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El autobús parecía ir mucho más lento que de costumbre y aquello no paraba de atormentar a los nervios de un joven pálido que se hallaba al lado de la puerta de salida, a la espera de que su parada llegase para echar a correr.

Cuando Sana lo había llamado antes, se encontraba haciendo un trabajo para la escuela, nada demasiado importante. O al menos, no tan importante como su hyung lo era.

Suspiró enfadado. ¿Realmente pensaba irse sin decirle nada? Eran los mejores amigos que el mundo había podido ver y se sentía ofendido ante la noticia no dada. ¿Y por qué se iba? ¿Y a dónde?

- Joder, Taehyung - murmuró.

El transporte paró y él salió corriendo; la casa de su hyung no quedaba demasiado lejos de la parada así que, no tardaría más de dos minutos en llegar si seguía a esa exagerada velocidad.

Una vez frente a la humilde casa, comenzó a tocar el timbre con desesperación hasta que la oscura puerta fue abierta por la misma chica que antes lo había llamado.

- Jungkook, has venido - dijo sorprendida -. Tae hyung está en su habitación, yo me voy ahora de casa.

El alto asintió y esperó a que la chica saliese del lugar para adentrarse en él. Subió los escalones de tres en tres hasta que llegó a la segunda planta y luego se dirigió con decisión a la puerta cerrada que lo distanciaba de su hyung.

Abrió la puerta con más fuerza de la que debía, sobresaltando al pobre joven que se hallaba de espaldas a la puerta y que casi se cae al escucharla.

- Hyung, estoy muy enfadado contigo - afirmó mientras tomaba una muñeca del mayor y lo giraba bruscamente.

- ¿Conmigo?

- ¿No hay nada que me quieras decir, Taehyung?

El mayor negó, ganando que el contrario lo estampase contra una de las paredes cercanas, aunque sin ser demasiado fuerte como para que realmente hubiese sido doloroso para el chico entre sus brazos.

- ¿Seguro? - volvió a recibir una negación - Entonces no me piensa decir que se va. ¿Con qué derecho se llama mi mejor amigo cuando ni siquiera me dice que se va del país?

- Yo... - Taehyung frunció el ceño - ¿Cómo lo sabes?

- ¿Eso es lo único que te importa?

- Te pensaba dejar una carta.

- Entonces es verdad... - susurró Jungkook aflojando levemente el agarre, pero el enojo volvió a él - ¿Por qué?

- ¿Por qué qué?

- Esto - murmuró -. ¿Por qué te largas sin decirme nada? ¿Quién te dio permiso para hacerme esto? ¿Por qué juegas conmigo?

Eso definitivamente había alterado a Taehyung. ¿Acaso no era el contrario el que jugaba con sus sentimientos? Un día lo mandaba al cielo y al día siguiente se iba a follar con la persona a la que realmente amaba.

- Tú - dijo mientras clavaba uno de sus dedos en el pecho del contrario - no tienes permiso a decir nada de esto. Tú - separó el dedo y lo volvió a clavar - no me pongas a mí a tu misma altura porque eres tú quien juega conmigo a su antojo.

El menor quitó fuertemente la mano de su pecho. ¿Por qué narices el mayor lo estaba acusando de algo que no había hecho?

- No mientas para defenderte.

- No miento - lo miró directamente a los ojos -. Te odio, te odio tanto como...

- Yo a ti - terminó la oración el menor.

Cosa que quizás hubiese lamentado por el resto de sus días, al no dejar que ese "te amo" saliera de los labios del dulce chico de sonrisa cuadrada.

Sus miradas se cruzaron retándose la una a la otra; la lucha era demasiado intensa.

- A la mierda - gruñó Jungkook.

Las manos de menor se movieron hasta la nuca del contrario y lo atrajo hasta que los labios de ambos chocaron en un beso lleno de furia, de pasión, que ambos quería controlar.

Kookie... Let's play! [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora