Conociéndome

Tú.

Terminas siendo tú, de una forma o de otra me siento obligado a devolverte lo que me das sin saberlo. ¿Por qué no voy a sacarte a la luz si me das color?.

Tú, tú y tú, incomprensiblemente siempre apareces camuflada en la arena que se desliza entre mis dedos, en mi calma cuando consigo atrapar el sonido del mar, en la distancia inalcanzable, pero posible, entre mis manos y la noche estrellada.

Eres tú mi razón de hoy y mi despreocupación de mañana, al unísono de mi obsesión de imaginar muchas mañanas contigo. Me obligas a vivirte día a día para terminar nuestro cuento que nadie lee, aunque que sabemos que mañana aparecerá una página nueva que será escrita con manos atadas.

Tú eres mi razón de ser en mil ocasiones y mis cuentos imaginarios de las mil y una noche. Me despejo brevemente de mi oscura irrealidad para sentir una ilusión aún más inventada creada por nuestro entusiasmo por luchar.

Siendo tú soy yo, no espero nada de ti, eres lo que espero aunque no lo sepa. Podría decir que eres lo que yo mismo querría para mí.

Tan tú, tan tuya, tan mía pero no mía, tan de ti que no puedes ser de nadie, por eso quiero tenerte, sólo mía, tan risueña pero con un carácter que pocos aguantarían, tan fácil de enamorarse de su sonrisa como de obsesionarse con su rostro serio.

Tan tú, tan complicada y diferente, con los mismos complejos de todos y con el punto de vista de nadie, tan separada de ti misma como unida a tu propia luz. Tan nosotros que no podrías ser de nadie más, eres tuya.

Empezaste siendo tú, moviendo mis ganas de creer que soy capaz de ti, convenciéndome de que soy digno de quererte y encontrarte mil veces hasta que no queden más páginas. No puedo prometerte un futuro perfecto, tu camino no está en mis manos, no se si mañana habrá camino que recorrer, pero, por si acaso, yo ya tengo una ruta inventada.

Comenzaste tú, tú y tú, siendo tan tú para empezar y acabar aquí, tan poesía y tan versos te muestras sin camuflaje alguno en mi ilusión por vivir. Al final siempre terminas siendo tú.