Llegamos al parque de diversiones y aún seguía nerviosa por el beso que se había dado fuera de mi casa, habíamos tardado tanto en dar ese paso que ahora no sabía como actuar o que decir. No quería estropear el momento con algún comentario estupido o inseguro.
No quería subirme a ningún juego porqué para ser sincera, no me llamaban la atención en lo absoluto.
Frank intentaba muchas veces entablar una conversación y yo sólo respondía con monosílabos. Detestaba comportarme así pero no lo podía evitar, mi cabeza simplemente se encontraba en el valle de los besos y no quería salir de allí.
—Regina, si no querías salir hoy podías solo decírmelo y nos ahorrabamos todo esto. Si fue por el beso, lo siento mucho pero no me frenaste y supong...
Lo tomé fuertemente de su camiseta y esta vez lo besé yo. Inició lento para después tomar un ritmo mucho mas acelerado y se notaba a kilómetros que habían segundas intenciones. sentí sus manos muy cerca a mi trasero pero no se atrevía a tocarme de esa manera aún. Sólo tenemos dieciséis, no creo que debamos acelerar nada y todavía no tengo idea de qué somos.
El besó bajo su intensidad y nos separamos lentamente.
—Lo siento, solo quería volver a besarte.— no puedo creer que YO haya dicho eso.
Sonrio sin llegar a mostrar los dientes.
—Eso se puede solucionar.— volvió a besarme.
Pasó una señora cerca a nosotros con dos niños pequeños y escuchamos como se aclaraba la garganta sin disimular. Se me había olvidado donde estábamos.
—¿Podemos irnos?— le pregunté —no me gustan mucho estos lugares, ver tantas luces y esa música me marea.
—Lo hubieras dicho antes Reyi, ¿dónde quieres ir?
—A donde nos llevé el viento.— le dije ironizando.
Se lamio el dedo y lo alzo.
—Bueno el viento dice que vayamos a tomar un café.
—¿como sabes lo que dice el viento?
—Yo tomé clases de vientoñol.— me dijo en tono de burla.
—Bueno vamos rápido por ese café que aqui hace un frío de los mil demonios.
Se quitó la casaca que traía puesta y me la puso sobre los hombros. Si señores, cómo en las pelis romanticonas que veía con papá y de las que tanto nos reiamos. Si viera esto me diría «Que bajo has caído hija» luego me fastidiaria con eso el resto de sus días.
Caminamos durante cuarenta minutos hablando de cosas sin importancia, buscando una cafetería hasta que la encontramos.
Entramos en la cafetería y Frank fue a hacer los pedidos, conocía perfectamente mis gustos así que no había problema alguno.
Me pareció reconocer a alguien en una mesa cercana, cerré un poco los ojos para poder observarla mejor, era esa estúpida que vi besándose con Frank aquella vez. Estaba con Cielo, la siliconeada que me odiaba sin motivos; nada podía ir mejor.Frank regreso, se acomodó al frente mío, volvió la mirada hacia donde yo fulminaba a aquel par, al parecer muy amigas.
—Nunca me aclaraste quien era ella.— señale sin disimular lo mas mínimo, definitivamente los celos eran horribles y yo los estaba demostrando.
—Podemos irnos, si quieres.— su voz era extraña, estaba incómodo con toda la situación.
—No, claro que no, Tomaremos ese café. Hagamos como si no estuvieran aqui, ¿si?— ya no quería arruinar mas la cita.
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VIDA PERFECTA
Teen FictionRegina ha sufrido mucho durante estos últimos años debido a ser antisocial y la reciente separación de sus padres . Su vida tendrá un tremendo giro pero no sé imagina lo que le espera ...