II

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Volví a mi casa y entre por la parte de atras como siempre, pero mi madre me esperaba en la puerta. Bronca de cojones la que te espera Alex, y merecida la tienes.

- Me ha dicho tu profesor que llegaste tarde esta mañana a su clase ¿Es cierto?

Por su tono pense que la habria llamado o mandado una carta.

- Si, bueno mamá, me gustaria saber que te contó, porque seguro que no es lo que realmente pasó. - Estaba convencida de que este argumento dejaria a mi madre de piedra. Si supiera realmente por lo que llege tarde..

- ¿Porqué no se lo preguntas tu misma? - Hizo una mueca y señaló hacia la puerta de la cocina que daba al salon.

No sabia muy bien a que se referia mi madre con "Preguntaselo tu misma" pero, me temia lo peor.

Entre al salon y la imagen era mucho peor de lo que yo me habia imaginado. Mi profesor de lengua estaba sentado en el sofa de mi casa con una taza de cafe y galletas sobre la mesa.

Me quedé paralizada durante un buen rato. Me esperaba cualquier cosa horrible pero desde luego jamas me imagine este desastre.

- Ho.. ¿Profesor? - Fue lo primero que vino a mi cabeza despues de darme cuenta que tenia que decir algo. El colmo de los colmos. El dia iba de mal a peor por segundos.

- El mismo Alex.

- ¿Qué hace aqui? - Esa era la unica respuesta que me interesaba de todas las que me pudiera dar. ¿que mierdas hace aqui? Dilo Alex, si lo estas deseando.

- Bueno, tendria que haber llamado pero recordaba a tu madre de una de las primeras reuniones y decidi venir en persona, espero que no te haya molestado.

- Ehm, no. Yo.. tengo que estudiar.

Subí las escaleras corriendo y me encerre en mi habitacion.

Mi profesor la recordaba porque es madre soltera, "madre soltera y hombre desesperado, perfecto" pensaría el loco este.

Estaba harta de que los profesores se aprovecharan del estado de viuda de mi madre para echar la caña, porque esta no era la primera vez que pasaba ni seria la ultima. Todos los tios son iguales joder.

Me puse ha hacer los deberes por hacer algo productivo con mi vida, pero me quedé dormida al rato de empezar.

Escuche un grito que decia mi nombre y pense que sería para cenar.

Bajé las escaleras intentando visualizar los escalones y entré en la cocina de golpe.

- ¿Qué hay de....- Me quedé paralizada al ver que mi profesor seguia alli y no precisamente para despedirse. - Ehm... valla.

- Alex, Paco se queda ha cenar porque ya es muy tarde para meterse en carretera.

Paco. Mi profesor se llamaba Don Francisco y mi madre le llamaba Paco. No me gustaba nada, y solo la idea del mote ese me revolvia el estomago y me ponia los pelos de punta. ¿Sería capaz mi madre de enamorarse de mi profesor?

Esa idea era inconcevible asi que, decidi que preferia no cenar esa noche.

- Yo... bueno... no tengo hambre mamá, bajaba a decirtelo.

- ¿No vas a comer nada?

- No... no me apetece.

- Deberías comer Alex, estas en edad de crecimiento.

Mi cara se quedo blanca. Mi profesor diciendome que debo comer. Estaba tratando de ocupar un papel que jamas nadie podra ocupar en la vida, el de mi padre.

Dark. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora