Growing Pains

Capítulo 23

-MinGyu... - WonWoo le miraba con sentimientos encontrados. El sólo saber que se encontraba ahí le producía felicidad, pero a la vez algo de miedo. Y el rostro del menor no podía generarle nada como no fuese tristeza. Claramente alguien había vuelto a golpearle después de la pelea. Si Song le había dejado en un estado bastante herido, ahora se encontraba deplorable. Parecía que habían practicado box a conciencia con su cara. Ambos ojos se encontraban hinchados y ninguno parecía particularmente capaz de abrirse más allá del milímetro y medio. Además, la nariz estaba muy morada y con una fea cicatriz en la parte derecha de la misma, casi junto al ojo. Resultaba obvio a primera vista que la habían roto en más de un pedazo y luego se intentaba acomodar nuevamente, con un resultado no demasiado prometedor. Y eso ni siquiera era la mitad de malo como lucía la boca y mandíbula. Si los labios ya estaban algo partidos, alguien realmente le había reventado la piel de los mismos. Las mejillas también estaban hinchadas y uno de sus pómulos lucía irregular a comparación de todo.

           MinGyu no se atrevía a verle a los ojos. En lugar de ello miraba hacia el suelo. Tenía puesta la gorra de la sudadera y en su mano derecha sujetaba un cubrebocas y unos lentes que seguramente había estado utilizando mientras se encontraba en la calle para que la gente no pudiese notar su apariencia. Sobre todo, con los tonos negros, verdes y morados que su rostro desplegaba. JunHui se mordía el labio inferior sin saber cómo debía reaccionar. Le dejaba pasar, por supuesto, pero ahora no sabía si quedarse ahí o dejarles un tiempo de privacidad para que pudiesen arreglar sus diferencias. Sabía que MinGyu no lucía en condición de atacar a nadie, aun con los nudillos reventados y su apariencia destrozada, pero WonWoo resultaba pequeño y muy derrotado, así que, si se presentaba un conflicto, tampoco podría gran resistencia.

-...Hola... - El más alto de todos suspiraba – Ah... yo...

-¿Por qué no te sientas? – JunHui decidía en ese momento que MinGyu no intentaría atacar a su novio – Yo... tengo que hacer algunas cosas. Llámenme si necesitan algo.

            Corría a encerrarse en la cocina. El menor miraba a WonWoo y este le regresaba la mirada con cierto temor. Finalmente movía una mano para poder dar ligeras palmaditas en el espacio del sillón junto a él, indicándole que puede ir y sentarse. MinGyu obedecía. Se sentaba completamente envarado y, tras hacerlo, no dejaba de ver la pierna del mayor. Este parecía comprenderle de inmediato. Intentaba sonreír un poco, como si aquello pudiese borrar las últimas semanas y todos los acontecimientos ocurridos entre ambos.

-No es tan malo como se ve. No tengo nada roto. Podré caminar bien en uno o dos meses – MinGyu emitía más bien un sonido lastimero a modo de respuesta – Lamento haberte causado problemas con Song...

            Aquellas palabras sí que conseguían sorprender al menor. Se giraba para verle tanto como le fuese posible con el estado actual de sus ojos. Había ido a casa de WonWoo a pedirle perdón por la paliza y por no haber podido ayudarle de manera correcta y lo que recibía era una disculpa.

-Yo soy quien debe disculparse, no tú.

-Te causé problemas con tus nuevos amigos.

-Tus nuevos amigos también se vieron inmiscuidos – WonWoo quería decirle a él también que realmente no eran sus amigos, si no amigos de JunHui, más no tendría sentido aquello para MinGyu. Y más si se tomaba en cuenta la manera en que BonHwa se había aventado para salvarle. En lugar de ello, el mayor de los dos inhalaba lento, armándose de valor para poder enfrentar aquella plática – Luces muy mal. Jun no me dijo que hubieses acabado tan lastimado.

-Quizá no quería asustarte...

-Puedes decirme lo que realmente está pasando, si quieres.

-Sólo vine a disculparme por lo que te ocurrió – Se miraba las manos – Y por tus pastillas. Tienes razón. Te debo una disculpa grande a ti y a tus papás. Ellos siempre fueron buenos conmigo. Traje un poco de dinero. Supongo que no cubrirá el costo real de tus medicinas, pero es un comienzo...