Tres años después...
Boston, miércoles 15 de marzo de 2017
Han pasado casi tres años desde que vi por ultima vez a mis seres queridos y aún cuando me miro en el espejo no puedo reconocerme.
Desde el mismo día que abandoné Montana y me embarqué en el plan de protección de la familia McGregor, o mejor dicho, de Rachel McGregor, nada volvió a ser lo mismo.
No solo he cambiado físicamente, sino que Lena Holland desde ese día dejó de existir por completo para convertirse en Darla Stewart. Una estudiante de intercambio Londinense.
Cuando pasé a formar parte de la familia, Rachel solo tenía trece años, así que mi trabajo consistía en estar pendiente de ella cuando salía de clase incluso a veces, tenía que merodear por los pasillos mientras ella estaba en clase, pero jamás hubo un ataque hacia su persona.
Sí es cierto, que cuando empecé a trabajar con ello, lo ataques nunca pararon. Las familias más importantes del país seguían siendo atacadas por esa entidad de la que nadie conocía el nombre, ni tampoco había indicio alguno de donde salía todo aquello.
La sociedad estaba bastante preocupada por aquel entonces, ya que los agentes que morían en esas misiones eran muy difíciles de reemplazar. Y yo lo único que me preguntaba una y otra vez era que si esos agente que llevaban años de practica moría en un ataque... ¿qué probabilidad tendría yo de sobrevivir?
Muchas fueron las noches que pasé en vela pensando en que podría haberles pasado a mis amigos, a mi madre y sobre todo a Dylan que siempre estaba presente en mi. Jamás he dejado de preguntarme qué ha sido de él y si él aún me recuerda tanto como le recuerdo yo a él.
A pesar de la necesidad que sentía de saber noticias de ellos, jamás rompí las reglas.
Lena Hollan murió aquel día en un avión rumbo a Boston.
Mi vida en Boston no fue tan complicada como pensé. Mi trabajo me tenía ocupada la mayor parte del tiempo y cuando me quería dar cuenta de la hora que era mis turnos habían terminado. Habían mandado a otro compañero para hacer las guardias de noche conmigo los primeros meses pero después se decidió que podría apañarme por mi misma. Y aunque ha sido así, la falta de sueño es un problema constante en mi día a día.
La familia McGregor me acogió como una más y hacía vida con ellos la mayor parte del tiempo. Aunque yo fuera un agente de servicio, mi tapadera era de una estudiante Londinense que venía a terminar la carrera de psicología a la ciudad, así que ellos me trataban como tal y yo hacía el papel lo mejor que podía.
Rachel sin embargo fue un poco más difícil al principio. Cuando la conocí era una niña muy arisca y no veía el sentido de que la estuviera persiguiendo día y noche a cada paso que daba, pero con el tiempo pareció aceptarme y hoy en día me ve como una amiga. Y sinceramente lo que más temía era que mi objetivo me despreciara y jamás consiguiese hacer carrera de él. Tal vez Rachel con el tiempo comprendió que yo podía ser una buena amiga a la que pedir consejo y encima vivíamos bajo el mismo techo, por lo que siempre me tendría si me necesitase. Justamente como Lexie fue para mi desde que mi memoria alcanza. La echaba de menos. Ella había sido como una hermana para mi y si me viera en estos momento me mataría por el destrozo que me dejé hacer aquel día en la asociación.
Mi melena castaña desapareció dejando paso a una mucho más corta de color rojizo. Que combinaban a la perfección con mis ojos verdes. Aquellos bucles que me había acompañado durante toda mi vida desaparecieron por un pelo mucho más lacio y esa ropa de niña buena como ella solía llamarla tampoco existía. Las chaquetas de cuero, las deportivas, las camisetas anchas y los pantalones cortos con medias rasgadas había pasado a formar un punto importante en mi, por no hablar del maquillaje. Mis ojos verdes quedaban marcados por unas largas pestañas negras y por una sombra del mismo color y mis labios pasaban de un color ocre a un rojo pasión. Aquella era yo ahora, una chica desenfadada que todo la resbalaba o por lo menos así es como me dijeron que me comportara.
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Stay Strong ©
Adventure¿En quien puedes confiar cuando vives en un mundo lleno de mentiras? Es la única pregunta que me hago a mi misma desde que descubrí en realidad quien soy y de que mundo vengo. ¿Quieres saber mi historia? Entra y Acompáñame.