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Prólogo

Mi nombre es Lena y desde que alcanza mi memoria soy alumna en la academia Gregory Bucket en  Montana, si vas a hacer algún chiste malo sobre el nombre ahórratelo y continuemos.

Desde que era pequeña he creído que mi academia era un sitio donde todo padre "normal"  manda a sus hijos para que reciban una buena educación, pero no es así. Tú infancia en la academia es algo básico en la vida de un niño. Haces amigos, buenos y no tan buenos, enemigos, aprendes a leer, escribir e  incluso a hablar como fue el caso de Meredith Brown, pero ese es otro tema.

 Cuando llegas a primaria empiezas con las horrendas asignaturas que todos sabemos y sigues absorbiendo culturilla general, que según los profesores, nos servirá el día de mañana y tú, como niño inocente que eres, te tragas todas las mentiras de aquellas personas a las que admiras, pero al llegar a secundaria la cosa cambia, por lo menos aquí.

Se introducen asignaturas extrañas, que ningún colegio de los alrededores da. Es más, dudo que existan en cualquier colegio excepto en este.

 Supongo que te preguntarás que asignaturas son ¿no? Bien, pues empecemos por la básica. Técnicas de combate y defensa. Suena bien ¿eh? si eres el típico adolescente, que no sabe controlar su ira, es cojonudo, con perdón por la expresión, pero si eres una persona tranquila, que no se mete con nadie, y te obligan a aprender cierta técnicas las cosas empiezan a no encajar.

Y no solo eso, sino que las asignaturas normales de los colegios normales desaparecen, y entran otras que jamás pensarías, como la identificación de explosivos o la creación de los mismo, rastrear un paradero desconocido a través de una simple pista y lo más importante como manejar un arma en caso necesario.

 Muchos os pensaréis que estamos en una especie de Academia de Policía, pero no, los adolescentes no pueden entrar en una hasta que cumplan la mayoría de edad, bueno, más bien pertenecer a ella, entrar puedes entrar todas las veces que quieras si haces un acto vandálico y créeme cuando te digo que de eso sé mucho.

Pero lo que os intento decir, es que la academia Gregory Bucket es una prestigiosa organización de espías profesionales de Estados Unidos y nosotros, los alumnos que asistimos a ella, somos entrenados para algún día ser los predecesores de nuestras familias.

Es una gran responsabilidad para unos niños de once años que se esperan que al llegar a secundaria las derivadas o las ecuaciones de segundo grado serán lo más complicado de su vida, sin embrago no es así. Somos entrenados para sobrevivir a los peligros que nos acechan sin descanso, entrenados para defender a quienes nos necesitan y sobre todo para dejar en buen lugar a nuestra familia. En esta vida no hay tiempo para la diversión y mucho menos para encontrar el amor verdadero y si lo hay, yo aún no lo he experimentado.

Desde que cumplí once años mi vida ha sido entrenarme para ser una de las mejores de mi promoción y ahora a tan solo un mes de la graduación siento que algo dentro de mi se quiere revelar y ver más allá de los muros de Gregory Bucket y eso es precisamente lo que pienso hacer.