Capítulo I

656 28 8
                                    

                                                                                    25 de  junio del 2014, Málaga (España)

Termino de ducharme, me miro al espejo, nada nuevo, sigo viendo lo mismo de siempre, una chica de pelo castaño, ojos color miel, demasiado delgada, un poco  más y me convierto en la novia cadáver. Nunca he sido alguien que cuide de su figura, todo lo que me importaba era estudiar, si eso quería decir que me saltase alguna que otra comida del día lo hacía. He dejado mi salud de lado, bueno, de aquí en adelante intentaré comer más y mejor, para recuperar los kilos perdidos, y también, para que mi madre deje de recordarme que debería comer más.

Me pongo el pijama y salgo del cuarto de baño hacia mi habitación. Reviso el móvil y encuentro 3 llamadas perdidas de Alba, mi mejor amiga. No la conozco desde siempre, pero durante el tiempo en que la conozco, desde hace un año, me ha demostrado ser una persona genial, leal, amable y muy dulce, pero luego la conoces bien y es el diablo reencarnado, pero la quiero muchísimo. En apariencia ella es una chica bastante guapa, rubia de ojos verdes, con un cuerpo de infarto. Tiene a todos los chicos de cualquier edad postrados a sus pies, que vamos, si fuese yo chico u homosexual yo también caía a sus pies. Pero ella nunca se daba cuenta del encanto que irradiaba. Una de las características que apreciaba de ella era que fuese modesta, tanto que dolía.

Yo era la típica chica de biblioteca, la empollona sin amigos hasta que conocí a Alba que llegó nueva a mi instituto. Ya que sus padres se mudaron a nuestro pequeño pueblo y estudiamos nuestro último año juntas. Ella era tímida, igual que yo, pero una vez que nos juntábamos no había quien nos parase. Creo que esperaba a la persona correcta para soltarme la melena y la encontré, era Alba.

Pulsé la tecla de llamada para ver qué quería Alba. Al segundo tono me responde, ¡qué rápido!

- ¡Hola, Alba! ¿Qué tal?

- Agnes, hola, ¿dónde estabas?

-Estaba duchándome, lo que hace la gente normal. No creas que estaré pegada al móvil sólo por ti nena. ¿Qué pasa? ¿He encontrado 3 llamadas perdidas tuyas sólo en 5 minutos?

-Bueno, es que necesito pedirte un favor. No acepto un no por respuesta.

-Entonces me estarías obligando no pidiéndome un favor. ¿Qué hay?

-Verás, mis padres, Pablo y yo estamos invitados a una boda, y quería que vinieses conmigo como acompañante. Se casa mi prima Sara, la pija de la que te hablé. - Vaya si me contó sobre ella, me mencionó que se creía superior a la raza humana y que era la más bella de todos. Es muy guapa pero no hay por qué creerse Dios. - ¡Por favor! Acepta venir conmigo, será más divertido contigo. Así cono...

-A ver Alba, para el carro, no puedo ir a una boda sin invitación. Sería un incordio. ¿No crees?

-Nah, por eso no te preocupes. Mis padres ya te han conseguido una invitación, sólo hace falta que aceptes.

-Bueno, tendré que pensarlo entonces. Y claro comentárselo a mis padres, me tienes que decir la fecha para buscar algún vestido a tiempo y esas cosas de la vida. A no ser que creas que vaya a ir en chándal a la boda. Y por supuesto, ¿dónde es?

-Vale, vale. La boda es dentro de una semana. El 2 de Julio, tienes tiempo para encontrar un vestido, tranquila. Pero la boda será en Madrid. Bueno respóndeme mañana a la hora de la comida como mucho, no quiero dejarte margen para que pienses que no.

-Tan impaciente como siempre. Pues siendo en Madrid, a mis padres no les hará mucha gracia, que digamos.

-Y por ello me amas hasta la muerte. En ese caso mis padres hablarán con ellos.

-Sí claro, lo que tú digas. Oye, por cierto, ¿cuándo nos darán las notas de los exámenes finales?

- Se supone que mañana. Como no nos la den mañana voy a reclamar. No soporto esperar.

-Ni que lo digas... Bueno, nena, voy a secarme el pelo. Que, si no, pillo una pulmonía esta noche.

-Venga va, ¡que no se te olvide lo que te he dicho!

-No te preocupes Alba. Mañana te digo. ¡Cuídate!

-Igualmente, ¡Adiós!

Cuelgo, porque sino esta noche no acabamos. Alba no había visto su familia desde hace un año. Llegué a pensar que no tenía contacto con ellos, ya que no me hablaba mucho de ellos y si lo hacía, lo hacía para criticar a la pija de su prima Sara. Me contó que Sara y su familia eran bastante adinerados, que por cierto, en el caso de que vaya a la boda tendré que estar a la altura con el vestido y no sé si me lo podré permitir. Tendría que gastarme mis ahorros y pedirle a mis padres dinero para comprarme algún vestido nuevo. Ya veré después, primero tengo que comentárselo a mis padres. Y en ese preciso momento me llamaba mi madre para cenar.

Bajo las escaleras hacia el comedor y encuentro a mis padres y mi hermano menor Adam, ya en la mesa esperándome para cenar. Mientras cenaba pensaba en cómo decirles lo de Alba.

- Papá, mamá. Ha llamado Alba.

- ¿Qué tal está? Hace tiempo que no la veo. - pregunta mi madre. Siempre le cayó bien Alba.

- Está bien, con los exámenes no pudo venir de visita. Pero pronto vendrá.

- Es un encanto de chica.

- Mamá... me ha invitado a ir con ella a la boda de su prima. Insiste en que vaya con ella.

- ¿Tiene una prima aquí en el pueblo? - pregunta sorprendida, con la vena cotilla a la vista.

- No... vive en Madrid.

- ¿En Madrid? - pregunta mi padre - Está bastante lejos.

- Pero papá, si me dejas estudiar fuera, lejos de casa, ¿por qué no puedo ir a una boda con mi mejor amiga? Por una vez que me quiero permitir un capricho, déjame disfrutarlo. De todos modos, me ha dicho Alba que en caso de que no quieras, vendrán sus padres a hablar contigo. Por lo tanto, sólo te queda decir que sí, ¡por favor! - le suplico intentando poner ojos de gatito.

- Bueno, si no hay más remedio. Pero hablaré con sus padres.

- ¡Muchas gracias papi! Te quiero muchísimo. - me lanzo a abrazarle. - Bueno, necesito comprarme un vestido. Utilizaré lo que tengo de mis ahorros, pero seguramente necesite algo más de dinero. ¿Está bien?

- Vale, querida. Pero ya sabes que no podemos permitirnos muchos gastos.

- Lo sé. Tranquilo.

- Venga, ahora a comer o se enfría la comida. - me llama la atención mi madre.

Cuando termino de cenar lavo mis platos y subo a mi habitación a darle a Alba las buenas noticias. Está bastante contenta con que vaya con ella y yo muy ilusionada por ir con ella. Me gusta ir a bodas y si es con Alba sería lo mejor. Quedamos en ir al día siguiente por la tarde de compras para buscarnos un vestido cada una. Al despedirme de ella dormí, esperando el día de mañana, ya que será un gran día por ir de compras y por saber por fin nuestras notas que nos marcarán el camino que podremos tomar en nuestras vidas.

Si Es Contigo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora