•En serio, lo quiero•
Me paré desorientada. No entendía nada ¿Por qué Jamie nos espiaba y por qué saldré lastimada? Me siento mareada veo todo borroso, tengo ganas de golpear a alguien de gritar entre en estado de Shock, realmente creo que me estaba dando una crisis de pánico, miré por ultima vez el mensaje, no me importa lo que piense Jamie, estoy con Al quiera o no.
Molesta, lancé el telefono a la cancha no creo que le haya pasado nada ¿O sí? No me importa! me deje llevar por el momento y me paré adelante de Al, el seguía sentado asi que aproveche y me senté a horcajadas en sus piernas mirándolo.
—¿Que tienes?— pasó su mano por mi espalda suavemente, neguécon la cabeza haciéndole saber que no pasaba nada, arregle mi cabello y puse mis manos en sus hombros, prepárate Jamie por que ahora está es mi vida y no puedes hacer nada al respecto.
Lo volví a besar pero sinceramente no me hacían sentir nada, ni siquiera significaba algo que lo besara ni una chispa de pasión, por alguna extraña razón imaginaba que besaba a Nick, no me sacaba de la cabeza las palabras que me habia dicho y tal vez una pequeña parte de mi estaba aceptando que el tenía razón y que no debería estar haciendo esta idiotez, nuestras respiraciones estaban agitadas, su cabello ya estaba alborotado y el no paraba de toquetearme, subió su mano lentamente hasta mi sujetador y se detuvo en mi pecho, no hizo absolutamente nada, solo dejo la mano allí y me observó unos minutos mientras yo trataba de controlar mis jadeos.
—Eres preciosa.— Me contemplo detenidamente pero yo no le contesté solo asentí y mordí su labio divertida.
Por un momento deje de besarlo y juro que ahogue un grito del miedo ¡Era Nicholas! O mi mente me estaba haciendo una mala jugada o realmente era el, frunci el ceño confundida y me aleje lo más que pude de el.
—Ashton.. — dice mi nombre en un tono de preocupación y se que es Albert pero mi mente no deja de hacerte trucos, me paré en seco y cerré los ojos para tratar de calmarme, Albert era el único que me decia princesa y no paraba de repetirlo.
—Albert no puedo...— voltee a mirarlo —Es mucho.
—¡Lo se y lo siento! Y se que piensas que tal vez vamos demasiado rápido pero por favor, dame la oportunidad de demostrarte quien soy.
Yo bajo la mirada avergonzada estaba segura de que estaba completamente ruborizada frunci el ceño y me quedé en completo silencio.
—Confía en mi, por favor Ash.
Me agarra por el mentón para verle la cara y con todas mis fuerzas trataba de no hacerlo.
—No se lo que ese mensaje tuviera escrito pero podemos superarlo juntos.
Cerré los ojos por última vez, se que me estoy lanzando al vacío y se que esto no tendrá buenas consecuencias, pero creo que quiero a Albert.
—¡Te quiero!— soltó Albert como que sí esa fuera la palabra que resolvería todo.
En realidad no se que decirle, es curioso que siempre tenga algo que decir, pero en estas situaciones me volvía la persona más callada del mundo ¿Yo lo quiero? Quizás. comencé a llorar y comencé a sentirme tan mal conmigo misma por todo aquello hasta que me di cuenta que su mirada se torno preocupante y culpable, de inmediato me pare seque mis lágrimas y le pedí perdón.
—Está bien.— me miro y me seco una lágrima —Tranquila, todos tenemos sentimientos.
Me da un corto beso y yo trato de recuperar mi compostura respirando profundo, el tomo mi mano delicadamente y yo baje el rostro para ver cómo nuestras manos se entrelazaban y sentí un cálido beso en la frente, le dedique una sonrisa y me limite a abrazarlo, no habia ni una palabra para describir todo lo que sentía, lo abrace y nos quedamos así un largo rato.
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¡Pobre De Mi!
Teen FictionEsta novela relata la historia de una chica que no cree en el color rosa. Una chica que nos muestra que la vida nos pone trabas y aún así, debemos seguir luchando. Si quieres tener una hermosa historia, con el amor verdadero y un final feliz, entonc...