2. Decode

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The truth is hiding in your eyes and its hanging on your tongue, 
Just boiling in my blood. But you think that I can't see. –Decode.

Siento mi mandíbula desplomarse de la incredulidad. Claramente, yo no soy ninguna vampira ni ninguna otra cosa con garras.

-¿A qué te refieres?

-Eso no me concierne a mí decírtelo –de sus orbes marrones brotan diminutas chispas de disculpas-, el Sr Clinton debe hablar contigo.

-¿Señor Clinton?

-El director –sonríe-. Tiene muchas cosas que contarte. Ten –me acerca la bandeja que había traído entre sus manos y la coloca en la cama cuidadosamente-, traje algo de desayuno para ambas. Debes de estar muriendo de hambre.

La miro atrapar entre sus dedos uno de los sándwiches que allí reposan y propinarle un gran bocado. Ya algo más confiada, pero con infinidades de dudas en mi cabeza, tomo un poco de jugo de naranja que se encuentra en una copa, ya que el jugo de uva que se encuentra en la copa adyacente no llama mucho mi apetito.

-y… ¿cómo es que llegué hasta aquí? –doy un sorbo. El jugo frío se escurre por mi garganta, liberándome de la enorme sed que me envuelve.

-Harry te trajo –responde atragantada con el pan que come-, ¿no recuerdas nada? –sus ojos esperan la respuesta, asombrados.

-No mucho. Mis recuerdos están algo borrosos. Solo recuerdo a un chico de ojos verdes y a otro con… garras –susurro. Ella asiente.

-Harry te encontró siendo atacada por un estúpido felino, me dijo que lo detuvo y luego, te desmayaste, o algo así –habla indiferente.

¿Harry?

Garras, pelajes y ojos de gato vuelan a mi mente y se unen a mi recuerdo.

-¿Y el chico? ¿Qué hizo con él? –me atrevo a preguntar.

-Lo linchó, ni modo –vuelve a morder su sándwich, terminándolo, y de pronto todo mi apetito se convierte en pequeñas arcadas que intento disimular. Devuelvo la copa con jugo a la bandeja. Siento ganas de vomitar. Lo ha matado…

-¿sabes? Quizás no te deba estar diciendo nada de esto, pero, por alguna razón, estoy casi segura de que tú permanecerás aquí y seremos grandes amigas. Como hermanas –sonríe deslumbrante y sus ojos destellan sinceridad. Un calor inunda mi corazón. Nunca nadie me había dicho algo así. Nunca había tenido una amiga verdadera porque todas me las arrebataban la sociedad. ¡Mucho menos una hermana!, si soy huérfana. Yo ni tengo familia.

-Es que… yo no sé cómo ser una amiga bien.

Ella ríe sonoramente, pero sus ojos reflejan ternura.

-No necesitas un manual –sonríe- solo tienes que ser tú misma.

-Bien.

-Por supuesto, Alexa. Ahora, vamos, el sr Clinton ha de estar esperándonos.

Una sonrisa fugaz se escapa de mis labios, mientras asiento y ambas emprendemos camino hacia afuera de la habitación. Allí, se encuentra un pasillo, pero éste no es un pasillo normal, no; el piso está cubierto por una alfombra color rojo vino, las paredes son de un color zapote oscuro y, en determinados lugares, brillan relucientes tarrones de cerámica negra con plantas de enormes hojas con aroma a… ¿sangre?

¡Claro!

Sangre… vampiros…

Un escalofrío recorre mi columna de solo pensarlo.

El abrumador olor a hierro entra por mis fosas nasales mientras Karen me explica algunas ubicaciones de la edificación. Todos los colores que la conforman son opacos, de terror, y su arquitectura parece muy antigua típica de Madrid, pero está aquí, en Gales.

¿Porque aún me encuentro en Gales, no?

Ambas llegamos a una escalofriante puerta negra, hecha de dos divisiones, tiene una textura de figuras muy extrañas y enormes. Luego de un gran suspiro tranquilizador, entramos.

-Señor Clinton –saluda Karen cordialmente al señor de pelo blanco y muchas arrugas por la vejez que se encuentra sentado detrás de un escritorio con el mismo color y textura de la puerta; y de los marcos de las ventanas, por lo que puedo visualizar.

-Akrouh, por favor, déjeme a solas con la señorita Windsor.

¿Windsor?

Estado De Sangre {Harry Styles}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora