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La reciente frase de Adam no me dejaba pensar ni concentrarme en absolutamente nada, no me lo dijo con mala intención pero fue inevitable que el alma se me cayera al suelo.
Habían pasado tres días desde aquello y no había podido volver a ver a Frank, una tía suya tuvo un accidente y el fue con toda su familia a ver cómo se encontraba. 

No quiso darme muchos detalles, imagino que debe estar destrozado. Ni siquiera me responde los mensajes.

Aunque ahora que lo pienso el nunca me habló de una tía.

Probablemente solo estoy exagerando, me quiere, de eso estoy segura.

-¡Regina Altamirano Valencia!

Estefanía abrió tan fuerte la puerta de mi habitación que golpeó la pared y le hizo una pequeña rajadura.

-Uy perdón.

-¿Porque tan agresiva?

-Es que desde que se fue Frank no has querido salir ni a la esquina.

-lo extraño.

-Reyi lo mejor será que no te ilusiones demasiado, Frank también es mi amigo pero aveces puede ser muy idiota.

-Bueno si, pero antes de ser mi novio era mi amigo. Aunque tienes razón, no debo ilusionarme tan pronto aún. Solo me haría daño a mi misma, debo permanecer un poco distante y ver que pasa, talvez se fije en otra y me termine, qué idiota ...

-Regina ¡Para! Estar encerrada te está haciendo mal, así que cambiate y vamos a putear como en los viejos tiempos.

-Esta bien, pero ya no podemos putear.

-Cieeeeeerto.

Estefanía se puso la mano en el mentón y frunció el ceño.

-No importa, igual podemos verle el trasero a los chicos culones. -que mala soy.

-Esa es la Reyi que yo conozco. Vamos.

Veinte minutos después estábamos saliendo de casa. Estefanía me obligó a usar tacones y espero esta vez no hacer el ridículo.

Apenas habíamos cruzado a la acera del frente cuando escuchamos una voz de lo más rara.

-Esperenme cachorras, también voy yo.

-¿Adam que le pasa a tu voz? -pregunte.

-Nada piruja, vámonos rápido que tengo una cita más tarde y debo estar deslumbrante.

Poco a poco me voy acostumbrado a sus insultos, se que lo dice con cariño.

-Muevete celutitica.- le dijo a Estefanía.

-Guardate eso para Cielo o la otra tarada.- respondió ella.

-Es verdad, son tan feas, parece que tuvieran mandarinas en lugar de piernas y sus caras parecen volcanes por todos los granos que tienen. Todavía recuerdo cuando tuve que besarla, ¡Qué asco!

Adam siguió hablando durante todo el camino, parecía nunca cansarse. Pobre del que fuera su cita.

Llegamos al centro comercial, entramos a demasiadas tiendas y estaba muy aburrida. No me gusta para nada esto de hacer compras. Pero mis dos amigos estaban por demás entretenidos. Creí que no congeniarian pero ahora veo que se llevan de maravilla y solo puedo reirme de sus ocurrencias.

-Ire a comprar un helado, ¿Alguno quiere?

-No Reyi gracias.- Estefanía estaba tan concentrada en la ropa que dudo mucho me haya escuchado.

-Crees que este cuerpazo se hizo de helados! GIMNASIO QUERIDA.

-Ya entendí, musculitos. Entonces solo helado para mí. Ahora vuelvo. 

Me dirigí hasta el puesto de helados y como siempre pedí el de vainilla. mi perdición. Entonces recordé cuando faltamos a clases con Frank. El helado ya no me animó tanto.

Caminaba de regreso a la tienda donde dejé a ese par cuando otra de las migrañas regresó. Es un dolor realmente insoportable, hasta ahora no hemos podido ir al medico por falta de tiempo en la agenda de mis padres. Ahora que volvieron a estar juntos se la pasan en reuniones con sus amigos. Evitó recordarselos para no preocuparlos.

Sentí mi celular vibrar en uno de mis bolsillos. Es un mensaje de Frank.

Hola Reyi, regreso hoy por la noche. Ya quiero verte.

¡AHHHH! Al diablo las migrañas, estoy feliz. Espera Regina. No te ilusiones, recuérdalo.

Ok, Esta bien.

¿Todo bien? Pareces molesta.

No, para nada. Ya nos veremos luego.

Bueno.

Creo que exagere un poquis. Pero en mi defensa, eso me dijo Estefanía.

-¡Yo no te dije eso estúpida!

Cuando volvimos a casa le enseñé la conversación con Frank a Estefanía y ahora mismo está explotando en irá.

-Tienes que ser más específica, sabes que tardó más en aprender. Y la estúpida eres tú por no saber explicarte.

-Oh no, ahora no me vengas con eso. Si Frank se molesta solo será culpa tuya.

-Ella tiene razón queridita, eres muy torpe en lo que a relación concierne.- dijo Adam bajando como toda una diva.- Mirame a mi, estoy a punto de salir con un Adonis.

Entonces escuchamos que alguien tocaba la puerta.

-Y hablando del padre de mis hijos. Me voy cachorras, deseenme suerte.

Estefanía y yo nos acercamos a la ventana para ver de quién se trataba.
Y ambas nos quedamos con la boca abierta y la baba por los suelos.

Era un tipo moreno de casi dos metros y muy apuesto. Se notaba que trabajaba mucho su cuerpo. Tendría al rededor de veinte años o un poco más.

Adam se fue con su nueva conquista y yo me apresure a cerrar la puerta pero al hacerlo pude ver las luces encendidas en la casa de Frank. Volví a mi depresión.

-Ve. -dijo Estefanía a mis espaldas.

-¡Coño niña! pero que susto.- en realidad yo sólo quería cambiar de tema.

-A mi no me haces idiota, anda.

-Te odio.- le dije antes de salir en dirección a su casa.

-¡ME AMAS!- gritó desde la puerta.

Mis manos comenzaron a sudar mientras más cerca estaba. Iba a comenzar a tocar pero la cobardía me ganó y di la vuelta. Entonces escuché su puerta abrirse. Di vuelta y allí estaba.

-Hola Frank.- mi garganta estaba totalmente seca.

Se acercó muy rápido hasta mi y sin esperar nada me besó. De forma desesperada, también le seguí, no tengo idea de cuánto tiempo estuvimos así. Pero sí fui consciente de cuando mis pulmones pedían a gritos aire. Nos separamos lentamente.

-Te extrañe Reyi.

-Te extrañe Frank.

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2018 ⏰

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