XXIII

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- Nunca he estado más segura de nada.- Louis me besó y comenzó a desnudarme.

Sus manos acariciaban mi espalda y la piel se me puso de gallina de lo que Louis se burló.

Soltó mi sujetador y yo su cinturón.

Me hizo girar colocándose encima de mi y masajeando uno de mis pechos con su mano mietras me besaba el cuello y me bajaba las bragas.

Yo llevaba en el cielo ya bastante tiempo. Hacía muchísimo que no deseaba tener a una persona asi conmigo de esta manera. Lo necesitaba, Louis era necesario para mi.

Louis acarició mi feminidad, dándome placer y haciendo que gimiera.

Entró y gemí. Supongo que Jade se habría ido porque no se escuchaban ruidos en la planta baja. Chillé fuerte.

Louis rió y me besó haciendo que le mordiera el labio de placer.

Cada vez que entraba en mi sentía un escalofrío por dentro. ¿Estaría haciendo lo correcto? La verdad, es que ahora yo estaba soltera, asi que, no veía porque no podía follarme a mi amigo. Volvió a entrar dentro de mi y grité de nuevo.

- Estás hecha una chillona.- Dijo con la respiración rápida mientras salía y volvía a embestirme.

Gemí como contestación a su burla. ¿Estaba muerta y había ido al cielo? No lo sabía, yo solo podía pensar en una cosa en ese momento: Louis.

[…]

No podía apenas hablar después de llegar al orgasmo. Louis se tumbó a mi lado y me chupó varias veces el cuello haciendome un chupetón.

- Eres increíble Alexa.- reí.- Te he echado tanto de menos...- Levantó su mano pasándola por mi pelo hasta llegar a mi cara.

- Estoy aquí, y nada me hará irme Lou.- Hacía siglos que no le llamaba Lou. Sonrió al oirme llamarlo así y le sonreí de vuelta.

- Me encantaba que me llamaras Lou.- Le miré y me acerqué a sus labios.

- Te sigue encantando, no te engañes.- Me besó y me giró poniéndose encima mia.

Solo deseaba que no amaneciese. Que no llegara la hora de ir al instituto y tener que ver a Harry.

A la mañana siguiente me levante de nuevo sola en la cama.

¿Qué puta manía tienen los tios de dejarme sola por las mañanas?

Por suerte, la camiseta de Louis seguía tirada en el suelo, lo que significaba dos cosas diferentes y ambas buenas: uno, que yo me la podía poner y sentirle cerca de mí si había huído como uno que yo me sé; y dos, que si Louis seguía aqui, estaría sin camiseta.

Bajé las escaleras con cuidado de no hacer ruido para no despertar a Jade y entré en la cocina.

Al entrar, Louis estaba untando mantequilla en unas tostadas con los boxers puestos.

- Buenas bella durmiente.- Rió mientras yo me acercaba a él por la espalda, abrazándola y besándola.

Louis se giró dejando la tostada caer sobre el plato y pegándome a él tanto que sentía su corazón palpitar y por lo mismo, a su amiguito aumentar.

- Estás mas guapa por las noches.- Rió e intenté separarme fingiendo que me había enfadado.

- Gracias estúpido.- Louis soltó una gran risa.

- ¿Y yo cuando estoy mas guapo?- Me miraba a los ojos mientras una sonrisa malévola surgía en su cara.

- ¿Tú? Tu ni en sueños estas guapo.- Dije con una pequeña risilla.

Dark. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora