Capítulo 36

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Notas del autor: 

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*Les prepara los kleenex* 

Este capítulo se podría decir que es el último capítulo, pero la verdad es que falta el epílogo y seguro será tan largo como los demás capítulos, así que en realidad no es el final. 


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No sabía qué decir. Todas las personas del lugar conocían su caso. Jurado incluido. Llevaban al menos cuatro audiencias preliminares y en todas ellas habían tenido la información de su caso a la mano. Cientos de páginas de informes. El relato de lo ocurrido la última noche que pasara en el estudio de su padrastro era conocido hasta el cansancio. De su juventud, le habían preguntado ligeramente menos, pero podía jurar que se encontraba igual de documentada.

-Yo... - Sentía que podía escuchar todavía el siseo latigueante del cinturón cada vez que cortaba el aire un segundo antes de impactar contra la piel de sus muslos, un poco más arriba, cada vez. Para ese momento, ya había gritado todo lo que creía que era posible gritar por un poco de piedad. Tenía las muñecas destrozadas, al igual que buena parte del resto de su cuerpo; sentía que la piel le quemaba y si pensaba que algo de dignidad todavía quedaba en él antes de aquel evento, en ese momento estaba seguro de que se había esfumado para siempre de su cuerpo. Durante la última audiencia, los presentes no habían creído mucho que JunHui no hubiese estado más bien interesado en el sexo cuando no había puesto resistencia al abuso físico. Era alto, joven y fuerte. El señor Xu le había liberado de sus ataduras, pues usaba el cinturón para castigarlo, así que tenía libres tanto las manos como las piernas. Sin embargo, no había peleado, no se había defendido. ¿Cómo era aquello posible?

Así que ahora, no tenía ni idea de qué debía decir. Parecía que, dijese lo que dijese, estaban ahí para juzgarle a él y no a su padrastro. Tomaba aire con lentitud. Cerraba un momento los ojos. Intentaba ordenar sus ideas.

-¿JunHui?

La voz de la trabajadora social le sacaba de sus ideas. En algún momento, la mujer se había levantado de su lugar para pararse junto a él. Volteaba el rostro hacia arriba para poder verla correctamente.

-¿Te parece si me siento junto a ti? – Asentía un poco. Sabía que la trabajadora social tan solo quería ayudarle. De hecho, parecía ser la única que no le juzgaba todo el tiempo. Suponía que podía confiar en ella. Se sentía con más confianza en ella que en él mismo. La mujer le pedía permiso al Juez para mover su silla – Hablemos de otra cosa ¿Desde cuándo bebes?

La pregunta sorprendía mucho a JunHui. Abría mucho los ojos y miraba con incredulidad a la mujer. Responder con honestidad no podía ayudarle, y decir una mentira resultaría seguramente en una catástrofe ¿Qué pretendía? ¿Hundirlo más todavía? Agachaba el rostro, no deseando ver a nadie. Sentía que la vergüenza se apoderaba por completo de él.

-Desde los 8 años...

Escuchaba los murmullos dentro de la sala. La gente, sin duda, se sorprendía con el dato. Era de esa información que, sin premeditación alguna, había escapado al papeleo.

-¿Cómo empezó?

-Eso... - De algún modo, contar lo que había pasado hacía poco resultaba menos terrible que platicar lo que había ocurrido siendo más niño. Sentía como los ojos enrojecían con rapidez – El señor Xu encontraba divertido mi reacción al alcohol...

-¿Por qué? – JunHui se encogía de hombros. No lo sabía realmente. Suponía que volverlo más indefenso y patético le parecía gracioso al señor Xu - ¿Cómo sabes que lo encontraba gracioso?

Growing PainsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora