Al borde de la vida

Capitulo 7

-no quiero que te vallas, pero tampoco quiero hacerte mal.

-callate, estoy bien así como estoy, si no me quejaría, no soy tonto; si no me crees mírame a los ojos y vas a ver; me conoces lo suficiente como para saber si estoy o no mintiendo- se puso en cuclillas frente a mí, apoyando sus brazos en mis rodillas. Me quede un rato mirándolo, era tan fácil pero a la vez tan difícil hablar con él, me sentía segura y no tenía nada que esconderle, él sabía todo de mí y me conocía hasta el punto en que solo por mis ojos sabia en que estaba pensando.

-tengo miedo-confesé.

-¿de qué?- respondió sentándose a mi lado.

-de seguir haciendo todo mal…

-no estás haciendo nada mal- me interrumpió.

-de hacer todo peor…

-no va a pasar nada, voy a estar acá-me interrumpió una vez mas

-de equivocarme más…

-errar es humano- volvió interrumpirme.

-Lucas deja de interrumpirme porque te voy a mandar a la mierda- le grite exasperada, odiaba que me interrumpan.

-lo hago a propósito, sé que te molesta- dijo riendo. Fruncí en entrecejo y lo mire enojada.

-de verdad, tengo miedo de ser la peor madre del mundo.

-no te preocupes por eso, voy a estar acá para cualquier cosa Lu, vos lo sabes. Además está mi mama, tus viejos, todos estamos para vos y para tu hijo.

-también puede ser nena- lo rete en broma desviándome de todo.

-es una forma de decir tonta- dijo usando mi súper-apodo que él me había puesto desde los 13.

-de verdad Lucas; un montón de veces me dijeron eso y ya sé que no es verdad, por pura experiencia.

-¿Por qué no podes confiar un poco en vos?

-no puedo confiar en mí, querido Lucas, porque últimamente hago todo mal- me mofe.

-yo te voy a ayudar, ¿tan mal nos ves?

-ya sé, pero porque todavía tengo miedo.

-no lo sé todo Lu, lo único que se y te puedo decir seguro, es que siempre vamos a estar con vos, al menos yo no te pienso dejar sola y menos ahora, tenés que confiar en que todo va a estar bien, en que los que tenés cerca son los que en verdad te quieren y que siempre van a estar con vos- me apoye sobre su hombro y el me abrazo por la cintura, si, seguía teniendo miedo pero él estaba con migo. Una horda de sentimientos feos cruzo por mi cabeza; y si mi hijo era tan cobarde como Ben, y si era tan tonto y débil como yo, y si todo acababa mal; como me hubiese gustado que otro fuese su padre, alguien exactamente como Lucas. Que lucha por lo que quiere, que es tierno y cariñoso pero que puede guiar a alguien por el lugar correcto, que es capaz de arriesgarse por la persona que quiere.

Iban a ser ya las doce de la noche cuando abrí los ojos para ver el reloj, había estado pensando todo el tiempo en quien sería el padre, y si no me acordaba y me había acostado con alguien que no conocía. Sacudí la cabeza para que los pensamientos malos se fueran de ahí.

Fue entonces cuando mama entro a casa, papa la estaba esperando. Hacia 5 años que no se veían, hacia 20 meces que no se hablaba ni por teléfono, exceptuando cuando ella le conto que me echaron del colegio.

 Estaba por quedarme dormida, calentita, protegida por los brazos de Lucas cuando los escuche; papa volvía a gritar, como siempre. Me recorrió un escalofrío y volví a la infancia, cuando tenía 6 años y ellos se peleaban todas las noches.

Lucas también se despertó y estrecho sus brazos a mí alrededor haciendo que me sintiera sumamente protegida, como si estuviera en un pequeño cuarto yo sola con Lucas a mi lado y nada pusiera pasarnos a ninguno de los dos.

-¿Qué haces acá?-chillo mi mama.

-te estaba esperando, te avise que venía a hablar con lucia- dijo tranquilamente.

-si, a hablar con lucia, ya no deberías estar acá- lo reto mama. Por el tono que uso esta noche estaría llorando.

-necesito hablar con vos sobre mi hija-volvió a hablar papa.

-nuestra- lo corrigió mama- nuestra hija querrás decir.

-bueno si nuestra- cedió papa.

-¿y bueno que pasa? ¿Ahora te interesa lucia? Bien que cuando era un bebe te fuiste. Aparecías de vez en cuando y cuando aparecías era aún peor. Igual que con el primero- se quejó mama. ¿Que primero? Me pregunte.

-carolina- grito el completamente fuera de sí. Lucas y yo nos levantamos y fuimos a hurtadillas hasta la escalera, sin hacer ni un solo ruido y nos sentamos en los escalones superiores de la escalera.

-¿Qué mateo?- respondió mama. Estaba a punto de llorar; conocía ese tono de voz y si todavía no se le habían caído las lágrimas estaba muy cerca de ello- sabes que era chica la primera vez que quede embarazada; me dejaste sola y después me culpaste por lo que paso. Te borraste como siempre.

-no vuelvas a decir eso, yo también era chico; yo también tenía sueños, ni siquiera sabía lo que quería.

-pero te fuiste-lo interrumpió mama.

-tenía miedo, después volví.

-pero ya era tarde cuando volviste, le conté a mis papas yo sola y vos sabias como eran, sabias lo que me iban a hacer.

-me equivoque si, lo reconozco y te pedí disculpas un montón de veces, intente arreglarlo, pague ese error todos estos años, ¿Cómo puedo hacer para que termines de perdonarme?

-yo te perdone hace tiempo, pero no olvide nada de lo que hiciste, ya no podes arreglarlo, hiciste demasiado mal.

-solo quiero volver a ser el que cuidaba de vos- dijo acercándose a ella. Mama lloraba con la cabeza gacha y los brazos extendidos y débiles a sus costados. Papa tenía una de sus manos en la pequeña cintura de mama y con la otra le acariciaba el rostro, secando sus lágrimas.

Mama lloraba más fuerte ahora y mateo tiro de ella hacia el abrazándola con fuerza.

Después de todo, el si la quería, a su rara y retorcida manera, pero la quería. Hacía mucho que estaba enojada con ellos, sabía que me habían mentido y hacia horas antes había deseado no ver nunca más a papa, ¿y ahora esto?

 

Una lagrima rodo por mi mejilla; era mezcla de felicidad, emoción y alegría; aunque no sé si eso lo describe completamente. En lo más profundo de mi corazón si quería que volvieran a estar juntos.

 

 

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AVISO: Para el martes "Adolescentes" va a cambiar de nombre y va a empezar a llamarce "Al Borde De La Vida"