10. Burn

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We'll be raising our hands

Shining up to the sky

Because we got the fire.

And we're gonna let it burn.

-Burn.

 Mis ojos se abren considerablemente a la vez que entreabro los labios para responder a su desfachatez.

-¿Harry? ¿Alexa?

Ambos volteamos y el abrazo se deshace por sí solo. Se trata del entrenador de pelo castaño y barba. No recuerdo su nombre, pero le agradezco mentalmente por salvarme en un momento tan incómodo.

-¿Qué hacen aquí? –pregunta.

-Estaba platicándole un poco sobre el lugar a Alexa. No había venido al patio anteriormente –explica Harry con naturalidad mientras yo solo estaba muy nerviosa.

-Excelente, pero el señor Clinton está desesperado buscándolos para la cena de bienvenida de Alexa. Mejor será que entren –le da unas palmadas a Harry en la espalda y se vuelve hacia mí para entrar a mi lado.

¿Cena de bienvenida?

*

Al acabarme el jugo de naranja, dejo el vaso de cristal en la cómoda y me acomodo los shorts altos que Karen me ha prestado, por lo que me quedan algo (muy) ajustados.

Salgo de la habitación dispuesta y algo ansiosa por mi primer entrenamiento, aunque hay algo en mi cabeza que me dice y repite que solo quiero ver a Harry.

Vagamente recuerdo sus palabras de anoche: «Esto algún día me pertenecerá por completo. Y tú serás mía, por una eternidad, Alexa.»

Un escalofrío recorre mi cuerpo.

¿A qué se refería?

Creo que nunca llegaré a comprender todos sus misterios.

Mientras ocurre el debate en mi cabeza, me doy cuenta de que ya estoy en el jardín. El sol aún no ha salido por ser tan temprano y esta es mi parte favorita del día. Me recuerda a cuando estuve en el orfanato en Bradford: cada día nos levantaban a las 5:30 de la mañana, cuando el día apenas comenzaba, y nos ponían diferentes actividades y quehaceres para realizar durante el día, pero yo solía escaparme e ir al pequeño balcón a observar el amanecer, y allí permanecía abrazada a mí misma hasta ver los primeros rayos. Buscando el abrazo del sol en mi piel blanquecina.

-¿Por qué tan ida? –pregunta esa voz a mis espaldas y me sobresalto enormemente. ¡Otra vez!

-¡Harry!… -chillo y me giro, sosteniéndome el pecho que amenaza con salirse. Puedo ver esa sonrisa burlesca que tanto odio plasmada en su rostro.

-¿Te he asustado?

-Tienes que dejar de hacer eso –le reprocho.

-Está bien –sube sus manos en señal de paz. Puedo ver picardía en su mirada al escanearme de pies a cabeza hasta posarse en mis ojos.

-Bien… ¿ya podemos comenzar?

-¿Ansiosa? –pregunta con picardía y se queda mirando fijamente a mis labios, puedo notarlo y esto es extremadamente incómodo. Me siento acosada. Hasta ahora me doy cuenta de que va con ropa deportiva; unos pantalones un poco anchos y camiseta ajustada.

Decido seguirle su jueguito seductor por una vez.

-Um, bastante –y pongo mi mejor cara de perra. Me doy la vuelta y me agacho para despojarme de mis tenis, dejándolos hacia un lado. Puedo sentir su mirada. El muy descarado está observando mi trasero detenidamente. Pero esta vez no logrará intimidarme.

Si quieres jugar, Harry. Pues jugaremos…

-Así que, ¿de esto va el juego? –pregunta con sus orbitales clavadas en las mías y una sonrisa amenazando con salir.

-Depende de qué juego hables, Harry –masajeo mi hombro-, Ahora solo vas a entrenarme –digo con naturalidad.

Oh sí, esto será interesante.

-Bien… -Ratifica, algo sorprendido- Primero voy a probarte, a ver qué tanto puedes soportar.

-Correcto –asiento mientras él se dirige hacia un bolso que hay encima de un pequeño banco a unos metros de mí y comienza lentamente a desprenderse de su camiseta.

Trato arduamente (lo juro), de que mis ojos se aparten de allí pero, no es algo que pueda evitar. Mientras se la levanta, su vientre se contrae y, como su ancho pantalón está ligeramente derrengado, puedo notar los huesos coxales en su cadera.

Oh, no puedo negar que es muy sexy. Pero eso no es todo, cuando se termina de sacar la camiseta, poso mi vista en todos los tatuajes que mi vista puede abarcar. Tiene muchísimos en el pecho y en su brazo izquierdo. Observo, en especial, aquella enorme mariposa en el centro superior de su abdomen, y los dos pájaros que la complementan, uno a cada lado.

Vaya, es algo realmente hermoso y artístico, pero ya debo aparta mi mirada de allí.

-¿Disfrutando lo que ves, Alexa? Uhm, no puedo creer que me haya tocado una aprendiz tan descarada –menciona fingiendo indignación. Y no puedo evitar sonrojarme un poco. Harry se acerca a mí muy peligrosamente y sube su pantalón a la altura normal cubriendo sus hipbones.

-Comencemos con esto –susurra en mi oído seductoramente.

No sé cuál es su juego, pero esto me está empezando a gustar.

Estado De Sangre {Harry Styles}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora