madriguera tan rápido como sus piernas le permitían correr. Con su maleta aún sobre los hombros, pretendía ir primero a su habitación para dejar ahí la mochila, pero apenas entró a la mansión, se encontró a su hermano en el vestíbulo.

– Por fin llegas– le recriminó Dante.

– Lo siento, no podía dejar sola a Nina.

– Vamos, el señor Larson convocó una reunión en su oficina.

Subieron las escaleras de madera hasta la segunda planta, donde se encaminaron a la puerta enorme con la α marcada. Dante tocó y Amber Gaunt les abrió. Damián echó un vistazo rápido entre los presentes. Ahí estaba Josep; Aaron y su familia se hallaban cerca a la puerta; Víctor Larson estaba sentado en su elegante silla, y su hijo, de pie a su lado, parecía un alfil protegiendo al rey, pero la novia de Adrián Larson no estaba ahí, quizás porque debía cuidar al pequeño Thomas; Paulina, por supuesto, se encontraba angustiada a la derecha de Josep, pero Nicolás no estaba por ningún lado.

Damián entró en compañía de su hermano, con la cabeza agachada en disculpa no sólo por llegar tarde, sino también por entrar con la maleta aún al hombro.

– ¿Dónde está él?– preguntó el recién llegado a todos los presentes.

– Damián, te estábamos esperando– mencionó el imponente Alfa levantándose de su silla–. Ahora toda la manada está reunida.

– ¿Dónde está mi hermano?– reiteró Paulina en la pregunta, demostrando que no habían querido discutir nada sin la presencia de Damián.

– Está en una cabaña en los Cerros Orientales– respondió Víctor por fin.

– ¿Si ya sabemos dónde está por qué no hemos ido por él?– agregó Josep adelantándose un par de pasos hasta quedar cara a cara con el Alfa, pero por su importante posición dentro de la manada nadie consideró eso como un insulto a la autoridad de Víctor.

– No sabemos si en realidad está ahí. Recibí una llamada de un número oculto. Era un hombre utilizando un distorsionador de voz. Me dio la ubicación de Nicolás, pero tal vez sea una trampa– el Alfa tomó aire profundamente–. Paulina y el resto, necesito que se preparen para lo que podamos encontrar en esa cabaña. Quería que toda la manada estuviera reunida porque se trata de uno de los nuestros; sin embargo, teniendo en cuenta que puede ser un anzuelo para atraernos, a la cabaña sólo iremos unos cuantos.

Todos empezaron a hablar al mismo tiempo, expresando sus inquietudes con respecto al tema. La principal idea que rondaba por la cabeza de los miembros de la Madriguera era que alguien los estaba atacando. No era casualidad que el cadáver de un humano apareciese en sus territorios y que poco después desapareciese uno de los hombres más valiosos de la manada.

– ¡Silencio!– gruñó Víctor y todos guardaron silencio en el acto–. Josep, tú irás conmigo, es tu sobrino. Marcel, como beta debes quedarte aquí y velar por la seguridad de la Madriguera mientras no estamos, Gregor y Cecil serán tus remplazos en esta ocasión. Paulina y Damián vendrán, por supuesto, pero Dante, tú no estás capacitado para este tipo de misiones, te quedarás. Adrián, también te quedarás a cuidar de tu propio hijo. Aaron, por ahora debes proteger tú solo a Nina. El resto de ustedes también permanecerán aquí. ¿Entendido?

– ¡Sí, señor!– respondieron al unísono.

Así, la manada se dividió en dos: seis de ellos irían en la búsqueda de Nicolás y el resto se resguardarían al interior de la Madriguera. Damián estaba agradecido de que por fin el Alfa tuvo en cuenta sus peticiones y le permitió ayudar en vez de estar cuidando a Nina. Le gustaba estar con ella, sobre todo ahora que podía acercarse con naturalidad, pero salvar a su primo era más importante ahora.