Elías en los últimos días se ha ganado mi amistad, lo veo como un amigo, un buen amigo, como nada más, pero él está confundido respecto a eso.
Mientras corriamos pensaba en como iba a decirle que estoy saliendo con Anthony, no es como si le debiera explicaciones, pero de alguna manera me siento culpable, no sé la razón en sí, solo me siento así y es de las sensaciones más feas que pueden sentir, dañar a alguien, lastimar y herir un corazón indefenso ante el dolor es sin duda alguna la peor acción del ser humano.
-¿Elías, podemos hablar?- le dije parando y sentándome en lo que queda de un árbol talado. No sabía por donde empezar.
-¿ya te cansaste, Mitman?¿No eres atleta? No llevamos ni media hora.
-Muy gracioso- le sonreí y el me correspondió acercándose.
-¿te había dicho que lo que más me gusta de ti es tu sonrisa? Aunque tus ojos son sin duda mi vista favorita- arquee una ceja, ¿cómo iba a decirle que estaba con Collins y que este tipo de comentarios ya no podía hacerlos? - no me mires así, es en serio.
-Necesito hablar de un tema muy importante y serio.
Esto es más difícil de lo que pensé.
-bueno, serio es mi segundo nombre, en realidad es Adam, no me mires así mis padres no tuvieron tiempo para pensar mis nombres.
-bueno Adam.
- No tienes permitido llamarme así, Anahi.
-okay, basta.
Debo hacerlo.
-está bien.
Suprimió una sonrisa.
Comencemos...
- muchas cosas entre nosotros han ido cambiando después de estos días, ha sido un nuevo año y bueno también un nuevo comienzo...
- No lo puedo creer, acepto.
-¿qué de qué hablas?- pregunté con el seño fruncido
- yo también quería proponerlo pero quería hacerlo más a mi estilo aunque también un poco del tuyo, recogerte en mi harley y llevarte a la playa, porque sé que te encanta, hubiese preparado una cena bajo la tenue luz de las estrellas y mientras miraras las olas ir y venir, te tocaría tu mano y te miraría fijamente a los ojos y te haría saber lo cuan enamorado me tienes, demostrarte por medio de ella que mi corazón te pertenece desde hace mucho y que no hay nada que ansie más que besar tus labios.
Me siento oficialmente la peor persona del mundo, como iba a decirle que nada de eso tenía sentido ya, todo lo que una vez pudo ser ya no será más, jamás.
-Elías, no...
- Lo sé, no es eso, sé lo que querías decir y no quiero escucharlo de tu boca, no tienes nada de qué preouparte, mi cielo ¿sabes porqué te llamo así?
He lastimado un corazón que estaba tratando de recuperarse, que poco a poco iba curando sus heridas, que estaba intentando dejar todo atrás.
- no, Elías yo...
- Cada vez que lo miro pienso en ti, en tus ojos.
Por qué no lo dijiste antes, por qué dejaste que te viera como un pedante, un idiota más del instituto, por qué no me permitiste conocer quien de verdad eras.
- No mentía, ansío besar tus labios. -dijo mirandolos.
No sé que fue lo que me impulsó a hacer lo siguiente, pero lo hice y no hay vuelta atrás, me permití besar sus labios y no me arrepentía.
Me besó suave y tiernamente, sus labios eran cálidos y no tenían intención de dejarme, los míos tampoco querían dejarlo a él, nuestro beso no se intensificó, fue dulce y casto hasta que se alejaron.
-he dejado muchas cosas en mi vida, pero ninguna me ha dolido tanto como dejar de besarte - se acercó nuevamente y susurró - no te diré adiós, porque un adiós significa irse e irse significa olvidar - me dio un último casto beso.
-No sabía que tanto te quería hasta este momento, hasta que te dejé ir.
