Capitulo 8 (Así nos conocimos)

74 7 0
                                    

Lucas me abrazo; sabía lo que se sentía escuchar a sus papas peleando; los gritos, las lágrimas después de que uno se fuera, el miedo a perderlos. Pero para él había sido aún peor que para mí. A Lucas le había tocado contener a su padre ebrio cuando quería pegarle a su mama y soportar algún golpe si su mama no estaba. A él le había tocado secar cada una de las lágrimas de su madre, conteniendo las suyas, sabiendo que, desde antes de nacer, ya había perdido a su padre, que nunca lo quiso.

Solo hay una cosa de bueno en eso para nosotros dos; después de todo así comenzó todo; gracias a que nos llevábamos mal, realmente mal y nos pusieron en una “reunión” uno al lado del otro, y les hicimos imposible decirnos una sola palabra.

<<Flashback

Estaba feliz; aún me gustaba ir a la escuela y era el primer día de clases de 2º grado de primaria. Las dos transitas cosidas se sentían tirantes colgando detrás de mis pequeñas orejitas de niña de 7 años.

Quería algún compañero nuevo; estaba ansiosa por tener otro amigo además de Miriam y Jaz.

Una mochila rosa colgaba de mis hombros e iba saltando de la mano de mama con una sonrisa de oreja a oreja. Jaz me alcanzo corriendo; su mama estaba agitada por haber perseguido a su pequeña. Me dio un fuerte abrazo y yo lo correspondí; hacia mucho que no nos veíamos. Yo me había ido de vacaciones con mis papas por 3 semanas y para cuando volví ella ya se había ido.

-hola- dijo con su dulce vocecita en mi oído. Era tan tímida.

-hola- le conteste sonriendo en cuanto se apartó.

-hace un montón que no nos vemos; ¿Qué hiciste en las vacaciones?-dijo alegre caminando a mi lado.

-nada, paseamos un montón, fuimos a una playa y era re lindo- exagere tomando se mano y haciendo que saltáramos juntas- ¿vos que hiciste?

-me subí a una montaña con papa y mama y era re alta y me costó pero llegue; papa me felicito- se mofo- y te compre esto- dijo extendiéndome una pulserita rosa que decía “Tandil”

-es re linda- dije contenta. Saque la mochila de mis hombros y la apoye en el piso. Busque en el pequeño bolsillo y saque un anillo y una tobillera que decía “amigas por siempre”- yo te compre esto- y se le entregue.

-me encanta- dijo saltando en su lugar haciendo que su pequeño rodete también dieran pequeños saltitos de un lado hacia otro en su cabeza- la voy a usar para toda mi vida.

Reímos y corrimos al colegio a juntarnos con nuestra otra amiga. Pero antes de que llegara la frené- no le digas a Miriam porque no tengo nada para ella- le susurre al oído.

-yo tampoco tengo nada asique vos tampoco digas nada- dijo sonriendo tímidamente.

Un chico me empujo y caí al piso. Él se detuvo y me ofreció su mano para ayudarme pero no la acepte.

-puedo sola bruto- me queje.

-lo siento-dijo en tono de burla, imitando mi voz.

Lo mire mal, juntando las cejas. Él también me imito y se fue corriendo.

La verdad tenía unos lindos ojos. Nunca había visto unos ojos tan negros como esos.

-¿estás bien?- dijeron Jaz y Miriam al mismo tiempo.

-si solo es un tonto- dije aun pensando en sus ojos.

Al borde de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora