Primer día de clases

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- Isa, Isa, Isabella! Despierta, ya son las 7. Am.

  Con mucho esfuerzo logré abrir los ojos y vi a mi mejor amiga tratando de despertarme. Miré a mi alrededor y vi a todos mis compañeros en la misma situación que yo, con botellas en el piso y las chicas andaban con el maquillaje corrido. No recordaba nada de la noche anterior, hasta que finalmente asimilé lo que había pasado.

Nos habíamos juntado en la noche para celebrar no solo el primer día de clases, también que era el último año de secundaria. Hubo baile y mucho alcohol, y todos nos quedamos dormidos allí.

- Ya casi es hora de entrar a clase! Vamos a llegar tarde!- entré en desesperación y cuando me pongo así, soy lo peor.

- Ya, calmate Isa. Solo hay que ponernos el aburrido uniforme, quitarnos el maquillaje y listo.

- Es que no entiendes, Luna, no quiero llegar tarde al primer día. Por qué nadie me entiende?- dije casi llorando.

- Tranquila, parece que los tragos te ponen sensible. No quieres ir a la escuela con la cara roja por llorar, verdad?- Negué riendo. Mi amiga Luna siempre lograba hacerme sonreir.

Unos minutos más tarde llegamos al colegio. Muchos estábamos aún ebrios, yo incluida, así que tuvimos sueño todo el día.

Cuando llegamos al colegio, vimos una chica sola y pensamos que quizás iba a ser compañera nuestra. Así que decidimos acercarnos.

- Hola, eres nueva? Me gusta tu peinado – le dije señalando su cabello pelirrojo peinado en dos rodetes. Era bonita, la verdad.

- Gracias! Y si, soy nueva y voy a ir al quinto B.

- Oh, nosotras también! Un gusto, soy Luna.

- Y yo soy Julieta. – dijo extendiéndonos la mano.

- Mi nombre es Isabella pero puedes decirme Isa. Quédate con nosotras así no estás sola.

- Excelente idea! Ojalá seamos amigas. – dijo con una linda sonrisa.

El timbre de entrada nos sorprendió y tuvimos que entrar al aula.

- Hola mi amor, me extrañaste? – reconocería esa estúpida voz en segundos. Era Max, alguien que siempre me molesta y que yo odio.

- No te extrañaría ni tu madre, imbécil. – le dije.

- Quien es él? – dijo Julieta.

- Un estúpido que molesta a todo el mundo.

La primera clase fue de física, materia que odio, con la insoportable y mala profesora que hemos tenido por tres años seguidos y siempre la he reprobado. Es una mala forma de empezar las clases.

Mientras estábamos a mitad de aburridas explicaciones que no nos iban a servir en la vida, me distraje mirando hacia afuera. Los pájaros se veían tan libres y deseaba ser ellos, porque había pasado solo media hora y ya me quería ir a mi casa. Los profesores entraban y salían, pero hubo una que llamó particularmente mi atención. Una profesora que caminaba un poco apurada, tal vez porque estaría atrasada. Estaba muy bien vestida y debo decir que me impactó su belleza, ya que era diferente a lo que acostumbraba a ver. Tenía el cabello con mechas californianas y usaba muchos collares y pulseras.

Caminaba sonriente hacia la puerta de entrada, se veía muy simpática y debió haber notado que la miraba mucho, ya que miró a mi dirección y noté que me guiñó el ojo. Confieso que me quedé tan impactada por ese gesto inesperado, que no hice nada para devolvérselo. Mi corazón latía a mil por segundo, cuando sentí el codazo de mi amiga.

- Señorita Hudson, pase al frente a decir lo que acabo de explicar-. Dijo la profesora
 muy enojada. – no creo que sea un problema hacerlo, si estaba prestando atención.

Tragué saliva y avancé. No había escuchado una sola palabra de lo que explicaba y sabía que iba a terminar mal. Por que soy tan distraída?

- Ehh... bueno – sentí todas las miradas sobre mí – le voy a ser sincera, no sé que estaba explicando y no me acuerdo de ningún tema. Mis pensamientos estaban en otro lado.

- Me lo imaginé.- dijo frunciendo el ceño- Lo mismo de todos los años, Hudson. Pero hoy voy a ser buena con usted por ser el primer día. Se salvó de que le mande una nota para sus padres, ahora vaya a sentarse. 

Podía escuchar la risa de Max y sus amigos.

- Tuviste suerte, lograste salvarte.- me dijo mi mejor amiga, una vez que me senté.

- La humillación delante de todos no se quita.

- Ahora dime, en qué estabas pensando? Algún chico llamó tu atención?

- Nada de eso, ahora déjame escuchar.- dije nerviosa, pues alguien hizo que me distrajera pero no había sido precisamente un chico.

El resto del día fue aburrido. Tuvimos materias que odio, con profesores que no me motivaron en nada. Estuve todo el tiempo intentando encontrar a la profesora que vi por la ventana, pero no lo pude lograr. Solo esperaba volver a verla.

Quería tener una profesora como ella, o mejor que ella lo sea.


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